Casas fantasma y hoteles zombi en Irlanda

  • Irlanda es una de las economías de la Unión Europea que más se ha resentido con la recesión mundial. Su burbuja inmobiliaria ha dejado una situación similar a la que se vive en muchos puntos de España, con varios cientos de miles de casas sin comprador y hoteles que permanecen abiertos a la fuerza con precios por habitación rebajados a más de la mitad de su valor inicial.
Granja abandonada en Irlanda | istockphoto
Granja abandonada en Irlanda | istockphoto
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Conor O'Clery | GlobalPost

(Dublín, Irlanda). La Irlanda de las guías de viajes tiene historias de castillos embrujados y ruinas tenebrosas. Pero la Irlanda más moderna, posterior al boom económico, ofrece barrios fantasma y hoteles vacíos. Con una población de 4,5 millones de habitantes, Irlanda cuenta actualmente con 300.000 hogares deshabitados, según un reciente estudio.

Muchas de estas viviendas se encuentran casi terminadas y están en áreas de reciente urbanización, creadas para responder al enorme auge inmobiliario ya pasado. Las empresas constructoras que se han declarado en quiebra han dejado las viviendas a medias y la banca ha optado por mantener los hoteles abiertos -aunque vacíos- antes que se conviertan en refugio de zombis.

Desde la distancia da la impresión que todas estas propiedades están habitadas. Pero al acercarse, se descubre que no circulan coches, no hay cortinas en las ventanas ni se siente la brisa en los jardines. En algunas ciudades, el viento sopla a través de torres sin terminar, como es el caso de un edificio de 14 plantas en Sandyford, Dublín, propiedad de John J. Fleming Construction. Y lo más probable es que siga así durante un largo tiempo, como recuerdo de la peor crisis inmobiliaria europea.

John J. Fleming debe 1.000 millones de euros y sus activos han perdido prácticamente todo su valor. El edificio en cuestión es parte de un complejo que alguna vez estuvo valorado en 36 millones de euros, pero que ahora no vale más de 9 millones.

Llama la atención que justo al lado de esta torre de apartamentos se levante un edificio de unas diez plantas donde parece que sus ocupantes disfrutan del sol en los balcones. Sin embargo, si se mira con mayor precisión, se descubre que no es más que la imagen de una enorme tela dibujada que cubre el edificio, también vacío.

Según el Instituto Nacional de Análisis Regional, existen 621 complejos de propiedades fantasmas en Irlanda, entendiéndose por un complejo "fantasma" un conjunto habitacional donde más de la mitad de las viviendas están vacías o sin acabar.

Como nadie se hará cargo de estas obras y la banca cada vez otorga menos hipotecas, es muy probable que no se vendan y tengan que ser demolidas, explica Rob Kitchin, del Instituto Nacional.

Los llamados "hoteles zombi" son propiedad de las mismas constructoras, pero la banca -acreedora- ha decidido mantenerlos abiertos para beneficiarse de exenciones tributarias. Uno de los más destacados es el Burlington Hotel, un cuatro estrellas en el exclusivo barrio de Ballsbridge, muy visitado por ministros y la jet-set local.

El Burlington es uno de los tres hoteles levantados en una propiedad de siete acres, que adquirió el empresario Sean Dunne en 2005 por 379 millones de euros, una suma estratosférica en esa época. Dunne tenía la intención de echarlos abajo y construir una comunidad de lujo con aire futurista que sería la envidia de Europa. Nunca obtuvo los permisos necesarios y ahora, muy endeudado, ha decidido mantener abierto el Burlington a precios rebajados: las habitaciones que alguna vez costaron 300 euros ahora están disponibles por 79 euros la noche.

Son buenas noticias para los clientes, pero un desastre en potencia para otros hoteles de la ciudad que podrían verse obligados a cerrar sus puertas. Según el economista Peter Bacon, que ha realizado un estudio sobre el sector en Irlanda, se debería cerrar un 25 por ciento de las 59.000 habitaciones que tiene el país.

La banca tiene que mantener los hoteles abiertos durante siete años para permitir que los inversores puedan seguir desgravando y evitar que se cree un nuevo impuesto para recuperar las asignaciones que ya han recibido. "Vivimos en un mundo de fantasía si creemos que la oferta de habitaciones a precios altamente reducidos será un beneficio a largo plazo para la economía", declaró Bacon durante la conferencia anual de la federación irlandesa de hostelería, en Galway.

Sin embargo, los precios pueden ser una buena noticia para los turistas acostumbrados a "aprovecharse de Irlanda". El país se ha convertido en uno de los más baratos de Europa.

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