Mazazo económico de la guerra

Calviño asume una inflación disparada todo el año y 'calienta' la rebaja del PIB

El Gobierno ya da por descontado que la escalada de los precios no será tan transitoria como se preveía inicialmente. Impulsa un gran pacto de rentas y el desacople precio del gas del de la electricidad.

Nadia Calviño
Calviño asume una inflación disparada todo el año y 'calienta' la rebaja del PIB
Agencia EFE

Todas las previsiones económicas que manejaba el Gobierno hasta la fecha han quedado completamente desfasadas. El conflicto bélico desatado en suelo europeo tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia ha hecho tambalearse el cuadro macro de arriba a abajo. El principal motivo es la escalada imparable de los precios energéticos y aquí el Ejecutivo tiene escaso margen de maniobra, más allá de intentar paliar los efectos sobre las rentas con un paquete de medidas de urgencia para rebajar la factura de la luz y promoviendo un "gran pacto de rentas" que, en realidad, está en manos de los empresarios y los sindicatos. El escenario ha cambiado por completo y lo que hace unas semanas parecía un pico de inflación transitorio ya se asume en el área económica del Gobierno como un periodo prolongado de precios disparados que amenaza seriamente la recuperación tras la pandemia.

Lo adelantaba este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en la tribuna del Congreso de los Diputados. En su discurso de defensa de la postura de España frente al conflicto bélico y del apoyo armamentístico a la resistencia ucraniana, el jefe del Ejecutivo hizo hincapié en que el conflicto será largo y sus efectos económicos severos. Aunque España no es un país excesivamente expuesto a Rusia y Ucrania en términos comerciales o de inversión, sí está afectado por las turbulencias en los mercados energéticos derivadas de la guerra y ahí es donde, previsiblemente, se va a producir el mayor impacto, tal y como asumió el propio Sánchez.

Este jueves ha sido la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, quien ha incidido en el mensaje. Y ha ido más allá, al poner sobre la mesa un escenario de precios tensionados durante todo el año. Según ha revelado en una entrevista televisiva, las previsiones que manejan las instituciones europeas parten de la base de que el alza de precios no va a ser tan transitorio como se pensaba y se va a mantener, en principio, todo el año 2022. Un varapalo que tiene "particularmente preocupada" a la vicepresidenta y al área económica del Gobierno en su conjunto, no tanto por la cifra de la inflación, sino por las causas subyacentes de la misma, que principalmente se refieren a los precios de la energía, según ha admitido la propia Calviño.

Ante este impacto, la vicepresidenta ha defendido las medidas anunciadas ayer por el presidente del Gobierno, que incluyen la prórroga en la reducción de algunos impuestos, al tiempo que ha insistido en abordar en la Unión Europea un cambio en la regulación europea para conseguir desacoplar el precio del gas del precio de la electricidad. Pero ese paquete no es suficiente y, por eso, Calviño se ha alineado con Sánchez en la dirección de presionar a la patronal y los sindicatos para que lleguen a un "pacto de rentas" en el que se acuerde la subida de los salarios, pero también se tenga en cuenta "la evolución de los beneficios y dividendos empresariales" para no entrar en una espiral inflacionista. Los agentes sociales se reúnen este mismo jueves.

La vicepresidenta ha asumido que el conflicto bélico puede provocar "un impacto de ralentización de la recuperación, que ya estaba siendo fuerte, y un impacto claro sobre los precios". Aunque no ha querido adelantar una modificación de las previsiones del cuadro macroeconómico, ha defendido que durante estos dos años marcados por la pandemia y en un contexto de incertidumbre, el Gobierno ha tratado de elaborar sus presupuestos con arreglo a una aproximación "prudente" sobre la evolución económica. Con todo, en el mes de abril el Ejecutivo tendrá que actualizar sus previsiones para iniciar el ciclo presupuestario de cara a 2023. "En ese momento integraremos la realidad que tengamos", ha concluido Calviño.

Rebaja de previsiones

Con todo, la semana pasada, al inicio de la agresión rusa, La Información ya avanzaba que la guerra asestaría el golpe final al escenario macroeconómico en el que se basan los Presupuestos Generales del Estado elaborados por el Gobierno para 2022 y forzaría a Calviño a rebajar sus previsiones de crecimiento en el Programa de Estabilidad que remitirá a la Comisión Europea el próximo mes de abril. Así lo vienen advirtiendo estos días analistas y expertos y lo admiten en privado fuentes gubernamentales. Hay una clave, y es que los PGE se elaboraron en base a un escenario en el que en este ejercicio se produciría una drástica caída del precio del crudo respecto al año pasado, hasta los 60 dólares el barril, y en estos momentos prácticamente está en el doble.

A estas alturas, toda vez que la recuperación se daba por enfilada tras superar lo peor de la pandemia, el Gobierno mantiene que la economía española crecerá un 7% en 2022, si bien en privado, desde distintos departamentos ministeriales del área económica del Ejecutivo empiezan a asumir que esa previsión tendrá que ser revisada a la baja, especialmente tras las últimas revisiones en ese sentido de organismos nacionales e internacionales, en un contexto de gran volatilidad y sobre todo tras el estallido de la guerra Rusia-Ucrania. Y lo mismo sucede con la inflación, que el Gobierno venía defendiendo que cedería a partir de primavera, pero ya asume que seguirá en niveles muy elevados durante todo 2022.

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