La decisión de Eslovaquia, Hungría y Polonia de suspender las importaciones de productos agrícolas ucranianos (cereales, esencialmente) tiene una doble vertiente: interna y europea. En esta última España se juega mucho, ya que es la mejor compradora europea del corredor del Mar Negro, solo superada por China. El Mar Negro es el corredor por el que se transporta el grano de Ucrania hacia el resto de Europa. En el ámbito interno, la entrada sin cuotas ni aranceles de miles de toneladas de grano ucraniano en los últimos meses, ha impactado en los mercados internos de estos tres países desequilibrándolos.
Ucrania pasa por ser uno de los grandes graneros del mundo y su grano, en la actualidad por el apoyo de la Unión Europea a Kiev, entra en territorio comunitario sin las mismas exigencias ni controles de las importaciones de otros terceros países. De momento, la Comisión Europea estudia la medida, puesto que suyas son las competencias en materia comercial y España puede verse obligada a importar más grano ucraniano por la sequía, por lo que sería la última interesada en la introducción de aranceles u otros controles.
La introducción masiva de grano ucraniano ha generado importantes protestas por parte de los agricultores de este país, y se ha cobrado la cabeza del anterior ministro de Agricultura Henryk Howalczyk quien dimitió la semana psaada tras plantear a Bruselas que recupere los controles arancelarios sobre esta materia prima. Ahora, el gobierno del Partido de la Ley y la Justicia (PiS), ha decidido cortar por lo sano ante el impacto que pueda tener esta situación en las próximas elecciones de este país en noviembre. El PiS, muy conservador, tiene en agricultores y ganaderos una parte importante de sus votantes.
El peso del sector primario en Hungria y Eslovaquia, así como el exceso de oferta de cereales en estos países, ha llevado a ambas naciones europeas a seguir el ejemplo polaco y poner coto a las importaciones agrícolas ucranianas.
España, deficitaria en cereal y gran consumidora
Pero, ¿por qué debe preocuparse España? La denominada 'Iniciativa de granos del Mar Negro' tiene en España su segundo mejor cliente, solo superada por un gigante como China que ha comprado más de 6 millones de toneladas desde el 1 de septiembre de 2022, según la web oficial del citado corredor. En el caso de España esta cifra alcanza unos 4,76 millones de toneladas. Por detrás se encuentran países como Turquía e Italia.
El interés de España en el grano ucraniano tiene su causa en que somos un país deficitario. Una situación que este año se agravará por los efectos de la sequía, que ya están mermando las producciones locales de cereales como el trigo y la cebada. En concreto, según el Balance de Cereales de España correspondiente a la campaña 2022-2023, tenemos unas necesidades de unos 37,73 millones de toneladas frente a una producción nacional de unos 24 millones de toneladas. Esto obligó a importar unos 14,73 millones de toneladas. La mayoría de todo este grano va dirigido a alimentar una de nuestras grandes industrias agroalimentarias: el sector porcino.
En concreto, somos los terceros productores mundiales de porcino tras China y Estados Unidos con una cabaña de 32,5 millones de cabezas. Además estamos entre los primeros exportadores a nivel global. Según la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (Interporc) el año pasado se cerró casi tres millones de toneladas exportadas por un valor próximo a los 8.279 millones de euros vendidos a más de 100 países. El Informe Interactivo de Comercio Exterior, que elabora el Ministerio de Agricultura, estima unas ventas al exterior por un montante de 6.796,51 millones y unas importaciones que apenas superan los 271 millones. Una actividad que cuenta con 48.768 explotaciones y más de 2.600 industrias repartidas por toda España en 2022
La política comercial, exclusiva de la Unión Europea
Por su parte, ña Comisión Europea ya ha solicitado más información a las autoridades de estos tres países para determinar si la medida que han adoptado es ilegal ya que la política comercial es exclusiva de la Unión Europea. Mientras , Bruselas ha echado mano de chequera y habilitado ayudas por 56,3 millones de euros financiados por la reserva agrícola para los agricultores búlgaros, polacos y rumanos afectados por la entrada del grano de Ucrania.
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