Bancos suizos buscan arreglo definitivo con EEUU por casos de evasión fiscal

  • Los bancos suizos buscan un arreglo definitivo con las autoridades fiscales de Estados Unidos en relación con las investigaciones que están llevando contra once entidades financieras helvéticas a las que acusa de prestar ayuda a clientes estadounidenses para evadir impuestos.

Ginebra, 21 nov.- Los bancos suizos buscan un arreglo definitivo con las autoridades fiscales de Estados Unidos en relación con las investigaciones que están llevando contra once entidades financieras helvéticas a las que acusa de prestar ayuda a clientes estadounidenses para evadir impuestos.

"La principal preocupación de los bancos en Suiza es encontrar una solución definitiva que cubra todo el ámbito financiero y que no veamos investigaciones nuevas contra instituciones individuales una y otra vez", dijo hoy el director ejecutivo de la Asociación de Bancos Suizos (ABS), Claude-Alain Margelisch.

Sin embargo, las negociaciones a ese respecto -en las que están involucrados algunos de los mayores bancos de Suiza- "no avanzan tan rápido como lo desearíamos", añadió el representante de un sector que generó más de 10.000 millones de dólares de beneficios en 2011.

A pesar de que la esencia del secreto bancario que dominaba hasta hace tres años las gestiones y transacciones de clientes privados en Suiza prácticamente se ha diluido -particularmente para los clientes extranjeros-, el centro financiero helvético sigue mostrando signos de robustez en términos de rendimiento y de fidelidad de capitales.

En un entorno económico internacional moroso y en el que los más importantes bancos han optado por reestructurarse para concentrarse en las áreas en las que son más eficientes, la ABS confirmó que la banca suiza registró un marcado aumento -del 144 %- de liquidez el año pasado.

Este centro financiero gestionaba a fines de 2011 más de 4,3 billones de euros.

Los fondos procedentes del exterior permanecieron invariables y representaron la mitad de esa cifra.

En una reunión con la prensa extranjera, Margelisch confirmó que EEUU "mantiene la presión" sobre este centro financiero y que la solución todavía no está a la vista a pesar de los esfuerzos del Gobierno de Berna "por encontrar una solución global para todos los bancos".

Según los analistas del sector, la exclusión de cualquier posibilidad de futuros litigios por casos que puedan descubrirse en el futuro es una de las cuestiones más difíciles de resolver, así como el importe de la multa que los bancos investigados deberán pagar para que EEUU acepte cerrar sus casos.

El responsable de la ABS insistió en que Suiza está haciendo todos los esfuerzos posibles para llegar a un arreglo con Washington, aceptando incluso los "pedidos agrupados" de información, por los que un banco transmite a una autoridad fiscal extranjera los datos bancarios de sus ciudadanos sin necesidad de que éstos sean identificados individualmente.

Para los bancos suizos toca ahora a EEEUU "mostrar que tiene interés en encontrar una solución mutuamente satisfactoria".

Sobre el procedimiento que debería regir el intercambio de información fiscal entre Suiza y otros países, Margelisch sostuvo que debe garantizarse que la transmisión de esos datos se hará directamente entre los bancos helvéticos y las autoridades fiscales del país concernido.

El banquero dijo que el sector financiero está en contra de que Suiza acepte que esas informaciones pasen por un "banco central de datos", un modelo sobre el que EEUU está en conversaciones con cinco países europeos (Alemania, Reino Unido, España, Francia y España) y que desearía extender al resto de la Unión Europea.

"Nosotros no queremos, en función de nuestra estrategia actual, aceptar esa base central de información a la que todo el mundo podría tener acceso", explicó Margelisch.

El ejecutivo también dejó claro que otro motivo de preocupación para la banca helvética es el riesgo de que Suiza vaya más allá que el resto de países en cuanto a las reglas que podría a imponer a sus bancos.

El elemento central de esta inquietud tiene que ver con la llamada "autodeclaración sistemática", que implicaría que cada cliente extranjero debería emitir una declaración sobre la imposición de su dinero.

"Ningún otro país utiliza tal declaración, que no corresponde a ningún estándar (internacional) reconocido y que, en cambio, genera dudas injustificadas sobre todos los clientes", concluyó.

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