CCOO y UGT acusan a 'The Economist' de ser el 'vocero' neoliberal de los que recortan

    • Para CCOO, el semanario "se ha deslizado por la pendiente del periodismo de campaña, que no contrasta sus informaciones y que dispara contra los sindicatos" sin conocer la realidad.
    • UGT, a quien el semanario relaciona con la corrupción, acusa a 'The Economist' de respaldar la desigualdad social y la brutal devaluación de condiciones laborales motivada por los recortes.
Lezcano (CC.OO.) replica a Guindos que sus mensajes de optimismo son parte de un "guión electoral"
Lezcano (CC.OO.) replica a Guindos que sus mensajes de optimismo son parte de un "guión electoral"

Los responsables de los sindicatos Comisiones Obreras (CCOO) y Unión General de Trabajadores (UGT) no han tardado en responder a la dura crítica a su gestión publicada en el último número del semanario británico The Economist.

La revista acusaba a las centrales sindicales españolas de poner trabas a la recuperación económica de España en un artículo tituladoOur turn to eat (nuestro turno para comer) y  asegura que, en los últimos años, estas organizaciones se han dedicado a "defender el statu quo" y frenar la creación de empleo.

También incidía en corrupción que afecta a UGT en Andalucía, donde varios altos cargos del sindicato están siendo investigados por malversar fondos destinados a cursos de formación, y no se olvidaba del ugetista José Ángel Fernández Villa, histórico líder sindical minero, investigado por Anticorrupción por presuntamente haber ocultado más de un millón de euros a Hacienda.

El primero en responder a la publicación británica fue el secretario de Organización y portavoz de CCOO, Fernando Lezcano, que consideró que The Economist "se ha deslizado por la pendiente del periodismo de campaña, que no contrasta sus informaciones y que dispara contra los sindicatos sin conocer la acción sindical y las propuestas activadas por los mismos durante la crisis".

The Economist también destacaba la pérdida de confianza de la gente en los sindicatos, favorecida por la reforma laboral, y las cifras de afiliación sindical en España, que había sufrido un descenso del 6% entre 2010 y 2013, la tercera mayor caída de Europa, por detrás de Grecia (19%) y Reino Unido (7%).

Respecto a esta cuestión, el portavoz de CCOO aseguró que las afirmaciones del semanario británico adolecían de algo tan elemental en el ejercicio profesional como el rigor o el respeto a la verdad.CCOO pierde afiliados, "pero no confianza"

"Durante la crisis hemos perdido afiliación y es una realidad. Nuestros afiliados/as son personas normales que cuando pierden el empleo, en ocasiones, abandonan su afiliación, algo distinto es la confianza o la representatividad que solo puede medirse con instrumentos democráticos y objetivos como las elecciones sindicales que han tenido lugar en los últimos 12 meses, y que confirman a CCOO como el primer sindicato del país y al sindicalismo de clase con más del 72% de la representatividad", aseguró Lezcano.

El dirigente sindical aseguró estar sorprendido con la información de la revista y aseguró que es un medio de comunicación que respeta su trayectoria profesional, "y que ayer empañó con una alusión a los sindicatos tan injusta como falsa".

"Siempre que nuestro país ha pasado por dificultades y crisis económicas, nuestra prioridad en la propuesta sindical han sido los colectivos más necesitados: personas en paro, jóvenes, mujeres, inmigrantes y pensionistas. Y estamos dispuestos a repasar la historia reciente con cualquier medio de comunicación, incluido The Economist, para debatirlo", concluyó.La respuesta de UGT

Por su parte UGT, el sindicato sobre el que incidió especialmente el semanario británico en su crítica, respondía con un artículo titulado The Economist y la ideología.

Asegura el sindicato que el reportaje realizado por el seminario "es coherente con el liberalismo ideológico y económico en el que la publicación milita abiertamente, y desde el cual se apoyan las políticas de recorte aplicadas durante la gran recesión por la Unión Europea". "Los sindicatos españoles, y UGT en particular, nos opusimos a esas políticas desde el minuto cero de esta crisis, allá por el año 2010, porque preveíamos la destrucción del modelo social europeo que se ha producido, la explosión de desigualdad social que se ha producido, y la brutal devaluación de condiciones laborales y salariales que estamos padeciendo en algunos países víctimas de esas políticas de ajustes y reformas que promueven los gobiernos liberales y respaldan los diarios como The Economist", señala.  "Las organizaciones sindicales hemos defendido, y seguimos defendiendo, unas condiciones de trabajo dignas, y estamos convencidas de que la solución a nuestro mercado laboral no es generalizar la precariedad y las rebajas salariales. Creemos, por el contrario, que España debería apostar por mejorar las condiciones laborales y salariales del conjunto de los trabajadores de este país, y no sólo por una cuestión de respeto a la dignidad de las personas, sino porque es uno de los caminos para reactivar la economía mediante el impulso del consumo interno", explica. Por último señala que The Economist tiene razón cuando dice que los trabajadores que se ven abocados al desempleo tienen que reducir gastos, "por eso muchos prescinden de la afiliación sindical, igual que de otras muchas cosas, como de la compra de periódicos o revistas, "por lo que sorprende en una publicación de reputación internacional un análisis tan banal del movimiento sindical en España".

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