Precios disparados

Calviño revisará en octubre el cuadro 'macro' por la inflación más persistente

Moncloa pronostica un avance de la economía española del 4,3% este año. El Gobierno sitúa el deflactor del consumo privado en el 6%, inferior a la estimación de otros organismos como la Airef o el BdE.

Nadia Calviño
La vicepresidenta de Asuntos Económicos, Nadia Calviño.
Europa Press

El 10,2% que marcó el índice de precios al consumo (IPC) en el dato adelantado de junio, que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE), hizo sonar todas las alarmas en el Ministerio de Asuntos Económicos. Tanto es así que la vicepresidenta, Nadia Calviño, afirmó que había que trabajar "con un escenario de inflación más persistente y más elevada". Es decir, que el equipo de Calviño ya echa cuentas sobre cuál será el porcentaje de inflación al cierre del año y cómo influirá el alza de los precios al crecimiento económico. El Gobierno revisará en octubre las previsiones macroeconómicas, según confirman fuentes del Ministerio. Se trata de los datos que remitió a Bruselas en el Programa de Estabilidad y que fijaban un avance del producto interior bruto (PIB) del 4,3% y un deflactor del consumo privado del 6% para este año, siendo éste el indicador más próximo al IPC del que el Ejecutivo hace previsiones.

Varias instituciones han empeorado sus perspectivas económicas para España en los últimos meses, y en la próxima semana lo harán dos más: el servicio de estudios de BBVA y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef). Ambos organismos han avanzado que la evolución de los precios y la materialización de los riesgos que ya habían advertido, como los problemas en las cadenas de suministros o el encarecimiento de las materias primas, llevarán a rebajar el PIB previsto y a aumentar el IPC que calculan para final de año. Una cifra que, además de medir la pérdida de poder adquisitivo, también condiciona el gasto público, al ser una referencia para las pensiones. Tal como advirtió la Airef, la partida podría suponer unos 13.000 millones adicionales en 2023, si el IPC sube un 9%.

A estas revisiones se sumará la del Gobierno, y será en octubre porque es cuando el Ejecutivo tiene que volver a rendir cuentas con Bruselas. El día 15 de ese mes debe enviar a la Comisión Europea el Plan Presupuestario, con las líneas maestras de las próximas cuentas públicas y con una previsión estimada de los gastos e ingresos que se prevén en el siguiente ejercicio. Calviño confía en un acelerón del PIB en el segundo trimestre que permita lograr el crecimiento previsto, pero cuando actualice el cuadro macroeconómico ya contará con el dato calculado por el INE. Cabe recordar que en el primer trimestre del año, el PIB apenas avanzó dos décimas. Sin embargo, tanto el Ministerio como la Airef y el Banco de España descartan un escenario de recesión para la economía española.

La previsión del cuadro macroeconómico de Moncloa coincide con la de la Airef, sin embargo, como ya se ha comentado, está previsto que la institución que preside Cristina Herrero revise este avance del PIB. El único organismo que se sitúa por encima de ese 4,3% es el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero cabe señalar que también es la previsión más antigua, se publicó en el mes de abril. De momento, se trata de diferencias de décimas, pero estas se acentúan si se observan las previsiones para el índice de precios al consumo y el deflactor del consumo privado. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sitúa la inflación en el 8,1% este año, la Airef ya avanzado que subirá su previsión al 9%. Por su parte, el Banco de España cree que el índice armonizado de precios al consumo (IAPC) estará en el 7,2% este año.

Con estas perspectivas, Calviño se ha reunido en la misma semana con el Consejo Asesor de Economía y con los agentes sociales. Con estos últimos ha tratado de recuperar el pacto de rentas, la opción que planteó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para tratar de amortiguar la pérdida de poder adquisitivo de los asalariados y de evitar un traslado masivo de los costes de las empresas al consumidor final. La vicepresidenta planteó un pacto a tres años consistente en moderar la subida salarial para mantener la actividad económica y contener los beneficios de las empresas, para evitar caer en efectos de segunda ronda. No obstante, los sindicatos señalan la falta de concreción del Gobierno y la patronal, por su parte, exige que se incluya a los funcionarios y los pensionistas en este pacto.

Este segundo intento de lograr un pacto de rentas llega después de que fracasase la negociación entre sindicatos y patronal. La opción se ha reactivado en un momento en el que más del 50% de los productos que se recogen en el cálculo del índice de inflación subyacente supera el 3%, es decir, se sitúan un punto porcentual por encima de lo que el Banco Central Europeo considera la estabilidad de precios. Además, este índice escaló hasta el 5,5% en junio, continuando con una senda alcista que se inició en verano del pasado año. Estas cifras muestran que más allá de la crisis energética, el encarecimiento de la cesta de la compra se ha trasladado a otros productos que no tienen que ver ni con la electricidad ni con el petróleo.

Tras un verano en el que se espera que el turismo recupere por completo su actividad, pese al encarecimiento de hoteles y restaurantes, el Gobierno deberá reevaluar la situación macroeconómica del país para actualizar sus previsiones. De momento, Calviño cree en la segunda mitad del año se acelerará el crecimiento del PIB y podría ser "muy intenso, de más del 4%".

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