"Es un gran desafío garantizar estas grandes inversiones para seguir creciendo económicamente pero también para desarrollarnos", apuntó el presidente Evo Morales al presentar la propuesta.
En lo económico, el plan proyecta para el fin de período, un PIB per cápita de 5.000 dólares (3.033 dólares en 2014), mientras que el PIB nominal alcanzaría a 57.000 millones de dólares (33.000 millones en 2014).
Asimismo, estima que el valor de las exportaciones se situará en 16.000 millones (12.856 millones en 2014) con una creciente participación de las exportaciones no tradicionales que pasarán del actual 19% al 50%.
La inversión extranjera directa, incluyendo la que se ejecute en sociedad con el Estado, alcanzará a 8% del producto. La inversión publica nacional sumará 48.574 millones de dólares, multiplicando varias veces el valor de 2015 (6.000 millones).
La inversión pública apunta al desarrollo del aparato productivo y al fortalecimiento de la infraestructura vial para una mayor diversificación de la economía.
Entre los objetivos sociales, el plan se propone reducir la pobreza extrema del 17,3% (2014) a 9,5%, la pobreza moderada al 24(desde 39,2 en 2014) y disminuir a 25 veces la desigualdad de ingresos entre el segmento más rico y el más pobre (39 veces en 2015).
Asimismo, se ampliará la cobertura de agua potable, alcantarillado y otros servicios básicos, particularmente en las áreas rurales.
El Plan de Desarrollo 2016-2020 incluye la ejecución de los proyectos de industrialización de los recursos naturales como el litio, el gas y el hierro, así como significativas inversiones para la exportación de gas y electricidad, orientadas a convertir a Bolivia en un centro energético sudamericano.
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