Para 2023

De Cos enmienda las previsiones del Gobierno con menos PIB y más paro

El Banco de España prevé que la economía crezca el 1,4% el próximo ejercicio, siete décimas menos de lo que calcula el Ejecutivo, eleva la tasa de desempleo al 12,9% y sitúa la inflación armonizada en el 5,6%. 

Hernández de Cos
El Banco de España empeora sus previsiones para 2023
CONTACTO vía Europa Press

Una de cal y mucho de arena... o lo que es lo mismo, mejora de las previsiones en el más corto plazo y empeoramiento significativo de las perspectivas de cara al año que viene ante una coyuntura "extraordinariamente incierta". Las nuevas proyecciones macroeconómicas que el Banco de España (BdE) incluye en su último informe trimestral revisan al alza el avance del PIB previsto para este año hasta el 4,5%, una décima por encima del que contempla el Gobierno. Sin embargo, modifican a la baja de forma "notable" sus cálculos para 2023 por la inflación, las condiciones de financiación menos favorables -en plena subida de tipos por parte del Banco Central Europeo- y por las dificultades para las empresas más dependientes de la energía, la incertidumbre y el debilitamiento de la demanda global.

El organismo que capitanea Pablo Hernández de Cos prevé que la economía crezca al 1,4% el próximo ejercicio. Es una revisión drástica que da buena idea de la difícil coyuntura. En apenas un trimestre el BdE ha rebajado a la mitad su propia estimación y es mucho más pesimista que el oficial. Su cálculo está, de hecho, siete décimas por debajo del que el Ejecutivo incluye en el nuevo cuadro macroeconómico que acompaña al Anteproyecto de Ley de Presupuestos aprobado esta semana en Consejo de Ministros. De cara a 2024 el PIB aceleraría hasta el 2,9%. 

En su informe, la entidad contempla además un escenario de tensión sostenida de los precios en el que el mercado de trabajo se resentirá. Sitúa, en concreto, la inflación armonizada (el IPCA o referencia que Eurostat toma para hacer su comparativa entre países) en el 8,7% este año y en el 5,6% el próximo. De cara a 2024, cuando la Comisión volverá a exigir a los socios europeos que se ciñan a las reglas fiscales, España logrará reducir la tasa anual del IPC al 1,9%, por lo que para entonces sí sería capaz de cumplir con los objetivos de estabilidad. 

La inflación se modera con las medidas del Ejecutivo

El documento precisa el efecto que las medidas puestas en marcha por el Gobierno han tenido a la hora de contener la subida de los precios. Así, estima que en agosto estas decisiones redujeron la tasa de inflación general en algo más de 2 puntos (hasta el 10,5%). La mitad de esa reducción se debió al mecanismo para limitar el precio del gas utilizado en la generación de electricidad, la conocida como "excepción ibérica". El regulador no espera que la inflación subyacente descienda desde sus elevados niveles actuales hasta la próxima primavera.

La entidad pone en valor cómo la respuesta de los salarios al repunte inflacionista ha sido, hasta la fecha, moderada. De cara al futuro, considera que esta respuesta "continuará siendo relativamente contenida", lo que evitará que se desencadenen "fenómenos de retroalimentación entre los crecimientos de los salarios y los de los precios finales", es decir, los temidos efectos de segunda ronda. En lo que respecta al empleo, el BdE coloca la tasa de paro en el 12,8% este año (en línea con la prevista por Economía) pero la eleva el que viene hasta el 12,9%, una décima por encima de su anterior escenario y siete por encima del que maneja el Gobierno. 

La economía se desacelera en el tercer trimestre

En particular, el organismo advierte de que el aumento de la incertidumbre geopolítica y el empeoramiento de la crisis energética en Europa con las interrupciones en el suministro ruso, han afectado a las decisiones de gasto de los agentes privados en España y en otros países, "al dañar su confianza y exacerbar la pérdida de renta real que ya estaban experimentando con anterioridad". Estos factores y la subida de tipos por parte del BCE han impactado en la evolución de los indicadores mensuales más recientes, que apuntan a que la actividad y la creación de empleo se desaceleran durante el tercer trimestre.

Con todas las cautelas -dado que la información disponible de agosto y septiembre es aún incompleta- el BdE estima que el crecimiento del PIB en el tercer trimestre del año podría haberse situado en el 0,1% en relación al trimestre previo ante la "pérdida de vigor" del consumo privado (cita datos como las ventas minoristas o las matriculaciones) y una confianza en sus niveles más bajos desde 2013. En los trimestres más inmediatos, los elevados precios del gas y de la electricidad afectarán adversamente a la actividad económica. No sucederá lo mismo más a largo plazo.

El propio encarecimiento del gas, junto con las medidas adoptadas a escala europea para contener su utilización, limitarán la demanda de esta materia prima. Ello permitiría que, aunque el suministro a la Unión Europea de gas procedente de Rusia se interrumpiera por completo, "no fueran necesarios racionamientos severos de esta materia prima". La actividad recobrará un vigor creciente a partir de la primavera, gracias al alivio gradual de las tensiones en los mercados de la energía, a la resolución paulatina de las roturas en las cadenas de suministro global y al mayor despliegue de los fondos 'Next Generation', de los que España es la principal beneficiaria junto a Italia. El organismo advierte, no obstante, de que el despliegue de fondos se está desarrollando con un "cierto retraso" con respecto a las proyecciones de junio y estima que los fondos que llegarán este año serán de unos 12.000 millones, frente a los más de 20.000 millones que preveían anteriormente.

El Banco de España establece que los riesgos sobre estas proyecciones están orientados a la baja para la actividad y al alza para la inflación. En particular, el principal peligro podría venir por el lado de los mercados energéticos, sobre todo si se produce una desviación notable del escenario central, sobre todo en lo que tiene que ver con el suministro y no tanto en lo que respecta a los precios del gas. 

Las simulaciones llevadas a cabo con el Modelo Trimestral del Banco de España (MTBE) sugieren que, bajo el escenario desfavorable de precios, el nivel del PIB en 2024 sería un punto inferior al implícito en las actuales proyecciones, mientras que la inflación sería 1,1 puntos más elevada en 2023 y 0,5 puntos superior en 2024. En lo que respecta al déficit público, bajará al 4,3 % del PIB este año, al 4% el que viene y podría repuntar hasta el 4,3% ya en 2024. El BdE es más optimista en lo que tiene que ver con la deuda pública, dado que cerrará este año en el 113,3% del PIB, se moderará al 110,7% el que viene y caerá al 109,9% en 2024. El Banco de España detalla, por último, que los impuestos temporales a energéticas y banca traerán una mejora transitoria del déficit público de tres décimas

 

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