Los bienes ocultos de los ricos catalanes dejan sin 330 millones a la Generalitat

  • Un estudio de la Generalitat señala la ocultación de activos en el extranjero para eludir Patrimonio como principal nicho de fraude fiscal en Cataluña
Gráfico Recaudación patrimonio
Gráfico Recaudación patrimonio
Nerea de Bilbao
Gráfico Recaudación patrimonio
Gráfico Recaudación patrimonio / Nerea de Bilbao

Un estudio encargado por la Generalitat acaba de revelar que la recaudación real que la Hacienda catalana obtiene por el Impuesto de Patrimonio supone solo poco más que la mitad de la que debería obtener si los contribuyentes cumplieran de forma diligente con sus obligaciones fiscales. El ejercicio se ha realizado para el año 2014 y su resultado es revelador. Ese año la Agencia Tributaria Catalana recaudó 427,9 millones de euros por el Impuesto de Patrimonio...pero debería haber recaudado 768,7 millones, un 44,34% más. Es decir, 340,9 millones de euros se quedaron por el camino.

¿Qué causas explican semejante brecha fiscal? Los autores del estudio, un equipo de investigadores del Instituto de Economía de Barcelona y de la consultora Everis coordinado por el catedrático Alejandro Esteller-Moré, señalan a una causa bien concreta: la ocultación sistemática de sus activos en el extranjero de los contribuyentes obligados a declarar en el Impuesto de Patrimonio. Los investigadores atribuyen a estas maniobras de ocultación 331 de los 340 millones de euros que se perdieron de la recaudación del Impuesto de Patrimonio en el año 2014. El resto está relacionado con declaraciones no presentadas o con declaraciones que se presentaron, pero cuyo pago no se llegó a sustanciar.

Hablamos, principalmente, de contribuyentes con una situación desahogada. El Impuesto de Patrimonio catalán exime de obligación alguna por este impuesto a los contribuyentes que acrediten un patrimonio personal de valor inferior a 500.000 euros y luego establece una escala impositiva que oscila entre el 0,21% y el 2,75% según el valor del patrimonio declarado. El perfil de los activos no declarados apunta a las grandes fortunas: activos financieros en el extranjero (58% de lo no declarado), participaciones en empresas (37%) y joyas, antigüedades u otros objetos de valor (5%).

El perjuicio causado a las arcas catalanas es muy importante. El estudio realizado por el Instituto de Economía de Barcelona y Everis, encargado por la Generalitat y cuyo objetivo es acuñar una metodología permanente para el cálculo de la brecha fiscal en Cataluña para los impuestos de Patrimonio, Sucesiones y Donaciones, Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados y sobre las Estaciones en Establecimientos Turísticos, estima que más de un tercio de la recaudación fiscal perdida en estos impuestos se explica por la ocultación por parte de las grandes fortunas catalanas de sus activos en el extranjero.

Lo más llamativo de esta estimación es que descuenta ya los bienes aflorados por el popular modelo 720, la Declaración de Bienes en el Extranjero ideada por el equipo de Cristóbal Montoro y que según los últimos datos proporcionados por el Ministerio de Hacienda ha servido para aflorar más de 103.000 millones de euros en bienes que no estaban en el radar de Hacienda, que estaban en manos de 175.988 contribuyentes y que automáticamente han pasado a alimentar la base imponible del Impuesto de Patrimonio de las diferentes comunidades autónomas. Según los cálculos de Hacienda, la campaña ha incrementado en un 78% la base imponible de Patrimonio de los declarantes del modelo 720 y ha disparado del 12% al 31% el peso de éstos en la recaudación total del impuesto. Que aún así, el estudio encargado por la Generalitat estime que Cataluña podría recaudar un 80% más por el impuesto habla de la magnitud del problema.

Uno de cada cuatro euros, por el sumidero

La administración tributaria catalana se ha convertido en la primera de toda España en realizar el siempre controvertido ejercicio de calcular los recursos fiscales que pierde por el fraude o por el poco diligente cumplimiento de sus obligaciones fiscales por parte de los contribuyentes, algo que ya han hecho otras jurisdicciones como Reino Unido, Estados Unidos, Suecia, Australia o la propia Unión Europea.

La metodología diseñada por Everis y por el Instituto de Economía de Barcelona será aplicada a partir de ahora por la Agencia Tributaria Catalana para todos los ejercicios fiscales y le permitirá controlar la evolución del fraude fiscal no detectado en el territorio. En 2014, año base para este ejercicio, éste ascendió a 789,83 millones de euros, lo que implica que se perdieron uno de cada cuatro euros que se podrían haber recaudado. De éstos 340,9 millones se corresponden con el Impuesto de Patrimonio; 277,9, con el Impuesto de Sucesiones y Donaciones; 154 millones con Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados; y 17 millones con el Impuesto sobre Estancias en Establecimientos Turísticos.

El trabajo permite además bosquejar los perfiles del fraude en cada impuesto. Si en Patrimonio el foco se pone en los bienes ocultados en el extranjero por los grandes fortunas, en Sucesiones y Donaciones los investigadores centran sus sospechas en que no se declara todo lo que se debería, al igual que en el de Transmisiones Patrimoniales.

Caso aparte es el del Impuesto sobre Estancias en Establecimientos Turísticos, de reciente institución. El problema ahí se focaliza en los apartamentos turísticos. El trabajo concluye que la Hacienda catalana es incapaz de controlar cuatro de cada cinco estancias en apartamentos turísticos y que, por tanto, la recaudación que obtiene en ese segmento se queda muy lejos de la que debería ser: 3,6 millones de euros, sobre 15,6 millones de recaudación potencial.

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