Barcelona toma ventaja en la carrera de las ciudades inteligentes

  • Calles iluminadas al gusto de los ciudadanos, aparcamientos que indican dónde encontrar plazas libres y medidores de contaminación. Estos son sólo tres de los proyectos que Cisco muestra estos días en Barcelona y que sitúan a la capital catalana al frente de la carrera de las ciudades inteligentes.

Marta Vergoñós Pascual

Barcelona, 30 oct.- Calles iluminadas al gusto de los ciudadanos, aparcamientos que indican dónde encontrar plazas libres y medidores de contaminación. Estos son sólo tres de los proyectos que Cisco muestra estos días en Barcelona y que sitúan a la capital catalana al frente de la carrera de las ciudades inteligentes.

De Sudáfrica a Japón, pasando por Estados Unidos y Europa, analistas y empresarios de todas partes debaten durante tres días sobre cómo transformar los núcleos urbanos en Smart City y garantizar así su sostenibilidad.

En todas las conferencias se impone un consenso: el futuro pasa por desarrollar el llamado "Internet de las Cosas", es decir, conectar los objetos cotidianos y facilitar su interacción con las personas.

Pero esta certeza sobre el "qué" se contrapone con las dudas acerca del "cómo" convertir esta idea en una realidad, una tarea en la que Barcelona se sumergió hace años.

Las incertidumbres manifestadas por los participantes en el Internet of Things World Forum giran, sobre todo, en torno al camino a seguir para aplicar las nuevas soluciones tecnológicas de tal forma que resulten modelos de negocio viables.

Un ejemplo de la precocidad de Barcelona en esta empresa es el distrito del 22@, que integra en un mismo espacio universidades, centros de investigación y empresas relacionadas con los ámbitos de la tecnología y la innovación.

Con la convicción de que un entorno sostenible atrae inversiones, este distrito se ha erigido en el laboratorio perfecto para probar las últimas tecnologías en lo referente a las Smart City.

Las calles de este distrito fueron las primeras en incorporar contenedores dotados de sensores que informan sobre la cantidad de residuos depositados al día en cada contenedor, puntos de recarga para vehículos eléctricos y edificios autosuficientes, como el Media-TIC.

Barcelona también se ha servido de la tecnología para ahorrar energía a través de un sistema de iluminación inteligente, que se adapta a las fluctuaciones de tráfico en las calles.

Cambios de gran alcance, como este, y también pequeñas mejoras en el día a día de los ciudadanos, como la instalación de marquesinas inteligentes que se instalarán próximamente y facilitan los minutos exactos de espera para cada línea de autobús, así como otro tipo de información.

Unas pequeñas mejoras que en muchas ocasiones van de la mano de las aplicaciones móviles, una de las apuestas del ayuntamiento, que ha popularizado herramientas relacionadas con actividades culturales, la movilidad y la meteorología, entre otros.

A pesar de los notables avances de Barcelona, aún queda trecho por recorrer antes de ser una ciudad completamente interconectada.

Con este fin, Barcelona ha liderado, junto a las ciudades de Londres, y las italianas Bolonia y Génova, el proyecto europeo iCity, una plataforma para que las pymes puedan desarrollar aplicaciones para dispositivos móviles mediante los datos públicos que les ofrezcan sus municipios.

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