Brasil se pone en guardia para que su economía salga indemne de la crisis

  • La crisis europea ha encendido las alarmas en Brasil por el impacto negativo en su crecimiento económico, cuya proyección fue rebajada nuevamente hoy por el Banco Central mientras el Gobierno lanza medidas de estímulo a diferentes sectores para que la locomotora no pare.

Jaime Ortega Carrascal

Río de Janeiro, 28 jun.- La crisis europea ha encendido las alarmas en Brasil por el impacto negativo en su crecimiento económico, cuya proyección fue rebajada nuevamente hoy por el Banco Central mientras el Gobierno lanza medidas de estímulo a diferentes sectores para que la locomotora no pare.

La autoridad monetaria redujo hoy del 3,5 al 2,5 por ciento su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para este año en sintonía con el mercado financiero, que esta semana rebajó su proyección del 2,30 al 2,18 por ciento.

Según analistas, eso es consecuencia de una coyuntura internacional desfavorable representada por la depresión de la demanda en Europa, la desaceleración de China y el flojo crecimiento económico de EE.UU., factores que reducen la demanda de productos brasileños y agravan la situación de la industria ya golpeada por la valorización del real frente al dólar.

"Ahora, ese escenario nos preocupa, pero no nos amedrenta", dijo el miércoles la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, al anunciar un nuevo paquete de 8.434 millones de reales (unos 4.217 millones de dólares) para estimular la economía mediante compras gubernamentales.

Ese paquete se suma a otros millonarios programas de incentivos fiscales y crediticios presentados en los últimos meses para ayudar a la industria, uno de los motores de la economía brasileña, y en especial a sectores como el automotor, el textil y el de electrodomésticos.

Rousseff dijo que Brasil tiene recursos "para seguir creciendo", pero pidió a la sociedad que tenga consciencia de la necesidad de mantener la disciplina fiscal porque "la situación internacional es diferente".

"No podemos tener la soberbia de creer que podemos jugar al borde del precipicio", alertó la mandataria al subrayar que el objetivo es "proteger la producción y los empleos" de la mayor economía latinoamericana.

"Sin duda hay motivos de preocupación porque a diferencia de lo ocurrido en 2008, cuando la crisis estaba principalmente en el mercado financiero, ahora está más en el campo real", dijo a Efe el economista Felipe Queiroz, de la agencia de clasificación de riesgo Austin Rating.

Según Queiroz, las medidas tomadas por el Gobierno brasileño cuando comenzó la crisis en Estados Unidos surtieron efecto porque dieron un estímulo al consumo interno mediante rebajas fiscales, de los tipos de interés y la expansión del crédito, pero esas políticas son insostenibles de manera indefinida sin reformas de fondo.

"Quien aprovechó esos beneficios para, por ejemplo, cambiar el refrigerador, no va a cambiarlo ahora nuevamente porque el Gobierno da más incentivos", explica.

Quizás por eso el paquete de ayudas presentado ayer está enfocado ya no en el consumo de las familias sino en las compras gubernamentales de camiones, autobuses, tractores, ambulancias y hasta vehículos blindados para las Fuerzas Armadas, complementadas con facilidades de crédito ofrecidas por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el brazo de fomento del Gobierno.

A ese programa se sumó hoy el ambicioso Plan Agropecuario 2012-2013 presentado por Rousseff y dotado 115.000 millones de reales (unos 57.000 millones de dólares) para reforzar el papel del campo como otra de las palancas del crecimiento, junto con la industria y los servicios.

La economía se estancó en el primer trimestre con un crecimiento del 0,2 por ciento frente al cuarto de 2011, y el Gobierno quiere evitar a toda costa que ese resultado configure una tendencia para el resto de 2012, para el cual el ministro de Hacienda, Guido Mantega, no pierde el optimismo y espera una expansión cercana al 4 por ciento.

Sin embargo, los especialistas consideran que aunque el mercado interno todavía tiene potencial de crecimiento, las medidas de estímulo no dejan de ser un paliativo.

"Son medidas puntuales que no resuelven el problema en la raíz porque lo que se necesitan no son cambios coyunturales sino estructurales", opina Queiroz en referencia a reformas como la tributaria, laboral y de la seguridad social, que los empresarios reclaman desde hace años para abaratar los costos de producción y mejorar la competitividad internacional.

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