Polémica sobre las previsiones de crecimiento

Calviño ignora al INE y crea sus propios indicadores para vender la recuperación

Economía construye un 'PIB diario' sobre datos de afiliación, gasto con tarjeta, movilidad o ingresos fiscales a la busca de señales de reactivación económica. Los expertos opinan que esta metodología es frágil.

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, interviene en una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros celebrado en Moncloa, a 27 de julio de 2021, en Madrid (España). El Gobierno ha aprobado este martes una Oferta de Empleo Público de más de 30.000 plazas, la mayor de la historia. En el mismo Consejo de Ministros se ha aprobado el techo de gasto de unos futuros presupuestos, que serán también los "más expansivos" de la historia, según adelantó ayer la vicepresidenta del Ejecutivo. Otra de las medidas aprobadas ha sido la reducción de los peajes de la AP-9.
27 JULIO 2021;CONSEJO DE MINISTROS;RUEDA DE PRENSA;EMPLEO PUBLICO;
E. Parra. POOL / Europa Press
27/7/2021
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
Europa Press

"El PIB es un indicador muy importante pero tiene ciertas carencias. No refleja factores clave de progreso económico y, por otra parte, tiene cierto retraso por su carácter trimestral". Mientras toda una legión de analistas se echaba las manos a la cabeza por la histórica revisión a la baja por parte del INE del dato de crecimiento del segundo trimestre del año, desde el 2,8% al 1,1%, por entender que convertía en papel mojado todas las previsiones formuladas sobre el crecimiento de 2020, la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, justificaba en El País su decisión de no variar un ápice la previsión oficial en las supuestas carencias de un indicador que con todo continúa siendo la referencia oficial y según el consenso de los analistas la más fiable a la hora de medir el crecimiento de España.

Pese a que los 'coyunturalistas' - la rama de la profesión económica que se dedica a predecir el comportamiento futuro de la economía a corto y medio plazo - coinciden en que una revisión de esa magnitud supone restar alrededor de medio punto a las previsiones de crecimiento previas al 'zarpazo', Calviño ha decidido no tocar su 6,5% - que ya se situaba en la parte más alta de la horquilla de las previsiones para 2020 - amparada en su convicción de que la economía española acabará el año a toda pastilla y en la información que le ofrecen el ramillete de indicadores de alta frecuencia que Economía ya ha adoptado desde hace meses como su principal referencia a la hora de medir el pulso de la recuperación de la economía española.

Lo que cuentan esos 'indicadores de actividad diaria' que maneja el equipo de analistas de la Dirección General de Análisis Macroeconómico del Ministerio, y que se basan en información sobre gastos con tarjeta bancaria proporcionados por los bancos, patrones de movilidad a partir de la información de que dispone los operadores de telecomunicaciones, flujos de afiliación diaria a la Seguridad Social y otros indicadores de confianza o producción, es, según el relato trasladado por Nadia Calviño, que el país sigue una progresiva pero firme senda recuperación económica y que antes de final de año la actividad diaria en España alcanzará los niveles anteriores a la irrupción de la pandemia. 

El 'cuadro de indicadores' de Economía ofrece por tanto una fotografía mucho más esperanzadora que los indicadores tradicionales, según los cuales España no retomaría el nivel de PIB anterior a la pandemia hasta bien entrado 2022, como reconoce el Gobierno, o incluso hasta 2023 si la recuperación española se pareciera más a la imagen mostrada por el dato del segundo trimestre de 2020 por el INE. Tal vez, la vicepresidenta se refería a esto cuando hablaba de ese cierto "retraso" en los datos procedentes de la Contabilidad Nacional. 

El Gobierno ha visto el filón. Las presentaciones de la vicepresidenta de Asuntos Económicos ya no buscan la referencia de la Contabilidad Nacional del INE para mostrar la pujanza de la economía española sino que se construyen sobre un 'indicador diario de actividad', configurado por el equipo de analistas del Ministerio; sobre los datos de afiliación a la Seguridad Social y reducción de los trabajadores en ERTE; sobre información bancaria sobre los pagos con tarjeta; y sobre indicadores de confianza, que muestran una permanente tendencia al alza desde que la pandemia empezara a remitir. Algo similiar ocurre con las presentaciones a inversores, que también tiran de esa información para mostrar el recuperado dinamismo de la economía española.

El flanco no sólo se ha abierto desde el Ministerio de Economía. El Ministerio de Inclusión y Seguridad Social activó hace una semanas, coincidiendo con el renovado impulso del mercado laboral a horcajadas de la campaña estival, un nuevo indicador quincenal de afiliación a la Seguridad Social, que permitirá al ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, publicar avances quincenales de la marcha del mercado de trabajo a la luz de las afiliaciones de trabajadores al sistema de Seguridad Social.

Dudas en los expertos

¿Son estos indicadores de alta frecuencia la mejor forma de medir la pujanza de la recuperación? "Es una información adicional muy valiosa, que se debe utilizar, pero que es complementaria", opina Gregorio Izquierdo, director general del Instituto de Estudios Económicos (IEE). "Ofrece un relato incomprobable, porque son datos que no están sustentados por una metodología aceptada y no existen series lo suficientemente largas como para trazar una comparación".

El analista, que fue presidente del INE, objeta además que la información utilizada también presenta carencias. Entiende que en esta crisis la afiliación está yendo por delante de la actividad económica y, por tanto, sus cifras corren el riesgo de sobreestimar la recuperación - como se vio con el dato de avance del INE sobre el segundo trimestre, que ya descontaba esta información -; y que los datos de pagos con tarjeta de crédito también están afectados por circunstancias no estrictamente relacionadas con la intensidad del consumo, sino con cambios en los patrones de pago vinculados a la pandemia, que habría inhibido las operaciones en efectivo.

María Jesús Fernández, analista jefe de Funcas, considera que el uso de este tipo de indicadores de alta frecuencia no tendría porque arrojar una imagen diferente a la del INE. "Por las dos vías debería llegarse a la misma conclusión y si eso no ocurre es porque no se está haciendo bien".

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