Anatomía de la crisis pandémica

El BdE achaca el frenazo de final de año más al miedo que al cierre de los bares

Un nuevo indicador creado por el Banco de España detecta que la autocontención de los ciudadanos tuvo mayor impacto que las restricciones legales en el frenazo económico de diciembre.

Imagen de la Puerta del Sol vacía.
Imagen de la Puerta del Sol vacía.
EFE / Luca Piergiovanni

El miedo de la población a contagiarse en vísperas de las fiestas navideñas pudo tener más incidencia sobre el parón económico experimentado por la economía española en la recta final del año pasado - y que aún se arrastra en este arranque de 2021 - que las restricciones a la movilidad impuestas por las autoridades para contener la tercera ola de contagios por la Covid. Así lo sugiere un nuevo indicador elaborado por el Banco de España con el objetivo de trazar una relación entre las restricciones aprobadas por las diferentes comunidades autónomas, sus consecuencias sobre la movilidad y, en última instancia, su impacto sobre la actividad económica.

La nueva referencia elaborada por el Banco de España - probablemente la institución que más se ha preocupado por diseccionar todas las facetas del impacto de la pandemia sobre la economía - concluye que alrededor del 70% de la caída de la actividad observada entre los meses de abril y diciembre de 2020 como consecuencia de la crisis pandémica se puede atribuir a las restricciones aprobadas por el Gobierno central, en primera instancia, y por los autonómicos, a partir del verano, para contener la propagación del virus, pero detecta también que en la parte final del año la contención voluntaria de la movilidad por parte de los ciudadanos pesó tanto o más que las decisiones de los gobiernos a la hora de explicar la caída de la economía.

El encadenamiento de la segunda y la tercera ola del embate del virus en España provocó un debilitamiento de la economía en la última fase del año, que no sólo abatió la incipiente y vigorosa recuperación económica que trajo consigo el verano - al calor del turismo doméstico - sino que amenazó con conducir a España a una recaída. Los datos de avance del INE sobre el comportamiento de la economía en el cuarto trimestre del año (octubre-diciembre) descartaron en principio esa recaída, que ahora los analistas avanzan que sí se producirá en el arranque de 2021. 

Buena culpa de ello la tuvo la debilidad de la campaña navideña, atenazada por las restricciones a la movilidad y las limitaciones a las reuniones decretadas por el Gobierno y las comunidades autónomas. Lo que muestra el indicador del Banco de España es que la prudencia de los ciudadanos y su decisión voluntaria de limitar sus movimientos más allá de las obligaciones establecidas por las autoridades exacerbó el impacto económico de esas restricciones y al menos en el mes de diciembre tuvo un impacto mayor que las propias restricciones legales. El trabajo de los profesionales del Banco de España analiza las restricciones forzosas a la movilidad (por parte de las autoridades), pero también la existencia de una dimensión voluntaria, que ya se apreció durante los meses de confinamiento, y que atribuyen entre otros factores al miedo a un posible contagio, que lleva a los ciudadanos a restringir su socialización más de lo que exigen las autoridades.

Aprender a trabajar con la Covid

Hay un tercer factor de análisis que al parecer no se puede explicar ni por las restricciones legales a la movilidad ni por esa dimensión voluntaria, que aconsejaría a las personas quedarse en casa o incluso a restringir la actividad que sí tienen permitida, y que afloró de forma particularmente significativa durante los meses de confinamiento domiciliario de la población. 

El trabajo del Banco de España entiende que esto podría deberse a una falta de adaptación al nuevo contexto forzado por la pandemia. Y detecta, del mismo modo, que ese efecto negativo habría ido desapareciendo poco a poco hasta dejar de tener un efecto negativo sobre la economía y empezar a tener un impacto positivo. "Esto podría sugerir la existencia de un cierto proceso de aprendizaje por parte de los agentes económicos a la ahora de convivir con la pandemia y las distorsiones asociadas, por ejemplo con nuevas formas de trabajo, como el teletrabajo, y consumo, como la compra a través de internet", explica el supervisor.

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