A vueltas con los datos

Díaz y Escrivá se enredan: Trabajo aflora 400.000 afectados por ERTE 'fantasmas'

YOLANDA DÍAZ Y JOSÉ LUIS ESCRIVÁ
YOLANDA DÍAZ Y JOSÉ LUIS ESCRIVÁ

La ministra de Trabajo y el de Seguridad Social tenían ayer una cita importante, posiblemente la más relevante del tiempo que llevan al frente de sus respectivos departamentos. Yolanda Díaz y José Luis Escrivá ofrecieron una rueda de prensa a las 10 de la mañana para explicar a la ciudadanía el descalabro que ha provocado el coronavirus en el mercado laboral. El titular que dejó la comparecencia se atribuye a la gallega de Unidas Podemos, que cifró los trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en 620.000, una cifra que puede considerarse hasta reducida si se tiene en cuenta que las estimaciones apuntan ya a más de 1,5 millones de personas en esta situación, pero que es muchísimo más elevada de la que consta en los registros de la Seguridad Social, donde cotizan 258.645 afiliados en ERTE.

Pero para entender el 'baile de cifras' que se produjo ayer en el Palacio de la Moncloa hay que remontarse a las 9 de la mañana. Los ministerios, por separado, difunden cada uno sus propios datos. Por un lado, Trabajo distribuye los informes sobre la evolución del paro durante el mes de marzo y por otro, Seguridad Social publica los registros de afiliación. Con una diferencia: mientras el departamento que dirige Díaz se limita a incluir una aclaración en referencia al "impacto extraordinario en el empleo producido por la crisis sanitaria del Covid-19", Escrivá va un paso más allá y además de incorporar un anexo con un desarrollo detallado de la evolución de la afiliación durante la segunda mitad del mes, aporta una cifra de afectados por ERTE: 258.645 personas.

Pasados unos minutos de las 10 de la mañana arranca la rueda de prensa conjunta. La ministra, por su parte, da cuenta de los más de 300.000 nuevos parados, el peor dato en la historia laboral de España, y Escrivá explica que en marzo se destruyeron casi 900.000 empleos. Datos demoledores de un mercado de trabajo arrasado por el coronavirus. Una vez desmenuzadas las cifras en sendas presentaciones comienzan las preguntas telemáticas de los medios de comunicación y una se repite con distintas formulaciones, pero con insistencia: ¿Cuántos ERTE se han registrado y a cuántos trabajadores afectan? Entonces Díaz aclara hasta en cinco ocasiones que los expedientes tramitados ascienden a 246.335 y que afectan a 620.000 personas.

Es Díaz la encargada de repetir, varias veces, estos datos. Mientras Escrivá responde otras cuestiones. Apenas una hora antes salía del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones un 'dossier' en el que aparecía, literalmente, este párrafo: "Los datos de afiliación incluyen a los afectados por los Expedientes de Regulación de Temporal de Empleo (ERTE) por el COVID-19, que se cifran en 258.645 relaciones laborales". Esa cifra rebaja en unas 360.000 personas la que matizaba su compañera del ministerio de Trabajo durante la rueda de prensa ante la insistencia de los periodistas: 620.000 empleos afectados por ERTE.

¿A qué se debe esta abismal diferencia? Según explican fuentes del departamento de Escrivá, es por una cuestión "de registro". Simplemente, a la Seguridad Social el listado de las personas inmersas en un ERTE le llega más tarde que a las Oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe), que son las encargadas de tramitar las prestaciones por desempleo. Es importante matizar que los trabajadores afectados por estos ajustes de plantilla temporales no cuentan como parados, porque los desempleados, además de no trabajar, deben buscar activamente empleo, y además siguen apareciendo como trabajadores afiliados en alta en la Seguridad Social.

Matices aparte, lo cierto es que el decalaje entre las cifras aportadas por Trabajo y las distribuidas poco antes por Seguridad Social produjo cierta confusión. Fuentes de ambos departamentos aseguran a La Información que la comunicación entre Díaz y Escrivá es fluida y que mantienen una buena relación. Además, añaden que la rueda de prensa extraordinaria (normalmente son los secretarios de Estado los que presentan los datos de paro y afiliación del mes) se preparó de manera conjunta en el Palacio de la Moncloa, el centro neurálgico del comité de seguimiento de la crisis sanitaria del coronavirus y escenario de todas las comparecencias. 

Sin embargo, fuentes no oficiales conocedoras de los vericuetos administrativos del Gobierno afirman que existe cierto descontrol entre estos ministerios de reciente separación, pues hasta hace tres meses Trabajo y Seguridad Social eran uno solo. De hecho, había un notable grado de incertidumbre acerca de cómo las estadísticas públicas iban a reflejar los trabajadores afectados por ERTE. Tanto es así que el propio Escrivá, desde su compromiso de transparencia, llevaba días estudiando cómo podía recogerse este impacto de manera clara y preparando la rueda de prensa de este jueves, a la que acudió acompañado de una presentación gráfica donde se explicaba al máximo detalle posible los efectos de esta crisis sanitaria en el empleo.

Son dos perfiles muy distintos y se está percibiendo desde diferentes ámbitos. En círculos empresariales comentan que trabajan "a distintas velocidades" desde que arrancó la legislatura, algo que ya venían percibiendo en el diálogo social, y contraponen el perfil técnico de Escrivá, expresidente de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), al perfil más político de Díaz, la ministra del ala de Unidas Podemos en la coalición progresista. "Él es un hombre de números y ella una mujer de palabras", ilustra un empresario al que también pilló por sorpresa el dato que ofreció la ministra en rueda de prensa. 

De cualquier manera, tanto la patronal como los sindicatos esperan que la cifra de afectados por expedientes de regulación de empleo sea mucho más elevada que esos 620.000 que se anunciaron ayer. Algunas estimaciones apuntan a entre 1,5 y 2 millones de personas que irán apareciendo en las estadísticas de los próximos meses. Se espera que la mayor oleada se recoja en los datos del mes de abril, que no se conocerán hasta el día 5 de mayo. Será entonces cuando quede constancia del golpe real del virus al empleo, una vez las oficinas públicas hayan podido tramitar el aluvión de solicitudes sin precedentes en la historia. 

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