Buffett resiste como el tercer hombre más rico pero se aleja de Gates y Slim

  • El multimillonario Warren Buffett es por tercer año consecutivo el tercer hombre más acaudalado del mundo, aunque su fortuna haya perdido fuelle ante la de Bill Gates y la del mexicano Carlos Slim en un año en el que se convirtió en el abanderado de aumentar los impuestos a los más ricos como él.

Teresa de Miguel

Nueva York, 7 mar.- El multimillonario Warren Buffett es por tercer año consecutivo el tercer hombre más acaudalado del mundo, aunque su fortuna haya perdido fuelle ante la de Bill Gates y la del mexicano Carlos Slim en un año en el que se convirtió en el abanderado de aumentar los impuestos a los más ricos como él.

Según la última lista de la revista Forbes publicada hoy, en el último año el filántropo y mayor accionista del grupo inversor Berkshire Hathaway vio menguar su riqueza en 6.000 millones de dólares hasta situarse en los 44.000 millones.

Con esa fortuna y a sus 81 años, la fortuna del llamado "Oráculo de Omaha" se alejó de la del hombre más acaudalado del planeta, el magnate de las telecomunicaciones mexicano Carlos Slim, que encabeza el ránking con 69.000 millones de dólares, y de la de su amigo, el también estadounidense Bill Gates, con 61.000 millones.

La brecha entre este inversor nato, que comenzó a amasar su fortuna a los seis años de edad, y los dos hombres más ricos del mundo se agrandó en un año en el que ha vuelto a acaparar miradas y titulares, pero por primera vez no tanto en los círculos de Wall Street como en los de Washington.

Buffett se ha convertido en los últimos meses en el abanderado de aumentar la presión fiscal sobre los multimillonarios como él y su voz se hizo más fuerte después de que publicara un polémico artículo en el diario The New York Times, titulado "Dejad de mimar a los súper ricos", en el que puso en evidencia las injusticias del sistema tributario estadounidense.

El inversor, que tras años de negativas ha declarado que ya tiene a alguien en mente para que le suceda a los mandos de Berkshire Hathaway cuando se jubile, consiguió hacer famosa a su secretaria tras revelar que ella paga proporcionalmente mucho más que él al erario público.

Su llamamiento al aumento de los impuestos a los más ricos, que se ha dado a conocer como la "regla Buffett" y se ha dejado escuchar de boca del propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se materializó incluso en un proyecto de ley presentado por varios líderes demócratas en el Senado estadounidense.

Buffett ha sido criticado, sin embargo, por parte de la comunidad inversora de Wall Street, la misma a la que durante décadas guió, que ahora ve con miedo que su activismo político esté afectando al rendimiento de su consorcio inversor.

Las críticas llegan un año en el que su fortuna ha menguado considerablemente en gran medida por la caída del 7,52 % que ha registrado en bolsa durante los últimos doce meses Berkshire Hathaway, la firma con la que empezó a montar su imperio en 1965 a partir de una empresa textil.

La caída en bolsa de su grupo inversor ha llevado a que algunas voces cuestionen la energía de Buffett, quien ha creado durante años todo un misterio alrededor de su proceso de sucesión, hasta el punto de que ahora que ya tiene un elegido, ha decidido no hacerlo público.

El día en el que pronuncie ese nombre, Buffett pondrá fin a la larga historia de un mito que nació en Omaha (Nebraska) en 1930, tan solo un año después del llamado "martes negro" de Wall Street y en plena Gran Depresión económica en Estados Unidos.

A los seis años logró sus primeros beneficios al vender a unos amigos unas latas de refresco por un precio superior al que pagó por ellas en la tienda de su abuelo, y tan solo cinco años después realizó su primera inversión al adquirir acciones de una petrolera por 38 dólares.

Pero el legendario inversor, con un ojo capaz de encontrar compañías devaluadas y convertirlas después en oro, ha llevado siempre una vida de austeridad en la que su mayor lujo es comer en el Gorat's Steak House de Omaha y beber, lejos de un caro champán, un refresco de cola con sabor a cereza.

La filantropía se ha convertido también en su nueva bandera, e, inspirado por su difunta esposa, Susan Thompson, ha decidido que más del 99 % de su patrimonio vaya a parar a buenas causas a lo largo de su vida o cuando muera.

Mostrar comentarios