Aunque este sistema se lleva realizando desde la primera Guerra Mundial, no han sido pocas las polémicas sobre su verdadera eficacia. De hecho, en marzo de 2019 el Parlamento Europeo ya planeó su eliminación.
Según la petición que realizó a los países de la Unión Europea, la intención es que se pusiera fin a este cambio de hora en 2021, de manera que cada estado pudiera elegir mantener el horario de verano o invierno.
De momento la situación ha quedado en el aire y no hay una fecha oficial prevista para su supresión. Por tanto, en la madrugada del sábado 27 de marzo al domingo 28 el reloj se adelantará, y a las dos serán las tres.
Lo que implica el cambio de horario de primavera-verano es que dormiremos una hora menos y anochecerá más tarde. Pero la idea con la que se creó continúa vigente, puesto que el objetivo es ahorrar luz y ser más eficientes.
Cómo funciona el ahorro de luz
En España empezó a realizarse en 1918 mientras que su popularidad comenzó en Europa sobre los años 80 y se aplicó definitivamente en los 2000. En primavera-verano se realiza el último fin de semana de marzo y el de otoño-invierno a finales de octubre.
Este proceso nos permite conseguir ahorrar energía y también dinero. Al aprovechar más horas de sol evitamos el consumo de luz y con ello reducimos nuestra factura.
La Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo realizó un informe donde indicaba que estos cambios estacionales podían conseguir cierto ahorro en algunos países.
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) estableció hace cinco años que este aprovechamiento supondría unos 6 euros anuales en la factura, que al multiplicarlos por los hogares y empresas españolas asciende a más de 300 millones de euros en todo el país.
Mientras que sus detractores consideran que estas cantidades no son suficientes, en España nos ayudará a evitar encender las luces del hogar a mitad de la tarde. Algunos de los consejos clave son:
- Verificar que tenemos contratada la potencia adecuada a nuestro consumo.
- Usar bombillas más eficientes como las de LED de bajo consumo.
- Usar lámparas de luces indirectas para realizar tareas más focalizadas como leer.
- Mantener un buen aislamiento en casa evitando que el calor o el frío se escape.
- Comprar electrodomésticos más eficientes y utilizar los programas ecológicos que ya vienen incorporados así como usarlos con una gran capacidad.
- Evitar poner la temperatura de la casa demasiado caliente o demasiado fría. Los expertos indican que es en torno a los 21 grados.
- Usar programadores para que los dispositivos se enciendan o apaguen según su uso y apagar los apartados que utilicen stand by.
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