Sánchez impulsa a Calviño para el FMI y abre la vía Montero como 'superministra'

Montero, Celaá y Calviño
Montero, Celaá y Calviño
EFE

La 'operación Calviño' ya ha comenzado. Pedro Sánchez busca promover a su ministra de Economía a la dirección gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Las cartas se están jugando en estas semanas de intensas negociaciones en Bruselas ya que la tradición indica que un europeo ocupe el cargo. Lo que está claro es que la coruñesa se encuentra de paso en España y que su objetivo es ocupar un cargo de máxima responsabilidad a nivel internacional. Este movimiento, además, implicará cambios de relevancia en el futuro Consejo de Ministros.

"La política es el arte de lo que se ve". Esta frase, que suele repetir Moncloa cuando se le pregunta por negociaciones reservadas, se puede aplicar a la 'operación Calviño'. La ministra reconoció ayer en la Cadena SER que ya hablado con Sánchez sobre su futuro y que una posibilidad, quizá la que más fuerza tiene, es que acabe sucediendo a Christine Lagarde al frente del organismo con sede en Washington. La diplomacia monclovita se está moviendo para conseguirlo, lo que sería todo un éxito a sumar al haber del Gobierno tras la elección de Borrell como Mr. PESC.

La posible salida de Calviño camino del 700 19th Street de la capital estadounidense fue un asunto muy comentado durante el día de ayer en las filas socialistas. La ministra dispone de buenas relaciones con cargos intermedios del partido y que aspire al puesto que tuvo ya antes Rodrigo Rato es todo "un honor" en el PSOE. Por eso el teléfono móvil de la ministra de Economía en funciones "echaba humo" durante este miércoles, según explican fuentes de su entorno.

La marcha de Calviño obligaría a Sánchez a acometer, efectivamente, una 'crisis de Gobierno' de calado. Está obligado a buscar relevo para Borrell en Exteriores y dos nombres suenan en las filas socialistas para esta cartera de Estado: el de Cristina Gallach, alta comisionada para la Agenda 2030, y el de José Manuel Albares, jefe de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G20 y Seguridad Global en Moncloa y el 'sherpa' que ha situado a Sánchez en la 'pole position' de las últimas negociaciones con sus socios europeos. El área económica del Ejecutivo también sufriría una fuerte transformación y en el PSOE ya miran hacia María Jesús Montero como la gran beneficiada del nuevo reparto de poderes.

La ministra de Hacienda en funciones es considerada imprescindible para Sánchez. El equipo del presidente se deshace en elogios hacia la sevillana que llegó con el 'sambenito' de ser afín a Susana Díaz pero que en apenas unos meses se ganó la total confianza del "jefe". Presentó los Presupuestos cerrados al alimón con Sánchez, los defendió a capa y espada (aunque finalmente fracasaron) y fue ascendida en la última campaña a máxima responsable del proyecto económico con el que el PSOE se presentó a las generales.

Fuentes socialistas apuntan a la posibilidad de que Montero pueda convertirse en la nueva 'superministra' económica aprovechando la marcha de Calviño al FMI. La decisión es de Sánchez, el único con poderes constitucionales para elegir a su consejo de ministros. Para ello el presidente tendría que unificar los departamentos de Economía y Hacienda, tal y como hizo José Luis Rodríguez Zapatero durante sus dos gobiernos designando para el cargo a Pedro Solbes, primero, y a Elena Salgado, a continuación.

Cabe la posibilidad también, según comentan las mismas fuentes, que Montero sea ascendida y tenga rango de vicepresidenta. No sería descabellado. Se podría sumar al futuro Ejecutivo también una vicepresidencia para la Transición Ecológica, ya que la lucha contra el cambio climático y la apuesta por las energías limpias serán una prioridad para el futuro Gobierno. Hay que recordar que también Zapatero tuvo tres vicepresidencias, con Manuel Chaves al frente de la tercera.

El aliado es Macron

Para conseguir que Calviño aterrice en el FMI Sánchez cuenta con aliados en Europa. El principal es Emmanuele Macron, con quien ha formado 'tándem' en las últimas negociaciones comunitarias. De hecho, España fue decisiva para que la francesa Lagarde vaya a desembarcar en el BCE a partir de noviembre. La postura del Elíseo resultará clave para estas negociaciones.

Fuentes del entorno de Calviño añaden que la ministra en funciones tiene, además, una relación de confianza con la nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La española publicó un tuit en el que se declaraba "feliz y orgullosa" de la elección de la alemana, pese a ser de familias rivales. Este miércoles, en la Cadena SER, añadió que se sentía "muy contenta" de que, por primera vez en 40 años, haya alcanzado ese cargo una mujer y además con un perfil y un programa muy progresista "que mira al futuro e inspira a los europeos".

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