Calviño se resiste a revisar el objetivo de déficit del 2% a pesar de la desaceleración

  • "Por supuesto que si hay que revisarlo se hará. El comportamiento de este Gobierno es de enorme prudencia", ha asegurado la ministra en funciones. 
Nadia Calviño
Nadia Calviño
Europa Press

La ministra de Economía y Empresa en funciones, Nadia Calviño, ha afirmado este viernes que la economía española "no presenta signos de vulnerabilidad como los que hicieron tener la larga y profunda recesión de la última crisis", con indicadores "mixtos", y ha indicado que el crecimiento final del PIB en 2019 dependerá "mucho" de lo que suceda con el Brexit y otros focos de incertidumbre, como la tensíón comercial. También ha señalado que el Gobierno mantiene el objetivo de déficit del 2% del PIB para este año.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Calviño ha defendido que el Gobierno se ha regido por la "enorme prudencia" en las previsiones del Ejecutivo, y ha indicado que el Ministerio de Economía se encuentra trabajando en la última fase de preparación del cuadro macroeconómico que servirá de base para el plan presupuestario que debe remitir a Bruselas antes del 15 de octubre y que podría incluir una revisión de las previsiones de crecimiento.

"Por supuesto que si hay que revisarlo se hará. El comportamiento de este Gobierno es de enorme prudencia", ha enfatizado Calviño, quien ha explicado que el proceso final del cuadro macro contará con la validación de la Airef y se acometerá con un "seguimiento muy preciso de la realidad" en el que se tendrá en cuenta la revisión de la Contabilidad Nacional realizada por el INE de los últimos 23 años y los últimos indicadores económicos. Distintos organismo han rebajado sus previsiones en las últimas semanas, como Funcas, CaixaBank o más recientemente el Banco de España, que la disminuyó del 2,4% al 2%.

En cualquier caso, ha destacado que la economía española se encuentra en una fase "expansiva", ya que trimestre tras trimestre el PIB aumenta, aunque ha reconocido que el crecimiento de la actividad se ha ido moderando y se ha ralentizado desde el máximo del incremento, registrado en el año 2015.

"Hay una fase de recuperación menos intensa" 

"Hay una fase de recuperación menos intensa que en ciclos anteriores pero más estable y equilibrada", ha enfatizado Calviño, quien ha apuntado que ya no hay déficit en la balanza de pagos, ni burbuja inmobiliaria, la inflación está "muy contenida", baja el déficit y la deuda pública, hay una situación "más sólida" en el sector financiero y España gana competitividad en los mercados internacionales.

De esta forma, ha precisado que la previsión del Gobierno, como la de otros organismos nacionales e internacionales, es que en ausencia de una perturbación impredecible España mantendrá la actual tendencia de crecimiento, convergiendo con la tasa de crecimiento potencial a medio plazo.

Además, ha dicho que el Gobierno mantiene su objetivo de déficit del 2% del PIB para este ejercicio, ya que está "comprometido" con la reducción de desequilibrios heredados de la crisis (déficit y deuda) y ello explica en "gran medida" la mejora de la confianza de los mercados internacionales en la deuda española, reflejada en los buenos resultados de las subastas y en la mejora del rating.

"Mayor capacidad de resistencia" 

Asimismo, ha destacado que las familias y las empresas presentan una posición financiera más saneada, reducen su endeudamiento y suben su ahorro, una evolución "coherente" con el mercado laboral, que "sigue siendo dinámico", con un alza de la afiliación a la Seguridad Social del 2,4%.

De esta forma, ha aseverado que la economía "no presenta signos de vulnerabilidad como los que hicieron tener la larga y profunda recesión de la última crisis", ya que sus fundamentos son "más firmes para hacer frente cualquier episodio de inestabilidad", como el Brexit, sobre el que ha reconocido que hay "mucha incertidumbre" respecto al impacto de la salida del Reino Unido de la UE.

En todo caso, ha recordado que las previsiones del Banco de España apuntan a un impacto inferior al 1% del PIB español en los próximo cuatro años y que el Gobierno lleva trabajando para preparar distintos instrumentos, favorecer el canal de exportaciones a productos agroalimentarios perecederos, atender ámbitos para favorecer el tránsito de bienes y continuar la prestación de servicios.

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