Antes de 2030

Bruselas acelera para reducir la compra del 65% de materias primas a China

Los objetivos se han fijado en la Ley de Materias Primas Críticas este jueves dentro de una batería de medidas destinada a aumentar la competitividad en la carrera tecnológica con China, EEUU y Japón.

Minería y materias primas
Bruselas acelera para reducir la compra del 65% de materias primas a China.
Pixabay

La Comisión Europea presenta este jueves un plan para acelerar en su independencia de materias primas calificada como críticas. La Unión Europea da un paso al frente para en 2030 ser capaz de extraer en su territorio el 10% de las materias primas críticas que consume al año, procesar el 40% de esa demanda y reciclar el 15%, un acelerón con respecto a los niveles actuales que busca reducir la dependencia europea de otras potencias, sobre todo de China.

Los objetivos se han fijado en la Ley de Materias Primas Críticas presentada este jueves dentro de una batería de medidas destinada a aumentar la competitividad de la industria europea y garantizarle un puesto en la carrera tecnológica global a la que China, Estados Unidos o Japón destinarán inversiones milmillonarias.

Nueva lista de materias primas críticas

Litio, níquel, silicio, magnesio, paladio y otros elementos de la nueva lista de 30 materias primas identificadas como críticas por la Comisión son imprescindibles para la fabricación de casi cualquier tecnología, desde teléfonos móviles y baterías hasta aplicaciones de defensa, pasando por paneles solares, y se espera que su demanda crezca exponencialmente en los próximos años.

Pero a día de hoy la UE tiene una exacerbada dependencia de países terceros para obtenerlos: China le proporciona el 98% de las tierras raras y el 93% del magnesio, entre otros siete minerales de los que es su principal proveedor; Turquía el 98% del borato, Chile el 78% del litio y Sudáfrica el 71% del platino, entre otros.

Para paliar la situación, Bruselas fija ahora como objetivo que para las 16 materias primas críticas consideradas "estratégicas" ningún país tercero pueda representar más del 65% del consumo anual de la UE en ninguna etapa de la cadena de procesado. Estas incluyen las tierras raras, litio, silicio, magnesio, cobre o titanio, entre otras.

La estrategia pasa en primer lugar por aumentar la producción en suelo europeo, acelerando los permisos para la extracción, que hoy pueden tardar hasta cinco años e implicar a cuatro administraciones, y creando ventanillas únicas para reducir burocracia.

Además, se identificarán "proyectos estratégicos" que podrán estar dentro o fuera de la UE y tendrán facilidades adicionales para acceder a financiación y permisos más rápidos, de dos años como máximo en el caso de la extracción y un año para el procesado y el reciclado.

La Comisión propone además que los Estados desarrollen programas para explorar los recursos geológicos con que cuentan en su terreno. Actualmente, Europa solo representa un 3% del presupuesto global de exploración y la mitad viene de tres países: España, Finlandia y Suecia.

Evitar una nueva crisis

Con el fin de prevenir futuras crisis, Bruselas vigilará las cadenas de suministros y pedirá a los Estados que analicen y coordinen sus reservas de materias estratégicas, de modo que se identifiquen vulnerabilidades o se evite que varios países acumulen lo mismo. Algunas grandes empresas también tendrán que realizar auditorías de sus cadenas, incluidos test de estrés.

El Ejecutivo comunitario pone el acento en dar una segunda vida a los materiales, por lo que reclama a los gobiernos medidas para mejorar la recogida y reciclado de deshechos ricos en materias primas críticas (como los dispositivos electrónicos de uso doméstico), y que analicen si es posible reciclar los desechos de minas activas o cerradas hace tiempo.

La Ley no contempla, sin embargo, nueva financiación para acometer esta tarea, por lo que los Estados dependerán sobre todo de sus presupuestos y de la flexibilidad que la Comisión aprobó la semana pasada para que den ayudas públicas a sectores "verdes".

El segundo pilar de esta estrategia es la diversificación de la cadena de suministros a través de nuevas alianzas comerciales y de inversión con socios fiables, incluidas "economías emergentes y en desarrollo" a través del programa de inversiones internacionales Global Gateway, con el que Europa quiere competir con la creciente presencia de China en estas regiones.

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