Cataluña y País Vasco reaccionan al plan del Gobierno reforzando su presencia exterior

"Si alguien tenía la ilusión de que cerráramos alguna, lejos de cerrarlas nuestra intención es reforzarlas". Así respondió el portavoz de la Generalitat de Cataluña, Francesc Homs, cuando fue interrogado sobre el futuro de las embajadas catalanas en el extranjero.

No son sólo palabras. El proyecto presupuestario catalán para 2014 duplica los fondos destinados a delegaciones, oficinas y misiones diplomáticas en el exterior hasta los 2,2 millones de euros.

Hasta el momento, los gobiernos de Cataluña y el País Vasco son los únicos que no se han avenido a suscribir algún tipo de protocolo o convenio de colaboración con el Estado para compartir sede diplomática o coordinar sus estrategias de acción exterior.

El único episodio de cooperación que se puede referir es la integración de un delegado de Cataluña dentro de la legación española ante la Unesco, un hecho puntual.

Cataluña dispone de 34 oficinas comerciales repartidas por todo el mundo, una cuarta parte del total del despliegue autonómico en el exterior, y de cinco grandes embajadas en punto estratégicos: Londres, París, Bruselas, Berlín y Nueva York.

¿Cuál es su coste? Se desconoce. El Parlament rechazó una moción del Partido Popular para hacer público ese dato, que, se presume, estará contenido dentro de la partida de 'Acción Exterior' que en 2014 superará los 16,5 millones de euros.

La acción exterior se ha convertido en una de las líneas fuerza del Govern de Artur Mas que ha impulsado Diplocat, una suerte de escuela catalana de diplomáticos llamada a formar la futura fuerza diplomática de Cataluña.

El Gobierno del País Vasco tampoco se plantea reducir su presencia exterior. El Ejecutivo de Vitoria asegura tener presencia en 70 países y hace unas semanas anunció la puesta en marcha de un programa de acción exterior Basque Country en el que invertirá 120 millones de euros en los próximos cuatro años.