Banesco, Novagalicia y los futurólogos de la competencia

    • Los fondos están dispuestos a pagar más que el que más, con Banesco a la cabeza. Y los bancos españoles no están por la labor de dejarse la piel en la puja.
    • Desde Caracas, el jefe de Banesco está poniendo toda la carne en el asador para llevarse al agua un gato que no hace tanto el mercado asignaba al fondo Guggenheim.
Novagalicia
Novagalicia
Enrique Utrera

Hace apenas tres semanas, cuando en el proceso de venta de Novagalicia aún no sonaba con fuerza Banesco, un directivo de la competencia señaló al banco venezolano como el candidato número uno para quedarse con el grupo gallego. En una tribuna publicada en un medio local pontevedrés, Julián Sansegundo, responsable de Santander Private Banking en Vigo, señalaba al ya poseedor en España de Banco Etchevarría como "el que más posibilidades tiene".

Un vaticinio de un competidor -el banco cántabro es uno de los interesados en la operación- que gana cuerpo cada día a la vista de la agresividad con la que se emplea Banesco, que parece dispuesto a mantener el empleo y a reabrir el grifo del crédito. Desde Caracas, el jefe del banco venezolano está poniendo toda la carne en el asador para llevarse al agua un gato que no hace tanto el mercado asignaba al fondo Guggenheim.

El plazo para presentar ofertas termina el próximo día 16 y, si nada se tuerce en la hoja de ruta de Luis de Guindos, Novagalicia será adjudicada antes de que acaba el año. La Xunta sigue presionando para que la operación tenga el menor coste social posible, y todo hace indicar que el Gobierno está muy receptivo con Núñez Feijóo. Entre otras cosas porque salvaguardar el empleo no significará sacrificar lo que importa, que no es otra cosa que el dinero.

Los fondos están dispuestos a pagar más que el que más, con Banesco a la cabeza. Y los bancos españoles no están por la labor de dejarse la piel en la puja sometiéndose al escrutinio de una bolsa que se fía poco del sector y a la pérdida de imagen que supondía un gran ajuste de plantilla y oficinas ineludible en términos de eficiencia. Manda la liquidez, y ésta no reside ahora en España. Cuando le señaló como ganador, el ejecutivo del Santander sabía lo que se decía.

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