División en la patronal

Halcones y palomas en CEOE: el 'ala dura' pide firmeza ante la ofensiva de Sánchez

Sánchez quiere que Garamendi acepte un acuerdo laboral de mínimos con los sindicatos
Sánchez quiere que Garamendi acepte un acuerdo laboral de mínimos con los sindicatos
Moncloa

La CEOE reúne mañana a sus órganos de gobierno por primera vez desde el triunfo de la investidura de Pedro Sánchez. Los empresarios valorarán tanto la composición y estructura del nuevo Ejecutivo de coalición con Unidas Podemos como las medidas más inmediatas que han anunciado sus responsables económicos. Sobre la mesa, asuntos tan espinosos para la patronal como la contrarreforma laboral, el hachazo fiscal a las empresas o la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI). A un lado, el sector más duro que pide a Antonio Garamendi una mayor contundencia a la hora de rechazar estos cambios. Y al otro, los partidarios de una política de control de daños que mitigue su impacto.

La primera reunión del Comité Ejecutivo y la Junta Directiva del año se prevé intensa. Aunque a los empresarios no les gusta hablar de 'halcones'  y 'palomas', cierto es que los hay, como en toda gran organización. No en vano, la CEOE está formada por 200 asociaciones territoriales y sectoriales que a través de 4.500 organizaciones engloban dos millones de empresas. Además, cuenta con 150 socios individuales que son grandes compañías como BBVA, Google, Mercadona, Banco Santander o Inditex, entre otras. Y sus opiniones son lógicamente plurales.

Hay quien piensa que Garamendi ha venido "dando bandazos" en las últimas semanas y debería presentarse ante los socios con "ideas claras" sobre asuntos como la reforma laboral o la subida del SMI. Fuentes de la patronal recuerdan que el posicionamiento oficial de CEOE y Cepyme sobre el Gobierno de coalición del PSOE y UP ha pasado de calificar su política económica de "populista" y de advertir sobre su impacto negativo en el empleo y la inversión a dar "la bienvenida" al nuevo Ejecutivo tras la investidura de Sánchez y mostrarle su "total colaboración". Entre ambos comunicados pasó apenas una semana.

Otras fuentes enmarcan esta bienvenida al Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en el 'modus operandi' habitual de cualquier institución y explican que "ofrecer colaboración al Gobierno no es aprobar sus medidas". Además destacan que Garamendi se ha posicionado públicamente en contra de subir el salario mínimo, los impuestos a las empresas o cambiar aspectos de la reforma laboral del PP sin pasar por el diálogo social. Pero incluso la nueva ministra de Trabajo y Economía Social de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, ha agradecido al presidente de la CEOE que haya "bajado el tono" de su discurso. 

Así se pronunció Díaz en una entrevista en la TVG en la que aseguró, no obstante, que advertencias sobre la derogación de la reforma laboral "no son muy acertadas" y suenan "amenazantes". Y es que la sucesora de Magdalena Valerio mantiene su intención de eliminar por completo la legislación que introdujo el PP en el año 2012. Eso sí, insiste en que las modificaciones se llevarán a cabo en varias fases, empezando por "lo más urgente", y todas las decisiones pasarán por el diálogo social, es decir, se consultarán con la patronal y los sindicatos.

"Malestar" y "extrañeza"

Algunos sectores dentro de la CEOE manifiestan "malestar" y "extrañeza" sobre los cambios de postura de Garamendi. El presidente de la patronal se ha mostrado partidario de sentarse con el Gobierno a hablar sobre posibles modificaciones en la legislación laboral, pero "no se ha presentado ante la organización con un pan claro", critican. Aseguran, además, que el "cambio de rasante" viene dirigido directamente por Moncloa, que ha pedido al líder empresarial que rebaje el tono de confrontación y se abra a negociar con el nuevo Ejecutivo.

Otras fuentes empresariales indican que "no se puede entrar en una guerra sin que nadie la declare". Pero para los 'halcones' de la CEOE el propio programa económico de la coalición progresista es en sí mismo "una ofensiva directa contra las empresas". Los cambios en el Impuesto de Sociedades, la creación de las tasas a determinados servicios digitales y a las transacciones financieras o la subida del SMI hasta el 60% del salario medio no son vistas con buenos ojos por el 'ala dura' de la patronal, que pide a Garamendi más contundencia en su rechazo.

En círculos políticos también se cuestiona que la clase empresarial y la comunidad financiera no hayan mantenido tras la formación de Gobierno los mismos planteamientos críticos con los que fue contestada la coalición PSOE-UP antes de ser una realidad. Respecto a la banca, por ejemplo, se echa en falta una labor de apoyo institucional pilotada por la AEB en un momento de crisis reputacional del sector que ha sido admitida por el propio Banco de España. En este sentido, las últimas intervenciones de la presidenta del Santander, Ana Botín, son reconocidas como un paso adelante pero se enmarcan en una campaña orientada a salvaguardar su imagen. 

Tranquilidad ante el tándem Calviño-Escrivá

Los empresarios también tratarán mañana la estructura del nuevo Gobierno y su composición. Por supuesto, la separación del área laboral en dos ministerios (Trabajo por un lado y Seguridad Social por otro) será un tema clave. Fuentes de la cúpula de la patronal muestran su preocupación por la nueva organización de estos departamentos y manifiestan una gran incertidumbre por la gestión futura de materias como la formación, las políticas activas de empleo o la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

Pero si en algo coinciden las fuentes consultadas es en que dentro del nuevo organigrama ministerial hay un tándem que les da especial tranquilidad y es el compuesto por la vicepresidenta de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, y el nuevo ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá (expresidente de la AIReF). El perfil liberal y moderado de la primera y el currículum técnico e independiente del segundo son vistos por los empresarios como el contrapeso perfecto a las políticas "más radicales" que puedan proponer los ministerios "comunistas".

Se refieren, entre otros, al ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz y su secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, un perfil considerado "muy radical" en el mundo empresarial. En la CEOE esperan que Escrivá pueda frenar algunas de las iniciativas que vengan directamente de Díaz e impliquen un aumento de los costes laborales y que Calviño termine de imponer la ortodoxia económica desde la Comisión Delegada de Asuntos Económicos que preside. 

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