Baréin y Sudán rompen relaciones con Irán y aumenta la tensión en la región

  • El reino de Baréin, fiel aliado de su vecino saudí, y Sudán rompieron este lunes relaciones diplomáticas con Irán, agravando la crisis generada por la ejecución de un dignatario chiita en Arabia Saudita.

Los llamados de las grandes potencias y la ONU a frenar la peligrosa escalada entre Arabia Saudita e Irán no tuvieron efecto.

El lunes, Rusia se ofreció como intermediaria para resolver la disputa entre Arabia Saudita, país mayoritariamente sunita, e Irán, predominantemente chiita.

"Rusia está dispuesta a ejercer de intermediaria entre Riad y Teherán", indicó una fuente del ministerio de Relaciones Exteriores de Moscú.

El domingo Arabia Saudita rompió relaciones con Irán después de que manifestantes iraníes incendiaran dos de sus sedes diplomáticas en protesta contra la ejecución de Nimr Baqer al Nimr.

Emiratos Arabes Unidos también reaccionó en solidaridad con Arabia Saudita llamando a consulta a su embajador en Teherán.

La escalada entre Arabia Saudita e Irán hace temer un aumento de la violencia sectaria en Oriente Medio, particularmente en Irak, donde dos mezquitas sunitas fueron atacadas este lunes en el centro del país.

Teherán reaccionó acusando a Riad de avivar las tensiones en la región.

"Arabia Saudita basa su existencia en la prosecución de las tensiones y los enfrentamientos, e intenta resolver sus problemas internos exportándolos al exterior", dijo Jaber Ansari, un portavoz de la diplomacia iraní.

Irán y Arabia Saudita se enfrentan radicalmente en varios conflictos de Oriente Medio, entre ellos en la guerra civil en Siria, donde Teherán apoya al presidente Bashar al Asad y Riad a las fuerzas rebeldes.

También en Yemen, donde una coalición árabe liderada por los saudíes inteviene militarmente contra los rebeldes hutíes chiitas apoyados por Irán.

El aumento de la tensión tiene lugar después del histórico acuerdo firmado por las grandes potencias e Irán sobre el programa nuclear iraní.

Este lunes Francia y Alemania, al igual que Estados Unidos la víspera, exhortaron a iraníes y sauditas a bajar la tensión y hacer todo lo posible para restablecer sus relaciones.

En Teherán unas 3.000 personas manifestaron el lunes contra Arabia Saudita, gritando consignas contra la familia real de este país y quemando banderas de Estados Unidos e Israel.

La víspera, el presidente iraní Hasan Rohani había criticado la quema de las sedes diplomáticas sauditas.

Por su parte, el hermano de Nimr condenó los ataques contra las sedes diplomática y deploró que su hermano haya sido enterrado en un cementerio desconocido.

"Rechazamos y condenamos el ataque contra la embajada y un consulado del reino en Irán", escribió Mohammed al Nimr en un mensaje en árabe en Twitter, y pidió que el cuerpo del "martir" sea entregado "rápidamente" a la familia para que se inhumado en Awamiya, su ciudad natal en el este de Arabia Saudita.

Por su parte, el viceministro iraní de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, deploró el error estratégico de de los sauditas.

"Arabia Saudita no puede hacer olvidar el gran error de haber ejecutado a un dignatario religioso" chiita, dijo Abdollahian.

La ejecución de Nimr Baqer al Nimr junto a otras 46 personas, en su mayoría condenadas por "terrorismo", provocó violentas manifestaciones en la comunidad chiita de varios países en Oriente Medio, como Irán, Irak, Baréin y el Líbano.

Según Abdollahian, Arabia Saudita "ha perjudicado los intereses de su propio pueblo y a los pueblos musulmanes de la región con el complot para hacer bajar el precio del petróleo".

Irán considera que Riad tuvo un papel primordial en la caída del precio del petróleo manteniendo la producción a un nivel muy elevado.

Los precios del crudo se encontraban al alza el lunes debido a la decisión saudita de romper las relaciones con Irán.

Las relaciones entre ambos países fueron interrumpidas durante cuatro años, entre 1987 y 1991, después de sangrientos enfrentamientos entre peregrinos iraníes y sauditas en La Meca.

En septiembre pasado, la muerte de al menos 2.236 peregrinos, entre ellos 464 iraníes, en Mina, cerca de La Meca, había aumentado la tensión entre ambos países.

La crisis diplomática llegó al deporte ya que los clubes sauditas que participan en la Liga de Campeones de fútbol de Asia, que comienza en febrero, pidieron que los partidos con los clubes iraníes se disputen en un país neutral.

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