"Cena en la ciudad": la extraña fuga de dos pilotos franceses de República Dominicana

  • Los dos pilotos franceses que regresaron a su país escapando de una condena por tráfico de drogas en República Dominicana realizaron un itinerario de seis días, por mar y aire: una fuga con visos cinematográficos, bautizada "Cena en la ciudad", revelada este domingo por algunos de los involucrados.

A mediados de agosto, Pascal Fauret, de 55 años, y Bruno Odos, de 56, fueron condenados a 20 años de prisión. Dos años antes, la policía dominicana descubrió 680 kg de cocaína en el avión que pilotaban.

A la espera de un juicio en apelación, ambos hombres, que se declararon inocentes, quedaron bajo un régimen de libertad vigilada con prohibición de abandonar el territorio dominicano, y sus pasaportes retenidos.

Pero, rápidamente, tras reuniones entre sus familias y dos protagonistas claves -el eurodiputado de ultraderecha del Frente Nacional (FN) Aymeric Chauprade, y el experto en criminología Christophe Naudin- se programó una evasión. "Donadores", hasta ahora anónimos, financiaron el costo de la operación, de casi 100.000 euros.

"Sus teléfonos estaban intervenidos, pero no sufrían una vigilancia física permanente", dijo a la AFP Naudin.

Finalmente, optaron por una fuga en barco, organizada por dos equipos de una decena de personas en total, "exmarinos y algunos militares de la aeronáutica", a la que habían pertenecido los dos pilotos condenados.

La operación fue bautizada "Dîner en ville" (Cena en la ciudad). Los mensajes codificados se basaron en el vocabulario gastronómico. "Por teléfono pensarían que estábamos organizando una gran comida. Los invitados eran pilotos, los cocineros los organizadores (de la fuga). El equipo 'pez' estaba encargado de la operación marítima, y el "ave" del viaje en avión", detalló Chauprade.

En la madrugada del 18 de octubre, los pilotos partieron de su hotel en Santo Domingo junto al eurodiputado del FN y, cerca de Punta Cana, subieron a bordo de una embarcación.

A algunas decenas de millas náuticas de la costa dominicana hicieron un transbordo hacia el velero de Naudin. El criminólogo se encontraba en el mismo. Envió un mensaje: "los crustáceos cayeron en la red", y junto a sus pasajeros emprendió un periplo de cinco días, como "para no levantar sospechas", hasta llegar a la parte francesa de la isla de San Martín.

"Pascal y Bruno saben cómo controlar su estrés. Dormían mucho. Según el barco se alejaba, la atmósfera era más distendida", recuerda.

Al mismo tiempo, miembros del primer equipo se presentan en el hotel de San Domingo haciéndose pasar por los escapados.

El 23 de octubre, los verdaderos fugados vuelan -con sus documentos de identidad legítimos y billetes a su nombre- hacia las isla francesa de Martinica, y al día siguiente hacia su país.

Fauret y Odos ahora esperan ser convocados por una jueza en Francia, donde también se abrió una instrucción judicial. En República Dominicana solamente se presentarán al juicio en apelación el organizador del vuelo, Alain Castany, y el pasajero Nicolás Pisapia.

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