Acuerdo 'in extremis'

Brexit: cuatro años y medio de espera para urgir a un pacto en plena Covid-19

Los británicos abandonaron formalmente el bloque el 31 de enero iniciando un periodo de transición que ha durado once meses en el que casi todo ha seguido igual en las relaciones entre ambos, con matices clave.

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EFE

Londres y Bruselas han puesto el broche final a un proceso histórico en medio de un año excepcional en el que la crisis del coronavirus, la sanitaria y la económica, lo ha empañado y emborronado todo. Los británicos abandonaron formalmente el bloque el pasado 31 de enero, adentrándose en un periodo de transición que ha durado once meses en el que prácticamente todo ha seguido igual en las relaciones entre ambos, con matices importantes. Durante todo este tiempo, Reino Unido ha seguido sometido a la legislación comunitaria, a las decisiones del Tribunal de Justicia y ha tenido que cumplir sus obligaciones, pero ha dejado de tener voz, voto o capacidad de veto en el club comunitario.

Consciente de lo que ello suponía, el primer ministro británico, Boris Johnson, dejó claro que su país no pediría una prórroga para estirar el periodo transitorio más allá del 1 de enero. Lo hizo a mediados de junio, cuando su país había logrado doblegar la curva de la primera ola del virus que a principios de mayo había dejado un máximo de 6.200 contagios al día -una cifra que poco tiene que ver con los 39.036 nuevos casos diarios que se anunciaron esta Nochebuena, coincidiendo con la firma 'in extremis' del acuerdo del Brexit-. Sólo en la última semana el número de afectados se ha disparado alrededor del 60% con la aparición de dos nuevas cepas más contagiosas. La primera surgió en el sureste de Inglaterra el pasado mes de septiembre y la segunda se ha detectado hace solo unos días.

Johnson ha sido capaz de desdecirse en cada anuncio que ha ido haciendo estos últimos meses, antes incluso de que a los británicos les diera tiempo a asimilar su mensaje. Hace poco más de una semana aseguraba que "cancelar" la Navidad sería poco menos que "inhumano" y pocos días después anunciaba un confinamiento más estricto en Inglaterra y Gales donde se han prohibido las reuniones entre integrantes de núcleos de convivencia distintos durante las fiestas (cerca de 20 millones de ciudadanos se han visto afectados por este anuncio). Con el Brexit, sus idas y venidas han sido muy similares. 

Al premier le ha tocado lidiar con el divorcio más sonado de la historia a este lado del charco -después de cuarenta y siete años de convivencia... y desavenencias- en medio de la peor crisis en tiempos de paz para su país. La pasada semana la Oficina de Estadísticas Nacionales del país (ONS, por sus siglas en inglés) confirmaba que el PIB de las islas había avanzado a un ritmo récord del 16% en el tercer trimestre, después de haberse hundido un 18,8% entre abril y junio. El dato es, en realidad, un espejismo puesto que no contempla la escalada de casos de la segunda ola del virus -las cifras empezaron a descontrolarse a partir de octubre- ni las medidas mucho más restrictivas que en la oleada de principios de año. 

Presión sobre la economía y acción del Banco de Inglaterra

El sistema sanitario y la economía están sufriendo una presión extraordinaria a pocos días de que el periodo de transición concluya y, ante la perspectiva de que la situación pueda agravarse con la salida definitiva de la Unión Europea, el Banco de Inglaterra (BoE) abrió en octubre una ronda de consultas con los bancos del país donde les preguntaba por escrito cómo de preparados estarían para una situación de tipos de interés negativos o a cero. Sería la primera vez en la historia que sucede y no es para menos. Unas semanas después, en noviembre, el miembro del Comité de Política Monetaria de le entidad, Michael Saunders, ya alertó de que los efectos a largo plazo del Brexit podrían tener un impacto mayor en las empresas que la pandemia de coronavirus.

Mientras tanto, la libra ha tenido que pelear con un doble enemigo, el miedo al Brexit 'duro' y los efectos de la crisis sanitaria. En lo que llevamos de ejercicio la esterlina se ha depreciado más del 5% en relación al euro. "Los detalles del trato serán digeridos por los mercados en las próximas semanas", apuntan desde el bróker Monex Europe. Añaden que que este acuerdo es en el mejor de los casos "un desincentivo para la inversión en servicios financieros en el Reino Unido". 

De cara al futuro, sostienen que las perspectivas para la libra esterlina estarán ahora determinadas a corto plazo por la rapidez con la que la economía pueda reabrirse y recuperarse tras el último empeoramiento de la situación interna de Covid-19. Con la firma del acuerdo, Reino Unido podría modera en parte las aspiraciones independentistas de Escocia, aunque probablemente no las eliminará. Tal y como explican desde la consultora de análisis de mercados MacroYield, este aspecto será "foco de atención" en 2021, porque las elecciones al Parlamento escocés tendrán lugar el próximo 6 de mayo y pondrán en evidencia muy probablemente el reforzamiento del Partido Nacionalista Escocés.

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