Bruselas nos da un año más para cumplir el déficit si se sube el IVA y se tocan las pensiones

  • La Comisión Europea ya ha dado su veredicto sobre la economía española y, como siempre, da unas cuantas palmaditas en la espalda, pero también propina varios directos a la mandíbula. Y el gancho preferido de Bruselas es de sobra conocido: ningún plan de reformas que haga nuestro país será suficiente mientras no se suba el IVA y se toquen las pensiones. Tampoco nos dará ninguna prórroga para cumplir el déficit si no se hacen más ajustes.

Los españoles son los europeos que más quejas presentaron ante el Defensor del Pueblo Europeo en 2011
Los españoles son los europeos que más quejas presentaron ante el Defensor del Pueblo Europeo en 2011
Álex Medina R.

No va a ser nada fácil convencer a Europa de que estamos en el buen camino. Bruselas acaba de hacer público su informe sobre las últimas medidas adoptadas por el Gobierno de Mariano Rajoy, incluídas en el Plan de Estabilidad y el Programa Nacional de Reformas.

Lo primero es lo primero, la Comisión califica de "relevante" el esfuerzo... aunque el primer y gran "pero" viene de inmedato: "En algunas áreas carecen de la ambición suficiente para encauzar los desafíos identificados", señala la recomendación oficial del Ejecutivo comunitario.

En realidad, la Unión Europea detecta todavía numerosos fallos en la economía española y no cree que se pueda reconducir la situación sin acudir a dos decisiones muy dolorosas para nuestra economía: subir el IVA y volver a tocar las pensiones.

En este sentido, la Comisión Europea sólo permitirá que se sitúe el déficit por debajo del 3% del PIB en 2014 en lugar de 2013 si el Gobierno concreta "nuevos ajustes presupuestarios" para 2013 y 2014 que garanticen el cumplimiento del nuevo objetivo.

Así lo acaba de confirmar el comisario de Economía, Oli Rehn, en rueda de prensa, quien ha explicado que España tendrá que presentar un plan presupuestario a dos años vista en las próximas semanas.

Cuando Europa compruebe que se adoptan las medidas exigidas, se permitirá la ampliación del periodo para cumplir en materia de números rojos.

Empezando por la primera de las preocupaciones, el ajuste fiscal, Bruselas admite que se aprobó la Ley de Estabilidad Presupuestaria (aunque se apuran en decir que fue tras su recomendación explícita). El problema es que España se comprometió a cerrar el 2011 con un déficit del 6%.

Y lo terminó en un 8,9% (el informe aún habla del 8,5% que se reportó antes de los desvíos de última hora de varias regiones). Sea como sea, la UE considera que los consejos que lanzó hace un año "sólo han sido implantados parcialmente.

En este punto es donde entran, sobre todo, las reformas fiscales y el tan traído y llevado incremento de los tipos del IVA. Bruselas no se anda con medias tintas y tira de dureza dialéctica: el informe señala que "la reciente reforma fiscal introducida por el Gobierno va en la dirección contraria de la recomendación específica que se le dio a España en este asunto".

En suma, "el sistema fiscal español aún reside desproporcionadamente en los impuestos directos, mientras que los tributos al consumo y al medio ambiente son relativamente bajos comparados con la media europea".

¿Y las pensiones?¿No ha sido suficiente con lo que ya se aprobó con Zapatero de alargar la vida laboral? La respuesta comunitaria tampoco deja mucho espacio a la piedad y apunta que "el empeoramiento de las previsiones económicas para España está limitando el impacto de las reformas".

Lo que significa que habrá que tomar nuevas medidas, sobre todo para evitar que el principal problema del sistema siga siendo el abandono temprano de la vida laboral.

El tercer gran foco de dificultades (o primero, que en cualquiera de esos casos se intercambian las posiciones) es el sistema bancario. Una vez más, Bruselas recuerda lo que se ha hecho y se sigue haciendo (el informe no menciona Bankia ni las últimas tempestades del sector).

Sin embargo, aún perviven problemas graves, continúa la UE, "y el acceso de las entidades a la financiación continúa siendo uno de los principales problemas de la empresa española".

Fiscalidad, pensiones y bancos. El cuarto gran objeto de análisis de Bruselas se dirige al mercado laboral. En líneas generales, la reforma del PP es positiva, a ojos de los funcionarios comunitarios.

Aun así (siempre hay un "pero" en los pasillos europeos), "no es lo suficientemente ambiciosa como para atajar el uso automático de las cláusulas de revisión salarial, no reduce la segmentación del mercado laboral y no proporciona oportunidades de empleo a los jóvenes".

Tampoco convencen demasiado a la UE las prestaciones actuales por desempleo ni el sistema de ayuda al parado que se aplica en nuestro país.

Por último, y en lo que respecta a la competitividad, las recomendaciones echan en falta más liberalización y recuerda el camino de las privatizaciones. Tampoco ve que se haya hecho demasiado en cuanto a coordinación entre administraciones.

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