El Banco Central Europeo (BCE) ha criticado la falta de claridad y transparencia en algunas entidades para determinar la retribución variable que pagan a sus altos directivos, más relacionada con el rendimiento que a asegurar que sus decisiones están alineadas con una toma de riesgos prudente.
Los esquemas empleados para decidir esos "bonus", explica el BCE en una nota de este miércoles, "no siempre son claros y transparentes". En muchas ocasiones, confían de forma excesiva en el desempeño financiero en comparación con el riesgo, el control y los aspectos culturales y de comportamiento.
Para sorpresa del BCE, esto también es válido para los empleados en funciones de control interno e incluso para directores de riesgos. Por su parte, los supervisores también han observado debilidades en la alineación de los indicadores de rendimiento con el apetito por el riesgo, en los procesos y controles en torno a la remuneración variable y en la aplicación de cláusulas malus y de recuperación en caso de asunción de riesgos excesivos o mala conducta.
La conclusión es que "en general" hay espacio para mejorar en este área, lo que requiere la atención de los supervisores. El BCE insiste en que las decisiones diarias de los gestores de los bancos y los propios empleados tiene un impacto en los riesgos que asumen.
Una sólida cultura de riesgo
Las debilidades en la cultura del riesgo pueden indicar problemas en el futuro, como pérdidas financieras o mala conducta, argumenta; por el contrario, la sólida posición financiera de un banco podría ser engañosa si existe un problema subyacente con la cultura de asunción de riesgos. Incluso en períodos de buena salud financiera, una sólida cultura del riesgo puede ser "esencial para prevenir futuras pérdidas que podrían dañar la reputación de un banco".
Es por eso que los supervisores examinan a fondo este área de riesgo con base en las pautas de gobernanza de la Autoridad Bancaria Europea, pero el BCE insiste en que es "responsabilidad" de cada banco definir y dar forma a su propia cultura de riesgo.
Decisiones de la cúpula
A juicio del BCE, uno de los deberes principales de los órganos de administración de los bancos es establecer desde arriba una política de rendición de cuentas y una asunción de riesgos prudente. Para conseguir estos objetivos es importante que los consejeros cuenten con unas habilidades y experiencia relevantes, además de buena reputación y capacidad para desafiar de forma constructiva a la alta dirección.
Sin embargo, "la evidencia muestra que los bancos necesitan mejorar la capacidad para desafiar a los miembros de la junta sobre las decisiones que toman en áreas relacionadas con la cultura de riesgo", añade el BCE en su artículo. Además, prosigue, los órganos de administración de varios bancos no supervisan explícitamente la asunción de riesgos ni transmiten de manera efectiva la cultura y los estándares éticos a todos los niveles del banco. No obstante, destaca, algunos bancos han desarrollado buenas prácticas para fortalecer la efectividad de la supervisión.
Una tercera dimensión de la buena gobernanza y la cultura del riesgo es la rendición de cuentas y la asunción de riesgos. En este caso, el BCE asegura que algunos bancos no asignan claramente las funciones y responsabilidades de las tareas relacionadas con el riesgo y el control, mientras que otros tienen funciones de gestión de riesgos y cumplimiento que no cuestionan suficientemente las líneas de negocio.
Por ello, la supervisión bancaria del BCE seguirá evaluando el progreso de los bancos en la mejora de la cultura del riesgo a través de evaluaciones comparativas entre entidades, el intercambio de buenas prácticas y el diálogo continuo con la industria, poniendo el foco cuando se identifiquen debilidades clave.
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