Primeras grietas en la nueva CEOE por la 'sintonía' de Garamendi con Sánchez

  • Cataluña y Madrid se alzan contra unas declaraciones del presidente de la patronal en las que alaba la actitud conciliadora del jefe del Ejecutivo.
Pedro Sánchez y Antonio Garamendi / La Moncloa
Pedro Sánchez y Antonio Garamendi / La Moncloa

La nueva CEOE de Antonio Garamendi sufre su primera crisis interna. El presidente comienza a recibir críticas por parte de diferentes sectores de una patronal a quienes no ha gustado la actitud que ha mantenido el empresario vasco con Pedro Sánchez en algún momento puntual. Hablan de 'amiguismo' con el jefe del Ejecutivo y no entienden las manifestaciones que ha pronunciado el propio Garamendi en actos internos en la sede de la calle Diego de León. La polémica se produce apenas mes y medio después del relevo en una organización que va a sufrir el primer persona la reforma fiscal del Gobierno socialista.

El inicio de las discrepancias se remonta al viaje a Cuba que realizó el presidente del Gobierno, apenas unas horas después de que Garamendi fuera proclamado presidente de la CEOE. El líder de la patronal decidió encabezar la delegación de la patronal nacional, de forma que compartió trayecto tanto con el jefe del Ejecutivo como con otros empresarios que también se desplazaron a La Habana en el Airbus que puso a su disposición la Presidencia del Gobierno. 

Los críticos de la CEOE con el nuevo presidente no terminan de entender por qué Garamendi se empeñó en viajar a Cuba junto a Sánchez. Acababan de celebrarse las elecciones en la patronal y, además, de la comitiva oficial no formó parte ningún gran empresario del Ibex. Salvo excepciones como Maurici Lucena, presidente de Aena, los pesos pesados del mundo económico decidieron 'bajarse' del avión, lo que provocó que Moncloa argumentara que para ellos eran tan importantes las grandes multinacionales como las pymes.

Lo cierto, según explican fuentes internas, es que Garamendi llegó procedente de Cuba con un discurso diferente al que había mantenido hasta entonces, y eso no sentó bien. Aseguran estas fuentes que en reuniones internas el recién elegido presidente de la patronal relató que el presidente del Gobierno había demostrado ante él una actitud amable y conciliadora. El vuelo a Cuba, en definitiva, había servido para acercar posturas y evidenciar cierta sintonía.

Pero lo que para Garamendi fue afinidad para otros empresarios fue "decepción". Las mismas fuentes afirman que estos comentarios sobre Sánchez generaron una ola de protesta en general que aún a día de hoy "sigue latente". Y sitúan entre los críticos con el presidente de la CEOE a dos de sus vicepresidentes: Josep Sánchez-Llibre, líder de Foment del Treball, y Juan Pablo Lázaro, al frente de la patronal madrileña Ceim. "Existe cierta decepción porque había esperanzas en que mantuviera otra actitud con el Gobierno", añaden.

En el seno de la CEOE la apuesta común es mantener una actitud crítica con el Ejecutivo socialista. Consideran que tienen razones de sobra para marcar distancias con Moncloa y citan diferentes afrentas contra ellos, como la subida del Impuesto de Sociedades y el resto de medidas fiscales, y la entrada en vigor del nuevo Salario Mínimo Interprofesional a 900 euros como las dos principales medidas que ha impuesto el Gobierno sin su consenso y que tendrán un efecto directo en los sectores empresariales.

Una de cal y otra de arena

A pesar de estos comentarios negativos hacia Garamendi, en la CEOE también valoran de forma positiva la actitud que ha mantenido el presidente de la patronal con otros asuntos. Citan dos casos: las críticas que realizó al Gobierno por la derogación del principal aspecto de la reforma laboral y la aprobación de los Presupuestos.

Respecto al primer caso, en el que Trabajo y los sindicatos pactaron reestablecer la ultraactividad de los convenios colectivos y la prevalencia del sectorial sobre el de empresa, Garamendi afirmó que el Ejecutivo estaba atentando "contra el diálogo social": "El árbitro sale al campo de la mano del equipo contrario", señaló. Y en relación a los PGE, la CEOE manifestó este viernes que no son las cuentas "que necesita la economía española en un momento de ciclo económico en fase de desaceleración".

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