Bankia, un año tras la vuelta a beneficios

  • Bankia ha cumplido ya su primer año tras la vuelta a beneficios y mantiene su previsión de que este ejercicio será mejor que el pasado gracias, principalmente, a la mejora de los ingresos, el ahorro de costes y las plusvalías que está obteniendo con sus desinversiones.

Mario Betancort

Madrid, 28 abr.- Bankia ha cumplido ya su primer año tras la vuelta a beneficios y mantiene su previsión de que este ejercicio será mejor que el pasado gracias, principalmente, a la mejora de los ingresos, el ahorro de costes y las plusvalías que está obteniendo con sus desinversiones.

Pero nada de esto hubiera sido posible sin la ayuda pública de más de 22.400 millones que recibió el banco, incluyendo su matriz BFA, y que fue clave para sanear su maltrecho balance y sentar las bases para que la entidad aspire a ser cada día más rentable.

Cuando José Ignacio Goirigolzarri asumió en mayo de 2012 la presidencia de BFA-Bankia se propuso revisar en profundidad cada partida del balance del grupo, aunque supusiera en un primer momento dar cuantiosas pérdidas y le obligaran a pedir ayudas públicas.

El gigante fruto de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco cajas menores puso prácticamente a valor de mercado cada una de sus participaciones industriales en un momento de precios a la baja y revisó sus créditos para blindarse ante futuros impagos, lo que hizo que tuviera que engordar notablemente sus provisiones.

Asimismo, se libró de buena parte de su lastre inmobiliario cediendo miles de pisos y préstamos morosos al "banco malo", Sareb.

A partir de ahí, ajustando al máximo su plantilla y su red de oficinas redujo sensiblemente los costes de personal, al tiempo que ha ido recuperando los ingresos, lo que se refleja en la cuenta de resultados del grupo, con un beneficio neto de 250 millones en el primer trimestre de 2014, un 17,4 % más.

En el caso exclusivo de Bankia, la filial cotizada ha ganado 186 millones en los tres primeros meses del año, un 38,5 % más ayudada por el tirón de los ingresos, que suben un 12,5 % en comparación con un año antes, y la reducción de los gastos del 10,7 %.

Los números de la entidad, que se ha convertido en la esperanza del Gobierno de recuperar parte de las ayudas públicas a la banca, reflejan la mejora de la economía del país, porque ahora concede un 26 % más de créditos, vende más fondos y planes de pensiones y se negocia más en bolsa.

Además, la confianza en el grupo se recupera, pues han crecido los ahorros depositados en la entidad, que aumentaron en 718 millones hasta llegar a 90.752 millones, el nivel más alto desde junio de 2013, y también los fondos.

En línea con el resto de entidades financieras, Bankia también ha visto caer su morosidad, hasta 14,3 %, y aunque espera que suceda lo mismo en los próximos trimestres y el volumen de préstamos impagos caiga en unos 2.000 millones, ha seguido aumentando sus provisiones.

Así, frente a los 272 millones de un año antes, en esta ocasión ha dotado 303 millones, gracias a los 62 millones que ganó con la venta de su participación en NH Hoteles.

Para hacer más fácil la devolución de las ayudas, Bruselas obligó a Bankia a desprenderse de todas sus participaciones empresariales, lo que le ha permitido obtener plusvalías con la venta de algunas joyas de la corona, como sus acciones en IAG -fruto de la fusión de Iberia y British Airways-, así como de Mapfre o Indra y más recientemente de Iberdrola.

En todos los casos, BFA-Bankia ha vendido por debajo del precio al que las antiguas cajas habían comprado estas participaciones, sin embargo, lo ha hecho por encima del valor ajustado en libros con la ayuda europea, lo que le ha permitido anotarse jugosas plusvalías, todas ellas destinadas a fortalecer el balance del grupo.

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