Brasil avanza en proceso para la compra de sistemas antiaéreos rusos

Brasilia, 16 oct.- El ministro de Defensa brasileño, Celso Amorim, recibió hoy a su homólogo de Rusia, Serguéi Shoigú, con quien analizó las negociaciones en curso para la compra de sistemas antiaéreos rusos, de las cuales dijo que están "muy avanzadas".

Amorim explicó a periodistas que "faltan afinar algunos detalles técnicos", que serán discutidos por una misión brasileña que viajará a Moscú "dentro de uno o dos meses".

Las negociaciones comenzaron en febrero pasado y están centradas en la posible adquisición de tres baterías de misiles antiaéreos rusas del tipo Pantsir-S1 y otras dos del modelo Igla.

La operación puede llegar a un valor de unos 1.000 millones de dólares e inicialmente se esperaba concretarla antes del Mundial de fútbol de 2014 en Brasil, entre junio y julio, a fin de reforzar la seguridad durante el evento, lo cual ya no será posible.

Fuentes del Ministerio de Defensa explicaron que, sin embargo, la meta ahora es que el contrato se firme a principios de 2014 y que el material sea entregado unos meses después, con lo cual sí ya estaría en Brasil para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016.

Amorim dijo que otro de los asuntos tratados con Soigu fue una posible cooperación ruso-brasileña para la fabricación de aviones de combate de quinta generación, aunque aclaró que sería un proyecto a largo plazo.

Brasil tiene postergada la renovación de su flota de cazas de combate Mirage, cuya vida útil llega hasta diciembre próximo, según el propio Ministerio de Defensa.

Con ese fin, convocó hace más de una década una licitación para la compra de 36 nuevos cazabombarderos, a cuya fase final llegaron los Rafale de la empresa francesa Dassault, los Gripen NG de la sueca Saab y los F-18 Super Hornet de la estadounidense Boeing.

Pese a la urgencia de la Fuerza Aérea, la licitación se mantiene suspendida por razones presupuestarias, aunque Amorim reiteró hoy su confianza en que la decisión pueda ser tomada en un corto plazo.

Tras la entrevista con Amorim, Shoigú tenía prevista una reunión con el vicepresidente brasileño, Michel Temer, que suponía la última actividad oficial prevista en la agenda de su gira por Suramérica, que incluyó además una visita a Perú.