Nuevas previsiones económicas

Calviño avanza un frenazo del empleo y confía la inversión a los fondos de la UE

El empleo crecerá un 2,9% este año (ocho décimas por debajo de su cálculo anterior) y del 0,6% el próximo ejercicio (dos décimas por debajo de la estimación que había elaborado el pasado mes de julio.

La vicepresidenta primera presenta el nuevo cuadro macroeconómico
La vicepresidenta primera presenta el nuevo cuadro macroeconómico
Nerea de Bilbao (Infografía)

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, ha confirmado que el Gobierno prevé un debilitamiento del mercado de trabajo en relación a los cálculos iniciales con los que empezó a elaborar las cuentas de 2023. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que ha dado luz verde al tercer anteproyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado del Ejecutivo de coalición, la titular de Economía ha avanzado que el empleo crecerá un 2,9% este año (ocho décimas por debajo de su cálculo anterior) y del 0,6% el próximo ejercicio (dos décimas por debajo de la estimación que había elaborado el pasado mes de julio. El Ejecutivo mantiene, sin embargo, la tasa de paro prevista en el 12,8% este año y en el 12,2% el próximo. Estima que la Seguridad Social alcance los 21 millones de afiliados a finales de 2023.

En este escenario y, como avanzó la propia Calviño el lunes, Economía confía en que el PIB avance un 4,4% este año y un 2,1% el próximo. Ese mayor alza de la economía a lo largo de este año obedece a los buenos datos previstos del mercado exterior y a que las empresas contarán con el oxígeno de los Fondos europeos 'Next Generation', dado que la inversión real prevista en el sector industrial (formación bruta de capital fijo) se desacelerará a la mitad este año (pasará 12,6 al 6,6 en bienes de equipo) y lo hará también en construcción (del 5,2 al 3,8%). 

Economía prevé que las exportaciones se comporten con más dinamismo (avanzarán al 17,9% este año, frente al 10,2% que se estimaba previamente), en un contexto de presiones por el lado de los precios energéticos en el que las importaciones también subirán. Se incrementarán ocho décimas más este año, al 9,9%, y 1,7 puntos más el que viene, cuando crecerán un 8,2%. No sucederá lo mismo con el consumo tanto público como privado, otra de las patas más importantes que explica el crecimiento, y que echa también el freno. El de los hogares y empresas avanzará al 1,2% este año (frente al 3% que se calculó inicialmente) y el de las Administraciones Públicas retrocederá un 1%, frente al alza del 0,9 que se esperaba previamente.

Más tensiones por la inflación

Una de las claves que explican la desaceleración que sufrirá la economía española el año que viene es, de nuevo, la inflación. Las seis décimas menos de avance de la actividad, ese 2,1% previsto, responden a que Economía contempla que el deflactor del consumo privado, un indicador similar al IPC, pase del 2,9% estimado previamente al 4,1%. La vicepresidenta primera ha querido destacar que, al menos de momento, no se aprecian los temidos efectos de segunda ronda sobre la economía, cuyo reto principal sigue siendo el control de los precios. 

El deflactor del PIB, el índice que su Departamento emplea para medir cuánto del crecimiento económico viene dado por el alza de los precios (y cuyos dos principales componentes son los salarios y los márgenes empresariales) se ha revisado al alza el año que viene en seis décimas hasta el 3,8%. Con todo, Calviño ha recordado que la inflación interanual se moderó en septiembre (al pasar del 10,5% del mes anterior al 9% que avanzó a finales del mes pasado Estadística) y que esa tasa en inferior a la media de la zona euro, donde la subida de los precios escaló al 10% el mes pasado.

El escenario que dibuja el cuadro macroeconómico para el año que viene contempla unos precios del petróleo "anormalmente elevados" en los 96,9 dólares por barril de Brent, el crudo de referencia en Europa, y de los 118,8 euros por megavatio/hora en el caso del gas natural. España tendrá que lidiar con un entorno más negativo en la zona euro, donde grandes economías como la alemana o la italiana son más dependientes de los hidrocarburos rusos. El Gobierno espera que el PIB de la zona del euro avance al 0,9%, que la paridad entre el euro y el dólar se mantenga -con una política más agresiva de subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal- y que el aumento del precio del dinero por parte del Banco Central Europeo para controlar la inflación coloque el euríbor a 3 meses en el 2% el año que viene.

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