Empeora sus previsiones respecto a junio

El BdE ve un frenazo en la recuperación y advierte del riesgo de una recaída

La institución augura una caída del PIB de entre el 10,5% y 12,6%, pero avisa de la existencia de riesgos que pueden deteriorar aún más la evolución de la economía.

El resurgimiento de la economía tras el parón provocado por el confinamiento ha durado alrededor de un mes y medio. Con un ramillete de indicadores de económicos en la mano el Banco de España ha detectado un significativo frenazo de la actividad económica a partir de mediados de agosto que le ha obligado a empeorar sus previsiones sobre la economía española de cara a este año 2020. Donde antes preveía una caída de entre el 7% y el 9% aproximadamente, ahora se sitúa en un rango de retrocesos de entre el 10,5%, en el mejor de los casos, y de un 12,6%, en el caso de que la economía circule un poco como lo viene haciendo hasta ahora. La previsión del Banco de España se aleja de la que todavía es la predicción oficial del Gobierno de una caída del 9,2%, a la espera de que se revise a la baja.

Estos escenarios, advierte el Banco de España, están rodeados además de un puñado de elementos de incertidumbre que en su mayoría amenazan con deteriorar aún más el desempeño de la economía española, hasta el punto que la institución no descarta ya la posibilidad de una recaída en el caso extremo de que el país tenga que reimplantar medidas de confinamiento.

Por el momento ése no es, no obstante, su escenario central. "Hemos ido de más a menos", concede el director de Economía y Estadística del Banco de España, Óscar Arce. El importante repunte de la actividad que comenzó a registrarse a finales de junio al compás de la apertura de fronteras a los visitantes internacionales y el anuncio del Gobierno de que habría temporada turística se sostuvo hasta la primera semana de agosto. Según el diagnóstico de los analistas de la institución a partir de la información sobre las entradas de turistas extranjeros por avión y sobre el gasto de tarjetas de fuera de España, el resurgimiento de los contagios por Covid-19 y el rosario de recomendaciones de las autoridades de los principales países emisores de turistas en orden a tratar de evitar visitas a España frenaron en seco esa reactivación y echaron el cierre precipitadamente a la temporada turística cuando aún no había terminado la primera quincena de agosto. 

Durante un mes y medio escaso este sector clave para la actividad y el empleo en España llegó a funcionar a picos del 70% de su capacidad pero desde principios de agosto se estancó en el 50%. El Banco de España ya había advertido en junio que la mejora de los mecanismos de detección y rastreo de contagios era crítica para asegurar la fortaleza de la recuperación económica. Los contagios han crecido sin embargo sin control durante el verano y eso ha arruinado la recuperación de la economía, como también advirtió este pasado martes un informe de Funcas.

El fiasco de la campaña turística ha dinamitado el escenario más optimista sobre la evolución de la economía que el Banco de España presentó el pasado mes de junio y ha deteriorado las expectativas en el escenario central. El diagnóstico presentado este miércoles por la institución prevé una caída de la economía más profunda en este año 2020, una recuperación mucho más suave en 2021, que será del 7,3% en el mejor de los casos y del 4,1% en el escenario central - cuando en junio se preveía un 9,1%-; y una recuperación también mucho más lenta del empleo. El país llegará a 2022 con un PIB entre seis puntos y diez puntos inferior al que había antes de la crisis y con una tasa de paro que en el peor de los casos rondará el 20% para esas fechas.

El riesgo de una recaída de la economía

El Banco de España admite que en esta ocasión ha decidido no hacer público el escenario más negativo de los que maneja "para no crear más confusión con los datos". En sus previsiones de junio y a petición expresa de Bruselas incluyó un tercer escenario que dibujaba cuál podría ser la evolución de la economía en el caso de que se materializasen los riesgos que entonces ya se vislumbraban en el horizonte: el resultado fue una previsión de caída del 15,8% en 2o2o. La institución ha optado esta vez por no cuantificar el golpe que sufriría la economía española en ese caso, pero sí ha advertido de que una mirada hacia adelante ofrece muchos más riesgos de que la cosa vaya a peor que oportunidades de que el comportamiento de la economía mejore lo previsto en las cifras centrales publicadas este miércoles.

la clave

  • El Banco de España ha decidido no incluir esta vez en su ejercicio de previsión el escenario más negativo que se daría si las autoridades decretaran un nuevo confinamiento

Entre éstos cita la posibilidad de que la vacuna se retrase más de lo previsto, lo que afectaría al crecimiento en 2021 y 2022 y retrasaría aún más la recuperación de los niveles de prosperidad anteriores a la crisis; el riesgo de que los daños sobre el tejido productivo se traduzcan en una ola de quiebras y un incremento significativo del paro de larga duración; o la amenaza de que se concrete el Brexit sin acuerdo o el empeoramiento de la guerra comercial entre Estados Unidos y China, con sus réplicas sobre la economía europea. El más inmediato para el Banco de España es, sin embargo, que las autoridades nacionales decidan adoptar medidas de contención más severas a la luz de la evolución de los rebrotes. Según Óscar Arce la posibilidad de una recaída de la economía es muy remota en el corto plazo - entendido como tal el tercer trimestre del año - pero en su opinión no se puede descartar más adelante si la evolución de los contagios conduce a una situación como la vivida en marzo y obliga a las autoridades a decretar medidas drásticas de contención como confinamientos de la población.

"Los rebrotes subrayan la dificultad para conciliar el control de las cifras de contagio con el uso exclusivo de medidas voluntarias para combatir la expansión de la enfermedad, lo que sugiere la existencia de riesgos a ir hacia medidas de contención más severas", avisa en su informe el Banco de España. La entidad admite que ha decidido no cuantificar el impacto que ello tendría sobre la economía, pero no oculta que un escenario de esas características podría quebrar la esperada recuperación inercial de la economía y desencadenar una nueva caída de consecuencias muy negativas tanto para la actividad económica como para el empleo.

A la espera de cómo pueda evolucionar la crisis sanitaria en las próximas semanas, el Banco de España descuenta que el déficit público se disparará este año a una horquilla de entre el 10,8% y el 12,1% y que la deuda pública se situará en el entorno del 120%. El nivel de los precios caerá este año entre un 0,2% y un 0,3% y se estabilizará en los siguientes en el entorno del 1%. La entidad no ha incluido tampoco en sus escenarios de previsión el previsible impacto de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos.

Mostrar comentarios