Una reunión crítica del BCE

La crisis de la banca pone contra las cuerdas a Lagarde con el IPC disparado

Los problemas de Credit Suisse, entidad sistémica europea, han estallado a las puertas de una reunión donde el emisor tenía previsto subir tipos en 50 puntos básicos para atajar una inflación en el 8,5% 

Christine Lagarde, presidenta del BCE
Christine Lagarde, presidenta del BCE
DPA vía Europa Press

La crisis de Credit Suisse pone contra las cuerdas al Banco Central Europeo (BCE) en otra reunión crítica para su Consejo de Gobierno, más aún tras producirse hace solo unos días la quiebra del estadounidense Silicon Valley Bank (SVB). La debacle en bolsa de los valores financieros ante la delicada situación del gigante suizo, una entidad sistémica para Europa, ha sorprendido al emisor a las puertas de un nuevo alza de tipos. Está previsto, (o lo estaba antes de que se produjese este nuevo movimiento sísmico en la banca) que el banco central anuncie otro incremento de 50 puntos básicos en la reunión de este jueves para controlar una inflación que se niega a entrar en cintura en la Eurozona y que empieza a convertirse en un problema cada vez más estructural. 

Eurostat constató hace unos días que la tasa general de IPC apenas se ha moderado hasta el 8,5% en febrero pese al endurecimiento más severo de las condiciones de financiación desde que existe el euro. La oficina de estadísticas comunitaria puso además en evidencia que la inflación subyacente -que excluye de su cómputo la energía y los alimentos no elaborados- escaló el mes pasado hasta el 5,6%, marcando así un nuevo récord. El ritmo de subida de los tipos para hacer frente al rally de los precios ha sido objeto de un intenso escrutinio por parte de los mercados y de un debate no menos agudo en el seno de la entidad, ante unas economías que han aguantado el tirón de la crisis energética y de las consecuencias más severas de la guerra en Ucrania, pero que van dando síntomas cada vez más claros de agotamiento. 

El PIB del conjunto de países que comparten moneda se estancó en el cuarto trimestre del año pasado y, si bien la zona euro evitó la recesión, también registró la mayor caída del consumo de los hogares para un trimestre desde su creación (del 0,9%), salvando únicamente la fase más severa de la pandemia, cuando buena parte de las economías de la región tuvieron que echar el cierre por las restricciones. En un contexto altamente inflacionario, esta reducción del gasto de las familias podría interpretarse como un mal menor -o como un efecto buscado por el propio BCE con su agresiva política monetaria-. Sin embargo, es una evidencia más de hasta qué punto la incertidumbre impregna el panorama económico en el área del euro.  

Indicaciones a futuro, la clave

Más que en la decisión que adopte hoy sobre el precio del dinero, la clave estará en ver si en su intervención la presidenta del BCE, Christine Lagarde, da "cualquier indicación sobre el ritmo de las futuras subidas de tipos", apunta Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz. Gran parte de estas orientaciones se centran en tratar de dilucidar la función de reacción de la política monetaria del emisor, orientando a los mercados sobre cómo valorar las alzas de tipos a corto plazo y el probable tipo de interés terminal del BCE, añaden desde Nomura Global Market.

Así, pese a que los expertos de la firma alemana dan por hecho que el banco central seguirá endureciendo su política monetaria por la persistencia de presiones inflacionistas en la subyacente, hay quienes no descartan que en la reunión de este jueves la entidad se decante por un alza más moderada (de 25 puntos básicos y no de 50) para calmar algo los ánimos hasta que la tormenta en el sector financiero empiece a remitir. Parece, no obstante, el escenario menos plausible teniendo en cuenta que el principal mandato del emisor es controlar la inflación. 

Desde Nomura consideran que hay dos razones evidentes que justifican una subida de 50 puntos básicos este jueves. Por un lado, el hecho de que los requisitos regulatorios de los bancos en la Eurozona son más estrictos que en los Estados Unidos y, por otro, que en el caso europeo hay muchas facilidades de liquidez a las que los bancos pueden acceder si es necesario "con adjudicación plena y con un marco de garantía muy favorable", y existe además el Fondo Único de Resolución para apoyar bancos fallidos -en caso de que se vieran arrastrados por la crisis de la entidad helvética-. Según ha avanzado 'The Wall Street Journal', los funcionarios del BCE han contactado con varias entidades europeas para preguntarles sobre su exposición a la entidad suiza.

De momento, el Banco Nacional de Suiza dejó claro anoche que, de ser necesario, proveerá de liquidez a Credit Suisse, si bien enfatizó que la entidad cumple con los estrictos requisitos de liquidez y capital que se les exige a todos los bancos del país para garantizar su estabilidad. La crisis del banco era un secreto a voces que no ha pillado a nadie por sorpresa (anunció que disparaba sus números rojos hasta los 7.381 millones de euros el año pasado y venía de perder miles de millones de euros en depósitos desde 2021). Sin embargo, por conocida que fuera su realidad, esta no resta tensión para Christine Lagarde, dado que el BCE será el primer gran banco central en pronunciarse tras este nuevo shock que ha puesto patas arriba los mercados financieros de la región. 

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