Boletín económico

El BCE alerta del parón de la economía y aprecia riesgos al alza para la inflación

La tasa de IPC puede superar las previsiones a medio plazo si suben las materias primas energéticas y alimentarias, hay mayor transmisión a los precios de consumo o alzas salariales superiores a las previstas.

Guindos y Lagarde.
Guindos y Lagarde.
Andrej Hanzekovic / ECB

La actividad en la zona euro se ha debilitado en el tercer trimestre del año y ese frenazo irá a más a finales del ejercicio y principios de 2023. La advertencia la hace el Banco Central Europeo (BCE) en su último boletín económico en el que, además, aprecia riesgos al alza para la inflación. La subida de los precios tocó techo en octubre en el conjunto de países que comparten moneda en el 10,7%, su nivel más alto desde la puesta en circulación del euro. 

La entidad capitaneada por Christine Lagarde explica que, de acuerdo con los indicadores económicos entrantes, los riesgos para las perspectivas de crecimiento económico son claramente a la baja, especialmente a corto plazo. "Una guerra prolongada en Ucrania sigue siendo un riesgo significativo", sostiene. Esto podría afectar negativamente a la confianza y a las restricciones por el lado de la oferta, de modo que los costes de energía y alimentos también podrían permanecer "persistentemente más altos de lo esperado". El BCE considera que el debilitamiento de la economía mundial podría ser un lastre adicional para el crecimiento en la zona del euro.

En lo que respecta a las perspectivas de inflación, estas son principalmente alcistas. A medio plazo, la tasa anual de IPC puede situarse por encima de lo previsto si se producen subidas de los precios de las materias primas energéticas y alimentarias y una mayor transmisión a los precios de consumo, un empeoramiento persistente de la capacidad de producción de la economía o aumentos salariales superiores a los previstos. Por el contrario, un descenso en los costos de la energía y un mayor debilitamiento de la demanda reducirían las presiones inflacionistas. La depreciación del euro se ha sumado a la acumulación de presiones inflacionistas.

Los riesgos de la guerra y de la covid

Aunque hay algunos vientos favorables para la economía mundial debido a la mayor relajación de las presiones de la cadena de suministro global, persisten los riesgos a la baja, sobre todo por la continua incertidumbre geopolítica a causa de la invasión rusa de Ucrania y de un posible empeoramiento de la evolución del coronavirus en otoño e invierno. A pesar de la disminución de las presiones en la cadena de suministro, el impulso del comercio mundial sigue siendo moderado en medio del deterioro de las perspectivas mundiales.

Con la reducción de los ingresos reales de las personas y el incremento de los costos para las empresas, la elevada inflación continúa frenando el gasto y la producción. Las graves interrupciones en el suministro de gas han empeorado aún más la situación y la confianza tanto de los consumidores como de las empresas ha caído rápidamente. La demanda de servicios se está desacelerando, después de un sólido desempeño en trimestres anteriores con la reapertura de las economías tras la covid.

Medidas fiscales solo para los más vulnerables

El BCE vuelve a lanzar además un mensaje claro a los gobiernos de la región: para limitar el riesgo al alza de la inflación, las medidas de apoyo fiscal para atajar los altos precios de la energía "deben ser temporales y estar dirigidas a los más vulnerables". Sus políticas deberían ofrecer incentivos para reducir el consumo y reforzar el suministro de energía. Deben ser medidas que "demuestren su compromiso de reducir gradualmente los altos índices de deuda pública". 

El pasivo del conjunto de países que conforman la zona euro superó por primera vez los 12 billones de euros en el segundo trimestre, si bien el avance de la economía permitió que la ratio sobre PIB se redujese ligeramente hasta el 94,2%. El banco central incide en que las políticas estructurales deben diseñarse para aumentar el potencial de crecimiento y la capacidad de oferta de la región y para aumentar, así, su resiliencia. 

Los salarios pueden estar repuntando

Pese a que el mercado laboral ha seguido reflejando un buen desempeño en el tercer trimestre (la tasa de paro se ha situado en un nivel históricamente bajo del 6,6% en agosto y aún se han creado puestos de trabajo) el debilitamiento de la economía podría conducir a un desempleo algo mayor en el futuro. Es probable que los mercados laborales que se encuentren en una posición más sólida respalden salarios más altos, al igual que cierta recuperación de estos para compensar la inflación más alta. 

"Los datos salariales entrantes y los acuerdos salariales recientes indican que el crecimiento de los salarios puede estar repuntando", remarca el BCE. La mayoría de las medidas de las expectativas de inflación a más largo plazo se sitúan actualmente ancladas en torno al 2%, aunque las revisiones adicionales de algunos indicadores por encima del objetivo "justifican", en su opinión, un seguimiento continuado.

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