El Campo de Montiel quiere seguir siendo la tierra del Quijote y no una 'tierra rara'

Campo de Montiel
Campo de Montiel
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El Campo de Montiel es una extensa comarca de Castilla-La Mancha que engloba a 23 municipios de Ciudad Real y Albacete, y en la que residen  50.000 personas. En los años 90, los técnicos de la Empresa Nacional Adaro, germen de Quantum Minera, descubrieron recursos de óxidos de tierras raras en el Campo de Montiel, entre los municipios de  Torrenueva y Torre de Juan Abad, y ya bien entrado el siglo XXI, Quantum presentó el proyecto de explotación 'Matamulas', con el que España podría haberse convertido en el primer productor europeo de tierras raras, el llamado 'oro tecnológico', vital para la industria moderna, pero cuyo mercado está copado por China, que produce el 95% de las 160.000 toneladas que se extraen al año en el mundo, y es una de sus grandes 'armas' en la guerra comercial que libra con los Estados Unidos de Donald Trump.

El Gobierno del socialista Emiliano García-Page, en coalición entonces con Podemos, denegó en 2018 la autorización a Quantum para explotar el yacimiento del Campo de Montiel después de una declaración de impacto ambiental que recibió un informe negativo porque la explotación "atentaba contra la biodiversidad de la zona". Debido, principalmente, a su alto consumo de agua y a que modificaba el hábitat de especies animales en peligro de extinción como el lince ibérico o el águila imperial. Ahora, en septiembre de 2019, Quantum ha interpuesto un recurso ante los tribunales de lo contencioso administrativo de Toledo para tratar de revocar aquella decisión porque considera que su proyecto para extraer monacita impregnada "con un 60% de tierras raras es totalmente viable desde el punto de vista "económico, social y medioambiental".  Y, asegura a La Información Raquel Vergara, directiva de la empresa,  "seguimos teniendo fundadas esperanzas de que al final el litigio se  resuelva a nuestro favor  y se pueda explotar la mina". 

No piensan igual muchos de los habitantes de la comarca del Campo de Montiel, aglutinados en torno a la plataforma 'Si a la Tierra Viva', que se opuso a la explotación desde el principio del proyecto. "El proyecto se denegó porque era inviable medioambientalmente", explica el portavoz de la plataforma, Luis Manuel Giner. "Consumía mucha agua, y aquí no hay agua ni para beber ni para regar. Estamos hablando de elementos radiactivos como el torio y el uranio, que contiene la monacita; se ponían en peligro la agricultura de la zona y especies como el lince y el águila imperial... Esto no es una cosa de activistas radicales sino de personas normales que viven en un territorio, porque esto no es un desierto. Incluso, no iba a redundar ni económicamente en la zona porque la intención de la empresa era la de vender el concentrado de monacita a China. Al proyecto se opusieron ayuntamientos de todos los colores,  asociaciones de agricultores como Asaja, Coag y UPA, se presentaron 14.000 alegaciones de personas individuales al proyecto...", explica Giner. 

El presidente de la plataforma 'Sí a la Tierra Viva' asegura que "el proyecto está de momento denegado, pero seguimos expectantes porque nos tememos que el litigio no ha terminado todavía". Luis Manuel Giner explica además que "en esta comarca se vive de la agricultura y aquí están englobadas hasta cinco denominaciones de origen, vino, queso manchego azafrán... Hay un proyecto para que esta zona sea declarada Patrimonio de la Humanidad como Tierras del Quijote. ¿Se imagina alguien que debajo de la Alhambra de Granada o de la Mezquita de Córdoba se explotase una mina? Y es que a nuestras protestas y asambleas acudían hasta personas tan diferentes como ecologistas de Greenpeace y cazadores. Todos se oponían, y se oponen, al proyecto".

En Quantum no opinan lo mismo y repiten que su proyecto para extraer durante 10 años tierras raras de la explotación de 243 hectáreas del Campo de Montiel era "totalmente viable desde todos los puntos de vista. Era rentable económicamente para nosotros y para la zona porque generaría puestos de trabajo; se nos denegó la utilización del agua del embalse de Cabezuela, pero luego propusimos otro sistema para poder llevar agua incluso con camiones cisterna; se ha demostrado, por informes de la Universidad de Sevilla o por inspecciones del Seprona de la Guardia Civil, que no hay radiactividad en la monacita gris, el torio y el uranio se encuentran en cantidades imperceptibles", sentencia la portavoz de Quantum.

Percepción ésta en la que la empresa coincide, en buena medida, con el presidente del Ilustre Colegio de Geólogos de España, Manuel Regueiro. "España y la Unión Europea tienen las legislaciones más restrictivas en materia de explotación de yacimientos de tierras raras, pero es indudable que deberíamos investigar más en este tema. De hecho, la UE está muy preocupada por la situación y comienza a impulsar la búsqueda e investigación en estos temas. Y la explotación de un yacimiento de tierras raras es como la explotación de cualquier otro yacimiento mineral. Plantea problemas técnicos y medioambientales, pero éstos pueden resolverse. En concreto, el de Matamulas en Ciudad Real sería como cualquier yacimiento de áridos, como una gravera, de las muchas que hay en España", explicaba la pasada semana a La Información Manuel Regueiro. 

Unas tierras raras que se han 'puesto de moda' después de que China, que controla la producción y el comercio mundial casi en situación de monopolio, haya amenazado a Estados Unidos con restringir su comercio. Y es que los 17 elementos químicos conocidos como tierras raras son imprescindibles en la industria tecnológica y militar para, por ejemplo, fabricar imanes permanentes que permiten el desarrollo de los motores eléctricos, para el almacenado de datos informáticos, crear los colores rojos de las pantallas planas de televisión, rayos láser, la industria cerámica y del vidrio, los cristales de las gafas de los soldadores, 'smartphones', auriculares, altavoces, discos duros, sensores, refino de petróleo, misiles, fibras ópticas, baterías nucleares, turbinas eólicas, tubos de rayos X, microondas... Por ejemplo, para la fabricación de un ordenador portátil, se utilizan 2,5 gramos de estos elementos. 

Con la explotación del yacimiento castellanomanchego de tierras raras, nuestro país, que importa todos los años 550 toneladas de tierras raras, podría haber producido 2.100 toneladas al año, un 30% más de todas las que consume Europa en un año, cantidad suficiente para construir 10.000 aerogeneradores eléctricos o 340.000 vehículos eléctricos o híbridos, y el 25% de toda la producción mundial. España tiene que tomar la decisión sobre si explotar nuestros recursos y ser una potencia mundial o dejar nuestros yacimientos ahí sin utilizarlos", asegura Manuel Regueiro. En el campo de Montiel no lo quieren. La industria tecnológica y minera suspira por ello. Donald Trump y Xi Jinping se pelean por ellas. Son las tierras raras. El nuevo 'oro tecnológico'.

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