Tras conocerse el crecimiento del 0,4% en el último trimestre

Calviño usa la 'recaída fake' de España para afear el pesimismo de los analistas

Subraya que todos los institutos de análisis nacionales e internacionales han terminado convergiendo con las previsiones del Gobierno y recalca que "la realidad ha mejorado las previsiones"

La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, en el Congreso.
La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, en el Congreso.
EFE

"Ningún analista esperaba un crecimiento positivo en el último trimestre". Después de varios meses aguantando el chaparrón de previsiones económicas desde España y desde fuera que empeoraban el ya suficientemente inquietante panorama económico dibujado por las previsiones oficiales, la vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, ha aprovechado la coincidencia de su comparecencia ante la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso con la publicación del dato de avance del crecimiento del último trimestre por parte del INE para ajustar cuentas con los analistas. Estadística le ha proporcionado la munición para ello tras adelantar que el PIB creció un 0,4% en el último trimestre frente a los augurios de recaída lanzados por los analistas.

La vicepresidenta acudía al Congreso para explicar a sus señorías las líneas maestras del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que la pandemia ha convertido en la nueva hoja de ruta de la política económica para la legislatura con el inestable apoyo de los 140.000 millones entre préstamos y transferencias directas que el Gobierno va a recibir de Bruselas. Pero ha aprovechado la coyuntura para poner en valor la prudencia de las previsiones gubernamentales frente a las fluctuaciones de las emitidas por los institutos de análisis y los organismos internacionales sobre España.

"La evolución de la economía ha venido a confirmar el escenario en forma de 'v' asimétrica que el Gobierno ya planteó en junio, descartando escenarios más pesimistas", ha dicho, en relación a las expectativas de una recaída económica tras la reacción del tercer trimestre que acercarían el perfil de evolución de la economía más a una 'w' - como ya sucediera en la gran crisis financiera de hace una década - que a la de 'v' asimétrica de la que la vicepresidenta ha venido hablando casi desde el principio de la crisis.

La vicepresidenta ha querido subrayar como poco a poco todas las previsiones de los institutos de análisis, que tras la fase de confinamiento llegaron a prever un desplome de la economía en el entorno del 15% en algunos casos, han ido convergiendo con las del Ejecutivo, que en un principio estimó un retroceso del 9,2% de la economía allá por el mes de abril y que luego en octubre, una vez comprobados los efectos devastadoras del confinamiento domiciliario sobre la economía, se revisaron el 11,2%. En todo este tiempo, pocos han sido los institutos de previsión que se han alineado con la estimación del Gobierno. Incluso en el último panel de Funcas, que se conoció hace apenas un par de semanas, más de la mitad de la veintena de institutos de análisis que configuran lo que se tiene como el consenso de los analistas españolas esperaban que la caída fuera superior al 11,2%, esperado por el Gobierno.

"La realidad ha mejorado las previsiones tanto sobre la economía como sobre el empleo", ha subrayado Calviño, recalcando asimismo el dato de la EPA que situó la tasa de paro de la economía española al cierre de 2020 en el 16,13% frente al 17,1% o el 16,8% que hasta hace apenas dos semanas mantenían los analistas. 

Los comentarios de Nadia Calviño en su comparecencia parlamentaria trasladan el malestar que hay en el área económica con el pesimismo de los analistas respecto al desempeño económico de España. Un 'feeling' que ha llevado al Gobierno a desafiar los escenarios planteados por el Banco de España o la Autoridad Fiscal y que ya llevó a la Dirección General de Análisis Macroeconómico, dirigida por Carlos Cuerpo, a organizar un briefing para sostener la previsión oficial de crecimiento para 2021 incluida en los Presupuestos tras la avalancha de acusaciones de falta de realismo que le cayeron de un lado y de otro. También se ha traslucido también en la reacción desairada de los miembros del Gobierno en los últimos meses cuando les han preguntado por el particular. Del "yo no les daría mucho peso" del ministro de Inclusión y Seguridad Social en relación a las estimaciones publicadas por el Fondo Monetario Internacional hace unos días o la acusación de "desfasadas" que se dio a las previsiones publicadas en noviembre por la Comisión Europea porque no tenían en cuenta el positivo dato de avance del PIB del tercer trimestre.

Fuentes del área económica del Gobierno atribuyen buena parte del mérito de la precisión de las previsiones oficiales al trabajo del equipo de Carlos Cuerpo en la Dirección General de Análisis Macroeconómico. "Ha renovado unas metodologías que en algunas cuestiones estaban obsoletas y ha incorporado a las previsiones datos de alta frecuencia que han contribuido a afinar sus análisis de coyuntura". Una renovación que ponen en contraste con los modelos utilizados por muchos institutos de análisis, que se sostienen, argumentan, en fuentes de información tradicionales que tal vez no son las más adecuadas para medir el comportamiento de la economía en una coyuntura tan singular como ésta.

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