Casarrubios: el pueblo sin tren que tiene un aeropuerto apadrinado por Sánchez

  • Los vecinos cuestionan el ruido que pueda generar la infraestructura, pero creen que atraerá riqueza y generará trabajo: 5.500 empleos directos. 
Los propietarios del aeródromo de Casarrubios del Monte creen que el proyecto conjunto con Madrid aún "está muy verde"
Los propietarios del aeródromo de Casarrubios del Monte creen que el proyecto conjunto con Madrid aún "está muy verde"

A finales de los años 50 un niño navarro, Ignacio Elduayen, que ayudaba a su padre en las viñas de la familia en Pitillas, su pueblo, veía pasar los aviones militares que se dirigían a hacer prácticas de tiro al cercano polígono de Las Bardenas y soñaba con ser un día piloto y poder surcar los cielos como aquellos cazas que sobrevolaban su cabeza. El niño creció, pero su sueño continuaba, y recaló en Madrid, donde, como anhelaba, se hizo piloto. Luego, hace 25 años, construyó junto a su familia, "casi de manera artesanal y muchas veces con nuestras propias manos", un pequeño aeródromo en la localidad de Casarrubios del Monte, en la frontera entre Madrid y Toledo, al lado de El Álamo y Navalcarnero. El sueño continuaba.

Durante el invierno 2016-2017 un economista se aprestaba a recorrer España en coche en su afán por recuperar el poder en su partido, el PSOE, del que había sido abruptamente desalojado por los barones regionales de su partido. En la gira por España al volante de su coche, Pedro Sánchez recaló en el aeródromo de la familia Elduayen en Casarrubios, "comió con nosotros le enseñamos el proyecto, nuestras ideas…", cuenta Nacho Elduayen, uno de los hijos de aquel niño navarro que soñaba con aviones y actual director del aeródromo, y lo que allí le enseñaron le encantó a aquel político que dos años y medio después, y de manera inesperada, había recuperado el poder en su partido y, a caballo de una moción de censura contra Rajoy en la primavera de este año, se había convertido en presidente del Gobierno. "Algo impensable cuando estuvo aquí porque entonces no era nadie", resume Ignacio Elduayen.

Los habitantes de la zona, principalmente los de Navalcarnero, también sueñan, desde hace décadas, con que el ferrocarril de cercanías llegue a la zona, una demanda insatisfecha para una zona que se queja continuamente de la falta de transporte público que la conecte con mayor frecuencia con Madrid. Esperanza Aguirre, cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid, prometió la llegada del tren, incluso se iniciaron las obras, pero todo se paralizó en 2010, como se paralizó el macroproyecto de Eurovegas. Como tantas y tantas promesas para la zona. "¡Ojalá el aeropuerto llegue a la vez que el tren!", casi suplica, Luisa, una habitante de Navalcarnero.

Mientras, por primera vez, las comunidades de Madrid y de Castilla-La Mancha, se ponían de acuerdo y aprobaban seguir adelante con la construcción de un segundo aeropuerto comercial en Madrid en los terrenos que actualmente ocupa el aeródromo de Casarrubios-El Álamo. Desde hace dos meses el Ministerio de Fomento y Aviación Civil tienen sobre la mesa el proyecto de Air City Madrid Sur, un grupo de empresarios –entre los que se encuentra la familia Elduayen- que espera que el 'puzzle' que supone la construcción de un aeropuerto, y más si es totalmente de iniciativa privada como éste, se complete y en 2023 despegue el primer avión comercial de la pista del aeropuerto de Casarrubios.

Porque la diferencia entre un aeródromo y un aeropuerto es esa precisamente, que en un aeropuerto se venden billetes y "ese es nuestro objetivo", explica un Nacho Elduayen, quien no esconde que la llegada de Pedro Sánchez a la Moncloa ha sido un "espaldarazo" para el proyecto.

Mientras, más allá de alguna reticencia entre la población por "el ruido que pueda causar la infraestructura", en las tres localidades que rodean al futuro aeropuerto hay un consenso general en que "será muy bueno para la zona y traerá riqueza" y, posiblemente, porque harán falta infraestructuras, el anhelado tren llegue a Navalcarnero. El proyecto ha sido acogido favorablemente por los alcaldes de Casarrubios, Jesús Mayoral (PSOE); El Álamo, Natalia Quintana (PP); y José Luis Adell (PSOE) porque son conscientes de que de hacerse realidad pondrá "en órbita" a la zona.

Ignacio Elduayen insiste en la "solidez" de un proyecto que "será llevado a cabo por empresas del sector y con los pies en el suelo, no es ninguna locura", y que tendrá una inversión inicial de 148 millones de euros, aunque la final puede acercarse a los 1.800 millones, y que igualará a Madrid con otras grandes capitales europeas como París o Londres, que cuentan con otras infraestructuras aeroportuarias complementarias como es el caso de los aeropuertos de Gatwick y Orly.

En Air City Madrid Sur están convencidos de que su apuesta no será un fiasco como las de los aeropuertos de Castellón o Ciudad Real, este se llevó prácticamente por delante a Caja Castilla-La Mancha, porque "estamos al lado de una gran ciudad, a menos de media hora en coche de Madrid a 30 kilómetros, y el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid Barajas, al ritmo de crecimiento actual, estará saturado en tres o cuatro años, como ya sucede con el aeródromo de Cuatro Vientos. No venimos a hacer la competencia a Barajas sino a ser complementarios. Incluso podemos ser una pista de respaldo a Barajas, que ahora ante cualquier contingencia tiene que desviar aviones a Valencia o a Sevilla".

Barajas recibe actualmente 55 millones de pasajeros al año y Casarrubios-El Álamo (el aeropuerto tendría un 70% de su superficie en Madrid y un 30% en Toledo) aspira a que pasen por su terminal unos 5,5 millones cuando esté operativo. El segundo aeropuerto de Madrid sería, dicen sus promotores, una excelente plataforma para las aerolíneas de bajo coste y para los vuelos ejecutivos (privados) y aseguran que varias compañías ya les han comunicado su interés por la construcción de este aeropuerto al sur de Madrid "porque Barajas está empezando a estar saturado".

Si se superan todos los trámites –Fomento, Aviación Civil, Confederación Hidrográfica del Tajo, Medio Ambiente…- del 'puzzle' que supone la construcción, en este caso ampliación, de un aeropuerto, Air Sur Madrid City, espera comenzar las obras en 2020. Una infraestructura en la que además de aviones, terminal, pistas y hangares pretende que haya, por ejemplo, en torno a ella una residencia de pilotos, algo que actualmente no hay en España o una Universidad que los forme.

Air City Madrid Sur, que es una empresa de capital español cien por cien privado, está presidido por el empresario toledano, Gregorio Marañón y su consejero delegado es Javier Ruedas. Entre los participantes en el proyecto se encuentran empresas como European Flyers, Gamt Consultoría y Desarrollo o Pasiphae, compañía creada en su momento por el ex ministro Josep Piqué, actual miembro del Consejo de Administración de AENA.

"El sitio es el idóneo", explican tanto Javier Ruedas como el director del actual aeródromo Ignacio Elduayen. "El nuevo aeropuerto de Madrid se hace aquí o no se hace en ningún sitio porque el emplazamiento, sin obstáculos orográficos, nos permite volar prácticamente todos los días del año por su clima, la huella sónica, que hemos estudiado, no afecta a las poblaciones cercanas, no existe incompatibilidad con otros aeropuertos de la zona sino complementariedad, hay excelentes comunicaciones, a media hora de Madrid con la A5, la R5, la A42, la autovía de La Sagra y puede suponer un impulso para otros medios de transporte de la zona, que serán necesarios, como el ferrocarril, y un gran impulso socioeconómico para la zona. Además no se trata de construir desde cero un aeropuerto sino de ampliar unas instalaciones ya existentes", recalcan.

Y es que el proyecto del segundo aeropuerto al sur de Madrid prevé una pista de 3.200 metros, la actual tiene 1.000 metros, aunque sólo 800 útiles; una terminal de 15.000 metros cuadrados en su primera fase para albergar a los 5,5 millones de pasajeros previstos y más 50.000 m2 para mantenimiento de aeronaves y hangares. Creará 5.500 empleos directos y 13.300 indirectos e inducidos en sus primeros diez años. Igualmente, el potencial de desarrollo industrial anexo al proyecto, con 2,5 millones de metros cuadrados, puede suponer una inversión total de 1.800 millones de euros y creará cerca de 32.000 empleos directos. Sólo en la fase constructiva Air City Madrid Sur prevé que se generarán 12.500 puestos de trabajo.

Casarrubios del Monte, el pueblo que tiene un castillo del siglo XV, pero no tiene tren, aunque sí un aeródromo. El lugar a donde llegó en su coche Pedro Sánchez en 2016, cuando no era nadie, y de donde, si el proyecto cuaja, podrá salir en avión en 2023.

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