Pocos instaladores y burocracia excesiva 

La 'burbuja' de las placas solares trae un año de espera para instalarlas en casa

“Es una auténtica locura. Pasamos de tener que ofrecer la energía solar fotovoltaica a casi no poder asumir tanta carga de trabajo", aseguran desde una compañía gallega especializada en este negocio.

Placas solares, autoconsumo, energía renovable
La 'burbuja' de las placas solares: un año de espera para instalarlas en casa. 
L.I.

El alza histórica del precio de la energía y la transición verde decidida desde la Unión Europea han hecho que los españoles apuesten por el autoconsumo en sus viviendas. Es el 'boom' de las placas solares que en España son cada vez más asequibles y, por lo tanto, más rentables. En 2021 se instaló 1 GW de nueva potencia fotovoltaica en paneles solares destinados a este fin. Un 102% más que en 2020.. “Y en 2022 van a ser más de 2 GW”, según aseguran los expertos. 

En diciembre de 2021, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico recogía que “de acuerdo con un estudio del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), el autoconsumo puede alcanzar entre 9 GW y 14 GW de potencia instalada en 2030”. Pero para otras instituciones esta previsión se queda corta. Entre ellas la propia CNMC (Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia) o José Benjumea, CEO de la compañía europea de autoconsumo energético Powen, que en un evento realizado este otoño junto a UNEF (Unión Española Fotovoltaica) y Brookfield Renewable, explicaba que se está produciendo un cambio en la visión de las expectativas: "Nuestras previsiones de alcanzar entre los 20 y 30 GW son reales, pues en España disfrutamos de 1.700 horas de sol de media al año".

Pero este furor por el autoconsumo eléctrico fotovoltaico propiciado por los precios disparatados de la electricidad ha creado cuellos de botella. Primero está la decisión individual de instalar los paneles que, en el caso de las comunidades de vecinos puede ser un proceso lento y farragoso; luego el burocrático y los permisos, que se puede demorar dos o tres meses. Y finalmente el de la propia instalación. Normalmente, ésta se realiza en menos de una semana, pero la falta de componentes, baterías y conductores, y la escasez de trabajadores e instaladores formados, “puede demorar este proceso muchas semanas o incluso meses”, aseguran fuentes del sector. Listas de espera de más de tres meses en Valladolid o Castellón, de seis en Madrid y la zona centro, de cuatro o cinco en Salamanca, más de medio año en Valencia y de hasta un año en Gipuzkoa.

“Es una auténtica locura. Pasamos de tener que ofrecer la energía solar fotovoltaica a casi no poder asumir tanta carga de trabajo. El mercado se ha desbordado y nosotros, que hace un año montábamos 7 u 8 instalaciones cada ejercicio, ahora llevamos 30 en lo que va de año y tenemos más de 60 clientes en lista de espera. No sé si llegaremos porque además cuesta encontrar trabajadores que estén preparados”, cuentan desde la empresa gallega, de Pontevedra, Iperdromes. La compañía calcula que entre la falta de material y de operarios la espera de los clientes puede llegar actualmente a los 120 días. 

Josep Miró, del Gremio de Instaladores de Cataluña, explica que “tienes que esperar entre cuatro y ocho semanas a que te lleguen los inversores”, el corazón de la instalación fotovoltaica, pues se encargan de convertir la energía generada por las placas solares en la que se puede utilizar el material.  "Y si tienes siete u ocho obras pendientes, te vas a tres o cuatro meses de espera”, asegura antes de poner también sobre la mesa que la lentitud de las administraciones a la hora de dar los permisos también supone un gran problema. “La burocracia es muy lenta. Se tarda mucho en la tramitación y obtención de permisos. La administración está colapsada”, sentencia.

El precio de instalación de los paneles para el autoconsumo ha bajado según se han ido ‘popularizando’ los mismos y la tecnología se ha hecho más madura. El gasto que conlleva la instalación, que suele tener una vida útil de unos 25 años o 30 años, varía en función de los niveles: desde las más sencillas, solo con placas, a las más sofisticadas, con baterías. En una vivienda unifamiliar el coste sería de entre 5.000 y 8.000 euros para una potencia instalada de entre 3,5 y 5 o 6 kilovatios pico. En caso de instalar baterías modulares, las que permiten almacenar energía, “el precio se duplicaría”, según la Unión Española Fotovoltaica (UNEF). En edificios, la inversión por vecino puede oscilar entre los 1.000 o 1.500 euros. “En una vivienda unifamiliar o un piso que gasta 100-150 euros al mes de electricidad la factura se puede abaratar hasta en un 30% un 40% o un 50%”. 

Las ayudas y subvenciones para la instalación de placas solares son hoy en día un incentivo a la hora de decidirse a dar el paso hacia las energías renovables. Las subvenciones activas para el periodo 2021-2023 provienen del plan Next Generation European Union y son gestionadas en España a través del IDAE, por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Tras una primera partida con 600 millones de euros se han ampliado las ayudas en 550 millones más para las Comunidades Autónomas donde se habían agotado estas subvenciones como Andalucía, Aragón, Islas Baleares, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid y País Vasco. Y los Ayuntamientos también ofrecen bonificaciones, por ejemplo en el IBI, que hacen aún más rentable el comenzar a consumir tu propia energía solar.

Según la Fundación Ecco, dedicada a fomentar el autoconsumo, se “recupera la inversión en un plazo de 5 a 7 años y a partir de ahí, se ahorra durante el resto de la vida útil de la instalación” y “con subvenciones” y en comunidades grandes de zonas geográficas con muchas horas de exposición al sol, “se puede amortizar en apenas dos años”.

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