Brasil relanzará obras paralizadas de un polémico trasvase impulsado por Lula

  • El Gobierno brasileño anunció hoy una nueva licitación para relanzar las obras del trasvase del río San Francisco, un ambicioso y polémico proyecto impulsado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva que está prácticamente paralizado.

Río de Janeiro, 29 dic.- El Gobierno brasileño anunció hoy una nueva licitación para relanzar las obras del trasvase del río San Francisco, un ambicioso y polémico proyecto impulsado por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva que está prácticamente paralizado.

El ministro de Integración Nacional, Fernando Bezerra, afirmó hoy al diario O Estado de São Paulo que la nueva licitación costará cerca de 1.200 millones de reales (unos 640 millones de dólares) y será publicada a comienzos del año entrante, aunque el ministerio no ha confirmado la información oficialmente.

El proyecto, iniciado en 2007, contempla la construcción de 720 kilómetros de canales para irrigar una extensa región pobre y árida del noreste de Brasil, que sufre de sequías persistentes que impiden el desarrollo de la agricultura.

La nueva licitación será necesaria porque los ocho consorcios de constructoras privadas que habían sido contratados no acabaron las obras por el aumento excesivo de los costes de construcción con respecto al presupuesto original.

Según imágenes divulgadas por el rotativo, las obras han sido abandonadas y los canales de cemento presentan grietas en varios tramos, por donde han brotado matorrales.

El presupuesto inicial se calculó en 5.000 millones de reales (unos 2.673 millones de dólares), de los que se han invertido cerca de 2.800 millones de reales (o 1.497 millones de dólares), según O Estado.

Bezerra explicó que el proyecto inicial "no estaba detallado" y no identificó el tipo de suelo, un factor que encareció las obras hasta un 60 por ciento más, lo que no está permitido por la ley de licitaciones.

Las obras continúan en los tramos que están a cargo de empresas públicas con cerca de 3.800 trabajadores, menos de la mitad de los 9.000 obreros que llegaron a participar en la construcción.

El trasvase comienza en la frontera de los estados de Bahía y Pernambuco y tiene dos ramales, uno que llevará agua hasta Paraíba y otro, que tiene ramificaciones hasta las regiones de Ceará y Río Grande do Norte.

El Gobierno quería haber inaugurado el ramal de Paraíba en 2010, en el último año del mandato de Lula, pero todavía están pendientes el 30 por ciento de las obras y como pronto serán concluidas en 2014, según dijo O Estado.

El segundo canal tiene cerca de la mitad de su trazado ejecutado y podría ser inaugurado a finales de 2015, según los cálculos del rotativo.

El trasvase soliviantó a los campesinos y pescadores que viven en la rivera del San Francisco, tercer río más caudaloso de Brasil, que se manifestaron en numerosas ocasiones para denunciar los posibles impactos ambientales del proyecto que, según ellos, solo va a beneficiar a las grandes multinacionales agrícolas.

Lula fue el principal valedor del proyecto y su sucesora y ahijada política, la presidenta Dilma Rousseff, lo defiende como una obra necesaria para desarrollar el noreste de Brasil, que es una de las regiones más pobres del país.

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