La revisión del salario mínimo interprofesional (SMI) no se producirá hasta después de las vacaciones de verano. Será en el mes de septiembre cuando el Gobierno, en función del estado del mercado laboral, decidirá si aprueba una subida para el último trimestre del año o si los datos de empleo todavía no permiten incrementar esta referencia salarial. Así lo ha anunciado la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes.
Calviño ha despejado así las dudas sobre cuándo se abordará el asunto del SMI, que lleva atascado desde finales del año pasado por la crisis provocada por la pandemia. El Gobierno decidió congelar el salario mínimo en 950 euros mensuales en 14 pagas desde el 1 de enero de 2021 y se comprometió a revisarlo en el segundo semestre, una vez encarada la recuperación. No será hasta septiembre cuando se produzca esa revisión, según ha avanzado la vicepresidenta durante su intervención para presentar el techo de gasto que servirá de base para los Presupuestos de 2022 y el nuevo cuadro macro.
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha venido presionando en el seno de la coalición para que el incremento del SMI se produzca con urgencia, tendrá que esperar. No será hasta después de las vacaciones de verano cuando se reabra la mesa de consulta a los agentes sociales. Y eso como pronto, pues Calviño ha advertido de que la decisión se tomará entonces en función a la situación que presente el mercado laboral. "En septiembre veremos si es posible retomar la senda de aumento del SMI y acordar un alza para los meses finales del año que permita alcanzar el 60% del salario medio a finales de la legislatura", ha dicho la titular de Economía.
De este modo, la responsable del área económica del Gobierno, que hasta ahora se había mostrado reticente a elevar el salario mínimo por la situación crítica que atraviesa el tejido productivo y su impacto en la creación de empleo, ha abierto la puerta a aprobar una subida para la recta final de este año 2021, sin esperar al próximo ejercicio. El cambio se produce tras constatar la positiva evolución del mercado laboral en los últimos meses y las buenas perspectivas para el otoño, que han quedado plasmadas en el nuevo cuadro macroeconómico.
De hecho, el escenario marco que pinta el Gobierno mantiene las previsiones de crecimiento de la economía pese a la incertidumbre que está provocando la quinta ola de la pandemia en sectores como el turismo. El Ejecutivo prevé que España crecerá un 6,5% este 2021 y un 7% el próximo año, exactamente los mismos datos que había fijado en el Plan de Estabilidad en abril. Asimismo, mantiene las previsiones de empleo, en concreto, la tasa de paro se situará a final de año en el 15,2% y en 2022 prevé que sea del 14,1%.
Calviño ha destacado que instituciones como el Banco de España llegaron a advertir que la tasa de paro podría llegar a ser del 20% en este 2021, pero la política económica desplegada por el Gobierno, en concreto los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE), ha amortiguado el golpe de la Covid. En este contexto, y a pesar de las nuevas restricciones en distintas comunidades autónomas, la vicepresidenta ha hablado de una "fuerte recuperación económica en esta segunda parte del año" y ha pronosticado que en otoño se recuperará el nivel de empleo de febrero de 2020.
En este sentido, el Gobierno mantiene el escenario macroeconómico previsto en abril en base a la previsión de que en el mes de julio se habrá recuperado más del 90% del empleo perdido como consecuencia del 'shock' provocado por la pandemia durante el año pasado, y que en otoño se retomará el nivel de empleo precovid. Para Calviño, la positiva evolución del mercado de trabajo "es el mejor de los indicadores" de la "sólida recuperación económica" que está experimentando nuestro país.
La vicepresidenta económica ha apostillado que después de alcanzarse el máximo de 3,6 millones de personas en ERTE en el peor momento de la emergencia sanitaria, los trabajadores acogidos a este mecanismo se han ido reduciendo de forma sostenida hasta situarse en el entorno de los 340.000, de los que un tercio se encuentran a en ERTE a tiempo parcial. Por su parte, los autónomos cubiertos por el cese de actividad se situaron en 160.000 personas en junio, el menor nivel en nueve meses.
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