insta a reformas urgentes

El BdE alerta: la Covid causa ya a España daños estructurales y teme por la deuda

Hernández de Cos publica un artículo en el que subraya que "la necesaria expansión fiscal en el corto plazo debe venir de la mano de un plan de saneamiento de las cuentas públicas en el medio plazo".

Pablo Hernández de Cos, nuevo gobernador del Banco de España, en su toma de posesión del cargo. EFE
Pablo Hernández de Cos, nuevo gobernador del Banco de España, en su toma de posesión del cargo. 
Efe

Mañana del primer domingo de agosto. Si el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, elige un momento como este para publicar un artículo es que la situación de emergencia lo requiere. Y así es, porque España entró de lleno el viernes en recesión de forma oficial, con una caída trimestral del Producto Interior Bruto del 18,5% y a la cabeza en cuanto a intensidad del desplome de toda Europa. Titulado como 'Una agenda para el futuro', el supervisor se mueve entre una percepción de la economía que ya empieza a sufrir "cambios estructurales generados por la pandemia" y un porvenir no muy lejano en el que la elevada deuda que se va a acumular frenará a cualquier intento de afrontar la recuperación.  

El gobernador explica que, pese a que la economía ha entrado en una fase de reactivación gradual, minimizar el riesgo de nuevos brotes está exigiendo mantener medidas que condicionan la actividad de una forma desigual.

Además, la incertidumbre se mantiene elevada, lo que afecta negativamente al consumo y a la inversión. Como resultado, el nivel de actividad sigue siendo significativamente inferior al observado antes de la crisis, y "pronto podrían comenzar también a apreciarse algunos daños persistentes en el tejido productivo y a vislumbrarse cambios estructurales generados por la pandemia", añade.

En este escenario, la política económica debe combinar dos objetivos, que son apoyar la recuperación -lo que aconseja evitar una retirada prematura de las medidas de apoyo- y facilitar el ajuste de la economía al escenario que emergerá tras la pandemia. Sin embargo, y pese a que en estos días tras la Cumbre Europea y llegada de fondos prácticamente solo se habla de gasto, De Cos pone el foco en una variante que puede lastrar el futuro económico del país muy pronto: "Tras la pandemia la economía española registrará los mayores niveles de deuda pública en muchas décadas. La persistencia de ese endeudamiento reduciría los márgenes de actuación para hacer frente a perturbaciones adversas, expondría a la economía a una situación de vulnerabilidad crónica y lastraría la capacidad de crecimiento". 

En este sentido, añade (y advierte de nuevo): "Debemos aceptar que la necesaria expansión fiscal en el corto plazo debe venir de la mano de un plan de saneamiento de las cuentas públicas en el medio plazo". Porque la respuesta global y definitiva ante el desafío "exige mantener el apoyo temporal y focalizado de la política fiscal con un diseño que permita los ajustes estructurales necesarios; convertir los fondos europeos en un impulso fiscal que acompañe y oriente el esfuerzo de recuperación; implementar, de manera urgente, una estrategia ambiciosa, integral, permanente y evaluable de reformas que afronte los retos estructurales de nuestra economía, y, finalmente, diseñar un programa

de consolidación fiscal de medio plazo, para su implementación gradual una vez superada la crisis".

Sobre la política monetaria, enfatiza que desde el Banco Central Europeo (BCE) se ha reiterado el compromiso de hacer lo que sea necesario para apoyar a la economía y sigue preparado para ajustar los instrumentos si fuera necesario. Al respecto, y según destaca Efe, califica de satisfactorio el acuerdo del Consejo Europeo para crear el fondo de recuperación, aunque ahora, dice, el reto es utilizar estos fondos para apoyar de forma sostenible la reestructuración del tejido productivo.

En el ámbito nacional, aboga por extender y recalibrar periódicamente algunas de las medidas ya aplicadas, que en este momento tendrán que concentrarse en los colectivos de hogares y empresas más afectados y favorecer los ajustes estructurales necesarios. También, dice, debería priorizarse la recolocación de los trabajadores o la revisión de los procesos de reestructuración e insolvencia empresarial, para permitir que las compañías con dificultades financieras continúen con su actividad cuando todavía son viables.

"Muchos de los desafíos actuales de la economía ya existían antes del estallido de la pandemia, entre los que destacan el escaso crecimiento de la productividad, las elevadas tasas de paro estructural y de temporalidad, y la necesidad de abordar los retos derivados del incremento de la desigualdad, del envejecimiento y de la transición hacia una economía más sostenible", asegura. Para el gobernador, la crisis solo ha hecho "más apremiante" la resolución de estos desafíos y ve "urgente" un programa de reformas para afrontarlos.

"De una estrategia de política económica que combine estos principios depende nuestro bienestar futuro. Por ello, sus líneas maestras deberán gozar de un alto grado de consenso entre los distintos agentes políticos, económicos y sociales, de forma que las bases sobre las que se asiente nuestro crecimiento sean duraderas", manifiesta para terminar con una nueva bengala hacia la responsabilidad de la clase política.

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