Brufau carga contra la excesiva ambición de Ribera para liderar el cambio climático

  • El presidente de la petrolera advierte que hay países europeos que no comparten la misma sensibilidad y mucho menos el ritmo de recorte de emisiones.
Brufau alerta del impacto de Libia y Venezuela en la gasolina.
Brufau alerta del impacto de Libia y Venezuela en la gasolina.
EFE

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, advirtió hoy en la junta de accionistas de la compañía contra la excesiva ambición del Gobierno de Pedro Sánchez, ahora en funciones, en los objetivos contra el cambio climático y la descarbonización.

Según su análisis, España pretende liderar el movimiento contra el cambio climático en Europa cuando en el seno de la UE hay muchos países que no comparten la misma sensibilidad y mucho menos el ritmo de recorte de emisiones que España ha concretado en el anteproyecto del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Para Brufau, los objetivos españoles son "mucho más ambiciosos" de lo que se puede observar en Europa. Por ello pidió una "transición ordenada y posibilista". "Vayamos con cuidado" concluyó.

La junta de accionistas de Repsol renovó por otros cuatro años, hasta 2023, al actual presidente de la compañia, Antonio Brufau. Es el último relevo para el ex directivo de La Caixa, que entró en la petrolera en 1996 y que, sí se cumple lo previsto, se retirará con 75 años, tras 19 años de presidencia; en 15 de ellos, de 2005 a 2015, ha presidido con todos los poderes.

La junta ha renovado también al consejero delegado desde 2015, Josu Jon Imaz, el piloto encargado de poner rumbo hacia negocios más limpios que los hidrocarburos. El consejo se reduce a 15 miembros y salen del mismo el ex ministro de Industria Luis Carlos Croissier y Ángel Durández. Se incorporan dos mujeres, Aránzazu Larrañaga y Maria Teresa García-Milá, con lo que un tercio del consejo estará compuesto por mujeres.

Pese a las críticas a los planes del Gobierno, el último relevo de Brufau tiene color verde. La petrolera, como todas sus competidoras, está intentando incorporarse de forma acelerada a nuevas áreas de negocio, relacionadas con el suministro de gas y de electricidad.

A corto plazo, todo el afán está puesto en la compra de activos con bajas emisiones de CO2. Pero la doctrina oficial de la compañía es de calma. "La transición energética -señala la presentación a la junta- debe hacerse de forma ordenada e ir acompañada de un plan de desarrollo tecnológico e industrial para no comprometer el desarrollo del país".

La cartera está dispuesta. La compañía tiene previstas inversiones de 15.000 millones hasta 2030 y en la actualización del plan estratégico a 2020 detalló que 2.500 millones estarían destinados a la compra de activos de bajas emisiones. Desde el anuncio, la petrolera se ha gastado 749 en la compra de activos de Viesgo. El resto está a la espera de oportunidades. Repsol tanteó la compra de la solar X-Elio, pero la operación, de momento, no ha cuajado.

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