"No hay prisa" por vender 

Calviño busca exprimir la participación del Estado ante la fusión Bankia-Caixa

La vicepresidenta ha insistido en que las previsiones apuntan a una recuperación rápida de la economía a partir del tercer trimestre y ha confiado en que el BCE mantendrá su política expansiva. 

Nadia Calviño
Calviño busca exprimir la participación del Estado ante la fusión Bankia-Caixa. 
EFE

Sin temor a la fusión y sin prisas. La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha asegurado este miércoles que no hay prisa por vender la participación del Estado en la entidad resultante de la fusión de Bankia y Caixabank porque el objetivo es "maximizar el valor". "No tenemos prisa" por vender estas acciones, resultado del rescate de Bankia y que supondrán el 16% del capital de la futura entidad, ha insistido Calviño en una entrevista en Bloomberg TV, que recoge Efe. 

La vicepresidenta ha insistido en que las previsiones apuntan a una recuperación rápida de la economía española a partir del tercer trimestre y ha confiado en que el Banco Central Europeo (BCE) mantendrá una política expansiva. También se ha mostrado optimista de que el proyecto presupuestario para 2021, que canalizará las inversiones derivadas de los fondos europeos, llegue al Congreso de los Diputados en las "próximas semanas". 

CaixaBank y Bankia, tercera y cuarta entidad española respectivamente, se encuentran inmersas en un proceso de fusión que daría origen a una institución con activos por valor de 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia).

Cuando se materialice la fusión, prevista para el primer trimestre de 2021, el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), reducirá su participación en Bankia del 61,8% al 16%. El rescate de Bankia en 2012 implicó la inyección de unos 24.000 millones de euros en ayudas públicas, de las que el Estado ha recuperado hasta la fecha algo más de 3.000 millones tras la enajenación de dos paquetes accionariales y vía dividendos.

Las valoraciones tras el anuncio 

Los movimientos en el sector financiero español no han hecho sino comenzar. De hecho, el Gobierno ve muy probable ahora que se produzca una nueva ronda de fusiones en el sector financiero español tras la integración acordada entre CaixaBank y Bankia, informaron a Europa Press fuentes gubernamentaltes. El Ejecutivo cree que el paso adelante dado por la entidad de origen catalán y el banco nacionalizado ha cambiado el mapa del sector en España y hace más evidente la necesidad de algunas entidades de fraguar alianzas para ganar escala, aprovechar sinergias y mejorar su rentabilidad en el complejo contexto actual.

La crisis derivada de la pandemia de la Covid-19 perpetuará durante más años la situación de tipos de interés en mínimos para estimular la reactivación económica, lo que estrechará los márgenes de unas entidades cuya rentabilidad está ya por debajo de su coste de capital, mientras que el previsible deterioro de la cartera crediticia cuando finalicen las distintas moratorias puede elevar la morosidad y tensionar aún más los balances.

El fuerte castigo bursátil que sufren los bancos españoles, tras perder las dos terceras partes de su valor en Bolsa desde 2017, es otro factor que mete presión a los bancos para aliarse de forma voluntaria antes de ser objeto de una OPA no deseada. Este escenario impulsará a las entidades que siguen 'solteras' a explorar posibles operaciones corporativas, "siempre desde el máximo respeto del Gobierno a la autonomía de los equipos gestores para adoptar las decisiones estratégicas que consideren oportunas".

Confianza en el 'efecto arrastre' 

Desde el Ejecutivo confían también en el 'efecto arrastre' que la operación liderada por CaixaBank puede ejercer en el resto del sector, que puede intentar mover ficha para no quedarse descolgado, consciente de que la inacción en algunos casos puede poner en riesgo su supervivencia futura.

En el Gobierno se felicitan de la confidencialidad y sigilo con que se han llevado las negociaciones que han desembocado en el acuerdo de absorción de Bankia por parte de CaixaBank, una opción que no figuraba en las quinielas de los analistas, quienes especulaban con BBVA o con Sabadell como posibles compañeros de viaje del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri.

El Ejecutivo sintoniza con el mensaje del BCE animando a las entidades a fusionarse, aunque la institución gobernada por Christine Lagarde desearía que las operaciones tuvieran carácter transnacional, con el fin de forjar así una verdadera unión bancaria europea. En España, algunas entidades se han desmarcado del baile de fusiones a escala local, caso de Santander, cuya presidenta, Ana Botín, ha dejado claro que "juega en otra liga", o de Bankinter, en plena digestión de Evo y Avant Card. Otros, como Sabadell, se lo piensan. La entidad presidida por Josep Oliu ha contratado a Goldman Sachs para explorar opciones estratégicas.

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