Bankinter se ve como "comprador" en la próxima oleada de fusiones bancarias

Madrid.- Bankinter cerró septiembre con un recorte interanual de su beneficio neto del 27,2% debido a la caída de los ingresos, a las dotaciones a provisiones y a la situación del sector, que se prepara para una nueva oleada de fusiones en la que el banco se ve más como comprador que como comprado.

Así lo explicó hoy el ya ex consejero delegado de Bankinter, Jaime Echegoyen, que ayer presentó su dimisión después de ocho años en el cargo, decisión que, insistió, ha sido "voluntaria" y a la que no le ha empujado el Consejo de Administración de la entidad, que en ningún momento le ha retirado su confianza.

A Echegoyen le sustituirá en el cargo María Dolores Dancausa, hasta ayer consejera delegada de Línea Directa Aseguradora, propiedad del banco, en tanto que el vicepresidente, Alfonso Botín -hijo del primer accionista, Jaime Botín- pasa a tener funciones ejecutivas, lo que algunos han interpretado como un golpe de timón del banco en su estrategia independiente.

En su última rueda de prensa como consejero delegado, que concluyó visiblemente emocionado y con un gran aplauso, Echegoyen dijo sentirse "orgulloso" del trabajo al frente de su equipo y de haber llevado al banco a su actual posición en la banca española, aunque reconoció que "es posible que haga falta otro equipo" para ir más allá.

Tras explicar que no tiene ningún blindaje ni va a cobrar una prima especial por su renuncia, Echegoyen aseguró que de momento no tiene planes de futuro, aunque está "abierto a cualquier sugerencia", y explicó, con su sorna habitual, que se va a su casa a pensar con tranquilidad en lo que va a hacer.

"No soy el tipo de persona que va a salir corriendo y que mañana te lo vas a encontrar en la competencia", dijo.

Sobre la estrategia de futuro del banco, no quiso dar muchas pistas, puesto que sería "muy atrevido" por su parte ahora que se va, aunque recordó que Bankinter tiene unas características muy determinadas que "son las que son".

No obstante, Echegoyen estimó que desde el punto de vista financiero, el 2011 será un año "duro", una situación que no mejorará hasta que España no vuelva a tener el respaldo de los mercados, confianza que hay que restaurar y que llevará tiempo, pese a que ya se han dado pasos para ello.

Sobre este asunto, Echegoyen añadió que aunque la financiación de los mercados ha mejorado, no lo ha hecho "de forma sólida y no tiene la consistencia necesaria", por lo que "aún queda mucho trecho.