La industria: "Está muy alejada de la realidad" 

UE pone el foco en la batería: quiere 30 millones de coches eléctricos en 10 años

La Comisión Europea ha presentado una estrategia que tiene como principal objetivo lograr que coches, autobuses y camiones no tenga huella de carbono de aquí a 2050, un plan que el sector cuestiona.

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Bruselas pone el foco en la batería para acelerar la electrificación del transporte
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La Comisión Europea ha presentado esta semana una estrategia para una movilidad sostenible en el marco del Pacto Verde europeo que tiene como principal objetivo promover la electrificación del transporte y lograr que coches, autobuses y camiones no tenga huella de carbono de que aquí a 2050, un nivel de ambición que la industria cuestiona.

La estrategia es una hoja de ruta que agrupa casi un centenar de reformas, iniciativas, legislaciones… para los próximos cuatro años con el objetivo de garantizar la reforma de un sector que, según las estimaciones de la Comisión, es en la actualidad responsable de una cuarta parte de las emisiones de gases efecto invernadero. Emisiones que, asegura Bruselas, no han hecho sino aumentar en los últimos años. Si la Unión Europea aspira al alcanzar la neutralidad climática de aquí a 2050, el transporte debe ser más sostenible y reducir las emisiones en el sector en, al menos, un 90%.

La estrategia de la Comisión manda una señal clara tanto a la industria automovilística como a los proveedores de combustible: el futuro deben ser las energías renovables, limpias y verdes de bajas emisiones. La electrificación del sector automovilístico y el desarrollo de energías alternativas, como el uso de hidrógeno, son clave en esta estrategia.

Mientras que organizaciones como Hydrogens Europe aplauden la medida y el compromiso con el desarrollo de esta energía alternativa -la Comisión llama a incrementar su uso tanto en el transporte por carretera, ferroviario y aéreo- e incluso considera que la estrategia podría ser aún más ambiciosa, mientras que la Asociación Europea de Biogas echa en falta un rol más importante para los biocombustibles. Esta advierte de la necesidad de una representación mayor de otras alternativas a los combustibles fósiles para garantizar una transición justa y asequible.

Más coches eléctricos

La Comisión quiere ver 30 millones de coches con huella de carbono cero en las carreteras europeas en la próxima década, 3 millones de puntos de carga en todo el continente y 500 estaciones de hidrógeno. Lograrlo será clave para alcanzar la reducción de las emisiones de gases efecto invernadero hasta un 55% que los líderes se han marcado durante la cumbre de invierno.

Sin embargo, la industria no lo tiene tan claro. La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, que representa a los principales productores de coches del continente, considera que la propuesta de la Comisión es poco factible. “Desafortunaádamente, esta visión está muy alejada de la realidad de hoy día” advirtió el director general de la asociación Eric-Mark Huitema en un comunicado en el que recalcó el compromiso de la industria con el desarrollo de vehículos que produzcan cero emisiones.

Según las estimaciones de la ACEA (por sus siglas en inglés), apenas el 0,25% de toda la flota de automóviles es huella de carbono cero. “Para cumplir con el objetivo de la Comisión, necesitaríamos ver un aumento de casi 50 veces en los coches de cero emisiones en circulación en nuestras carreteras en solo 10 años”, explicó Huitema que asegura que aunque las inversiones han aumentado, es improbable alcanzar los 30 millones a los que aspira Bruselas.

La industria pide sobre todo que se mejoren las infraestructuras -los puntos de carga que la Comisión promete- y también aumentar la presión sobre los estados miembros para que hagan de la movilidad sostenible una prioridad. "La experiencia nos ha demostrado que un enfoque voluntario de objetivos de infraestructura no funciona”, insistió Huitema.

Aunque contempla también introducir mecanismos de tasación del carbono y mejores incentivos para los usuarios, la Comisión prevé una revisión de la directiva sobre emisiones para coches y furgonetas, con el fantasma del ‘Dieselgate’ aún rondando. Lo que no está claro aún es si el transporte por carretera estará sujeto al régimen de comercio de derechos de emisión de la UE, al que sí será sometido el transporte marítimo.

Sostenibilidad por aire, tierra y mar

Más allá de la industria del automóvil -la Comisión revisará también los límites de emisiones en los próximos meses-, Bruselas quiere garantizar que los trayectos interiores a 500 kilómetros sean neutros incentivando los transportes alternativos y que haya buques de emisión cero listos para su comercialización de aquí a diez años.

También quiere duplicar el tráfico el tráfico ferroviario de alta velocidad en la próxima década y triplicarlo de aquí a 2050, además de incrementar el transporte de mercancías en tren. Para 2035, espera que también haya aviones de huella cero. El gigante francés Airbus ya anunció el pasado septiembre su intención de fabricar aviones impulsados con hidrógeno para ese mismo año. Bruselas considera además que en 2050, la práctica totalidad del transporte debería ser sostenible.

“La estrategia actual cambiará la forma en la que personas y mercancías se mueven por Europa y facilitará la combinación de diferentes modos de transporte en un solo viaje. Hemos establecido objetivos ambiciosos para todo el sistema de transporte,” aseguró Frans Timmermans, Vicepresidente Ejecutivo para el Pacto Verde. Esta misma semana la Comisión ha anunciado la revisión de la legislación sobre baterías, claves en la electrificación del transporte, para garantizar estándares más altos de sostenibilidad.

La crisis del coronavirus ha puesto a un buen número de sectores en jaque, pero el transporte es uno de los más afectados. Bruselas defiende que la recuperación de la crisis que la pandemia ha provocado “debe servir para acelerar la descarbonización y modernización de todo el sistema de transporte y movilidad.” El plan de recuperación puesto en marcha por la UE, y al que los estados miembros han dado luz verde esta semana, dedicará 750 mil millones de euros a relanzar la economía. Con el desarrollo sostenible entres sus objetivos, la Comisión llama a los estados miembros a invertir para garantizar la transición hacia un transporte verde. 

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