Agricultura y trabajo doméstico, los más afectados

El BdE apunta a que el SMI de 900 € se cobró entre 100.000 y 180.000 empleos

Su esperado informe sobre el impacto de la subida del 22% del Salario Mínimo en 2019 concluye que tuvo un efecto negativo sobre el empleo...y sobre las expectativas de conseguir un contrato de los más jóvenes.

Pedro Sánchez firma el acuerdo con Podemos que plasmó la subida del SMI a 900 euros.
Pedro Sánchez firma el acuerdo con Podemos que plasmó la subida del SMI a 900 euros.
EFE

La histórica subida del 22% en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) acordada entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Unidas Podemos de cara a 2019, que elevó la nómina mínima legal en España a 14 pagas hasta los 900 euros mensuales, se cobró una factura aproximada de entre 100.000 y 180.000 puestos de trabajo entre empleos destruidos y contrataciones no realizadas, según se desprende de las estimaciones de impacto realizadas por el Banco de España que se han dado a conocer este martes. 

La horquilla no figura como tal en el informe difundido este martes por el supervisor, que ha optado por no proporcionar ninguna cifra concreta de impacto por el umbral de incertidumbre que rodea este tipo de estimaciones, según se explica en el propio informe...,y tal vez un poco también por el ruido que han generado en el pasado sus aproximaciones al asunto, que incluso llevaron a una exsecretaria de Estado de Empleo a exigir al Banco de España una rectificación pública por haber difundido un estudio que anticipaba un impacto negativo sobre el empleo de la subida del SMI. El estudio elaborado por el Banco de España se limita a estimar en entre 0,6 y 1,1 puntos porcentuales el efecto neto negativo sobre el empleo en España de la subida del Salario Mínimo, lo que aplicado a las cifras de la Encuesta de Población Activa sobre el empleo asalariado existente al cierre del año 2018 arrojan un impacto negativo de entre 100.000 y 180.000 empleos aproximadamente. 

De hecho, el organismo presidido por Pablo Hernández de Cos también se ha ocupado en aclarar que el informe presentado esta martes no constituye una evaluación general de lo que suponen las subidas de los salarios mínimos, que, recuerda, en los últimos años han sido incluso recomendadas por los organismos internacionales como cauce para mejorar la equidad o reducir la desigualdad en las economías desarrolladas, sino un análisis de sus efectos sobre el mercado de trabajo. Hay que recordar, no obstante, que el gobernador del Banco de España ya ha advertido en alguna ocasión de que las subidas del SMI en España han tenido efectos perniciosos sobre la desigualdad al concentrar su impacto en los tramos de salarios más bajos.

Más allá de las cifras y del debate sobre el modelo de estimación utilizado, el Banco de España da por descontado que la subida sin precedentes que experimentó el Salario Mínimo en 2019 tuvo un impacto relevante sobre el mercado de trabajo. Se apoya para esa conclusión en evidencias procedentes de datos oficiales. Por ejemplo, en que a lo largo de 2019 la desaceleración del empleo, se mire con el indicador que se mire, resultó ser más profunda que la de la economía; también en que las ramas más afectadas por la subida del Salario Mínimo por su singular rango salarial, como la agricultura o el empleo doméstico, experimentaron retrocesos en el empleo muy superiores a los observados en el resto de sectores; o en que las comunidades autónomas con un salario medio más bajo presentaron unos datos de empleo sensiblemente más negativos que las que se mueve en rangos más altos.

El exhaustivo informe del Banco de España, que ha retrasado su publicación para disponer de la información más rica procedente de los microdatos de la Encuesta Continua de Vidas Laborales que recoge la Seguridad Social, detecta un desplome de los contratos firmados con bases de cotización iguales o inferiores a 1.050 euros - los más afectados por la subida del SMI -, que oscilaban entre los 1,2 y 1,4 millones en el año 2018 y que de forma repentina en 2019 cayeron por debajo de los 800.000, en un fenómeno que ya se percibió tras la subida del SMI en 2017. Parte de esa caída de contratos en ese segmento salarial más bajo se desplazó al estadio inmediatamente superior, donde los analistas del Banco de España han detectado un incremento del volumen medio de contratos de 1,6 a 1,8 millones, que podrían reflejar las situaciones en que la subida del SMI ha servido para pasar a un escalón salarial superior. El saldo neto, sin embargo, resulta claramente negativo

Por encima de esos rangos salariales, el Banco de España asume que la subida del Salario Mínimo no tuvo impacto alguno. El informe asegura que esta vez el alza del SMI afectó al 10% del mercado laboral - la subida de 2017 apenas alcanzó al 4% - y que sus efectos se dejaron notar de forma particularmente intensa en el sector agrario, donde el 60% de la mano de obra se vio afectada por la decisión del Gobierno, pese a la persistencia que mostró éste a lo largo de todo el año 2019 en negar tal efecto. El impacto se concentró igualmente en las microempresas (menos de cinco trabajadores), donde un tercio de los trabajadores se vieron afectados por la medida y en los más jóvenes, uno de cada cinco se vieron beneficiados o perjudicados por la iniciativa gubernamental.

Impacto sobre las expectativas de encontrar empleo

El estudio del Banco de España aflora un efecto no deseado de la subida del Salario Medio y es la pérdida de expectativas de encontrar un empleo especialmente para los trabajadores jóvenes. El informe estima que el 44% de los trabajadores menores de 24 años vieron afectadas sus expectativas de conseguir un contrato por la subida del SMI y que la tasa de creación de empleo en ese segmento cayó cuatro puntos con la decisión del Gobierno.

En general, se estima que la subida histórica del 22% en el SMI afectó negativamente a las expectativas de empleo del 22% de los trabajadores del mercado de trabajo, cuando en el caso de la subida de 2017 ese impacto negativo solo se vio en el 13% de los casos.

Un informe muy esperado

El balance del supervisor llega cuando el salario mínimo ha vuelto al debate público y político. El Gobierno arrancó este 2021 con el SMI congelado, tras la negativa de la patronal a negociar una subida a finales del año pasado, en pleno apogeo de la crisis provocada por la Covid. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, se alineó con los empresarios y en connivencia con Pedro Sánchez acordaron otorgar ese derecho de veto a la CEOE y posponer el incremento hasta que la recuperación fuera efectiva. Y ese momento parece haber llegado. El Gobierno está esperando el informe del grupo de expertos que conformó la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, a principios de año, y está previsto que en breve emitan sus conclusiones sobre la senda que debe seguir este indicador para situarse en el 60% del salario medio al final de la legislatura. En cuanto se publique, se reabrirán las negociaciones con la patronal y los sindicatos y todo apunta a que la CEOE volverá a oponerse.

El análisis del BdE llega con retraso. Hay que recordar que, a principios de 2019, el supervisor publicó una polémica proyección en la que estimó que la mayor subida del SMI de la historia podría suponer la pérdida de hasta 125.000 empleos de comportarse el mercado de trabajo de manera similar a como lo hizo tras el incremento del 8% aprobado para 2017 por el Gobierno de Mariano Rajoy. La publicación de esa estimación hizo que el Ejecutivo socialista saliera en tromba contra el organismo que ya dirigía Pablo Hernández de Cos, al que la entonces ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, llegó a tachar de "profeta del desastre" y al que se le 'invitó' a realizar una rectificación pública. El supervisor se mantuvo firme en sus proyecciones y emplazó el debate sobre el asunto a la publicación de una evaluación específica sobre la 'macrosubida' del SMI, que entonces se comprometió a publicar en algún momento de la segunda mitad de 2020, hecho que no se había producido hasta ahora.

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