Servicio de la deuda

El asalto del BCE a la inflación amenaza los costes de la deuda previstos en 2023

El proyecto de Presupuestos que el Gobierno acaba de llevar al Congreso prevé que el Estado tenga que hacer frente a unos costes financieros de 31.275 millones de euros , un 6,4% superiores a los de este año

Foto Calviño, Moscovici y Lagarde / EFE-Olivier Hoslet
El asalto del BCE a la inflación amenaza los pagos por la deuda previstos en 2023
EFE-Olivier Hoslet

Las actas de la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), publicadas la pasada semana, dan idea de hasta qué punto la entidad teme que la inflación pueda estancarse en niveles excepcionalmente altos. Los precios subieron en septiembre al 10% en la zona euro, según el avance de Eurostat, un nivel inédito desde la incorporación de la moneda común. La situación es tal, que varios miembros de su consejo de Gobierno apuestan por aplicar una política más agresiva de subida de los tipos, aunque esta pueda debilitar aún más el exiguo crecimiento previsto para 2023. 

El problema de que los 'halcones' del BCE impongan su tesis es que ese escenario podría elevar los costes de la deuda para España más allá de lo contemplado en los Presupuestos Generales del Estado del año que viene, haciendo que las cuentas queden desfasadas en este punto. La entidad capitaneada por Christine Lagarde ha endurecido su política monetaria con retraso en relación a sus homólogos (Fed, Banco de Inglaterra...), puesto que sus dos primeras subidas de tipos en once años llegaron en julio (0,50 puntos) y en septiembre (0,75 puntos).

Sin embargo, lejos de moderarse, el alza de los precios se ha acelerado en ese periodo entre los países que comparten el euro al pasar del 8,9% a ese 10% de media registrado el mes pasado. Es justo lo contrario que ha sucedido en España, donde la tasa anual del IPC tocó techo en julio en el 10,8% y se situaría en el 9% en septiembre-. La inflación subyacente tocaría un nuevo máximo del 4,8%, reflejando cómo las presiones son mayores y sus efectos se extienden más allá de la energía o los alimentos. 

Las actas del BCE recogen, a modo de advertencia, una perspectiva preocupante. "La inflación es demasiado alta y es probable que se mantenga por encima del objetivo del Consejo de Gobierno durante un período prolongado", apunta la entidad. Y más aún, incide en que ni siquiera un escenario de recesión económica sería suficiente para controlar los precios. De ahí que haya miembros del consejo que pidan acelerar el alza de tasas cueste lo que cueste (Alemania tiene todas las papeletas de estar entre las economías más afectadas por su particular exposición a la crisis energética agravada por la guerra en Ucrania). 

Las Cuentas prevén 31.275 millones para servicio de la deuda

Desde la pasada crisis de deuda -que sucedió a la gran crisis de 2008- España ha disfrutado de unos costes financieros más bajos gracias a que los tipos de interés han permanecido en mínimos históricos y a los distintos programas de compra de bonos desplegados por el organismo. El proyecto de Presupuestos que el Gobierno acaba de llevar al Congreso prevé que el Estado tenga que dedicar 31.275 millones de euros en 2023 al servicio de la deuda, un 6,4% más que el ejercicio anterior. La coyuntura es demasiado incierta y la cifra puede elevarse si el BCE se ve obligado a pisar el acelerador... y cada vez más elementos apoyarían una opción de este tipo. 

La rentabilidad del bono español a 10 años, la referencia nacional, rozó el pasado viernes máximos anuales al traspasar la barrera del 3,4% en un movimiento al alza que afectó a otras referencias europeas ante las perspectivas de que sus economías vayan a tener que afrontar más déficit, más deuda y menos crecimiento. En los pocos días que llevamos de mes, el Euribor a un año ha escalado hasta el 2,45%, con la tasa diaria de nuevo al alza tras varias sesiones consecutivas de moderación. El Gobierno no incorpora su cálculo para esta referencia en el cuadro macro, pero sí para el tres meses, que sitúa en el 2% el año que viene (en octubre se mueve por encima del 1,2% de media).

Aunque el Gobierno espera moderar el volumen de emisiones en 2023, prevé que la deuda neta en circulación se eleve en 70.000 millones de euros, si bien porcentaje del PIB se reduciría del 115,2% previsto para este ejercicio al 112,4% el año que viene. Desde el Ministerio de Asuntos Económicos inciden en que el Tesoro "ha llevado a cabo una política de prudencia en los últimos años", de modo que solo alrededor del 15% de la deuda se refinancia cada ejercicio, lo que le protege más de las subidas de tipos de interés.

En el Departamento que encabeza Nadia Calviño explican a este diario que desde principios de año las rentabilidades de los soberanos europeos ya se han incrementado considerablemente y el coste del stock total de deuda se mantiene en el 1,64%. En cualquier caso, la estrategia de financiación del Tesoro de cara a 2023 se hará pública el próximo mes de enero, lo que da cierto margen al Ejecutivo para reajustar su política.

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