Madrid.- Comisiones Obreras y UGT admitieron hoy que la negociación de la reforma laboral está complicada y sigue habiendo muchas distancias entre sus posiciones y la de la patronal, si bien mantuvieron su intención de apurar las conversaciones hasta el 31 de mayo, cuando concluye el plazo marcado por el Gobierno.
Las dos organizaciones celebran esta mañana sendas reuniones de sus órganos de dirección para analizar el curso del diálogo social y la respuesta sindical al decreto de recortes aprobado por el Gobierno.
A la entrada de la reunión del Consejo Confederal de CCOO, el secretario de Comunicación del sindicato, Fernando Lezcano, admitió que persisten "elementos de discrepancia profundos", sobre todo en el tema de los modelos de contratación, porque los sindicatos creen que "el abaratamiento del despido no es lo que genera empleo", aunque admitió que hay "vocación" de apurar la negociación.
Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer, dijo hoy que será "más que improbable" que los sindicatos lleguen a un acuerdo con la patronal si ésta mantiene sus posturas.
Los líderes de los dos sindicatos, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, se reúnen esta tarde para estudiar la respuesta sindical conjunta a los recortes, y como recordó Ferrer no se descarta la convocatoria de una huelga general.
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