La CEOE maniobra para paliar el impacto del control horario en los altos cargos

  • Patronal y sindicatos elaborarán guías específicas para cada sector y acuerdan someter cualquier medida a la Inspección antes de ponerla en práctica.
Fotografía Magdalena Valerio y Antonio Garamendi / EP
Fotografía Magdalena Valerio y Antonio Garamendi / EP

Los empresarios se movilizan para paliar el impacto de una de las medidas más sustanciales adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez y uno de los cambios de mayor calado y con más repercusiones para las compañías desde la reforma laboral de 2012: el registro obligatorio de la jornada laboral de los trabajadores. La CEOE ya maniobra para arrancar a Magdalena Valerio una aplicación más "flexible" de la nueva normativa para determinados sectores y colectivos profesionales "de difícil seguimiento", según explican a La Información fuentes empresariales conocedoras de las conversaciones informales que se están manteniendo estos días con los máximos responsables del Ministerio de Trabajo.

Tras el caos inicial generado por la envergadura de la medida y la "farragosa" redacción –así la definen los agentes sociales– del real decreto ley que la regula y que establece la obligación de fichar para todos los trabajadores y en todas las empresas, sin excepción, Trabajo publicó después una guía práctica para intentar despejar las dudas que estaban entorpeciendo su aplicación en la mayoría de las empresas y librar de fichar a determinados colectivos como los directivos, los autónomos sin trabajadores a cargo, los transportistas... Un documento insuficiente para la patronal, que ya mueve hilos para mejorar su contenido a efectos de aplicación en otros sectores, empresas y puestos de trabajo que por su propia naturaleza también exigen una especial flexibilidad.

El propio Antonio Garamendi ha comunicado que la patronal que preside está recibiendo llamadas no solo de medianos empresarios, sino también de grandes corporaciones que no saben cómo aplicar el registro horario. A su juicio, el real decreto es un "contrato de adhesión" que no puede servir de paraguas para todo el tejido empresarial. Así mismo se lo han trasladado al Gobierno en varias sesiones de trabajo conjuntas con la Secretaría de Estado de Empleo y la Inspección de Trabajo.

En estos encuentros los empresarios han planteado al Ministerio las dificultades para llevar a cabo el registro de las jornadas de determinadas categorías profesionales "de difícil control horario". Se refieren, sobre todo, a los altos cargos de las compañías, que realizan jornadas muy difíciles de medir por la propia naturaleza de sus puestos de trabajo (reuniones, comidas con clientes, viajes, disponibilidad 24 horas...). Hay que recordar que la norma exime de la obligación de fichar al personal de la alta dirección, pero las jornadas de cargos intermedios, de confianza o con ejercicio de especiales responsabilidades que tienen pactado un régimen de libre disponibilidad del tiempo de trabajo sí son objeto de registro. Para ellos la CEOE ha propuesto una flexibilización de la norma.

Se trata de "adaptar las partes más lesivas del registro horario", comentan fuentes de la patronal, parafraseando al Gobierno cuando habla de derogar algunos aspectos de la reforma laboral. Con todo, la CEOE es consciente de que la nueva norma ha venido para quedarse y no espera que vaya a cambiar en esencia, pero su aspiración es que Valerio ceda en algunos aspectos y acabe por ampliar esa guía práctica con más especificidades para determinados perfiles de trabajadores, o bien deje a la negociación colectiva el diseño del control horario para estos casos. 

"En el Ministerio no hay unanimidad", aseguran las mismas fuentes, que revelan una de las soluciones que se llegó a plantear para el caso concreto de los altos cargos. "Consistía en una especie de sobrecotización fija, como un paquete anual que se impondría a esos profesionales como vacuna al exceso de horas que suelen echar", detallan. Sería como imponer un sobrecoste adicional a esos 'mandamás', que ya están topados por la cotización máxima, asumiendo de primeras que habitualmente superan las 80 horas extras anuales que permite la ley. "Era una idea meramente recaudatoria, que surgió del área de la Seguridad Social, pero que no apoyaba ni Empleo ni la ministra", añaden.

En el Ministerio admiten que "se está trabajando con los agentes sociales para aclarar todas las dudas que puedan surgir respecto al registro de jornada", pero descartan cambios en la normativa: "Se trata de aclarar cuestiones, pero no está previsto que haya cambios", zanjan. De todos modos, no hay que olvidar que de conformidad con lo dispuesto en el real decreto, "el Gobierno, a propuesta de la persona titular del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social y previa consulta a las organizaciones sindicales y empresariales más representativas, podrá establecer especialidades en las obligaciones de registro de jornada, para aquellos sectores, trabajos y categorías profesionales que por sus peculiaridades así lo requieran". Se deja así la puerta abierta a cambios.

La negociación bipartita se mueve

Mientras CEOE trata de 'acomodar' la regulación del registro de jornada a las necesidades de las empresas con el Ministerio, el pasado 12 de junio sindicatos y patronal mantuvieron la primera reunión bipartita para empezar a enfocar la aplicación práctica de los nuevos sistemas de control en cada una de las empresas y los sectores amparados por la negociación colectiva. Del encuentro salió el compromiso de establecer una suerte de guías básicas específicas para cada sector de actividad, al objeto de adaptar de la forma más precisa posible el sistema de control de jornada a las peculiaridades de cada ámbito, y una preocupación común: cómo abordar la situación de los trabajadores 'sin horario', aquellos que desarrollan su actividad a demanda y distribuyen de manera irregular su jornada de trabajo a lo largo del día, la semana o el mes.

"Lo cierto es que ninguno de nosotros tenemos muy claro cómo abordar la situación de esos trabajadores a día de hoy, así que tendremos que esperar a que se nos encienda la bombilla", confiesa una negociadora del ámbito sindical, en concreto del sindicato CCOO. Empresarios y representantes de los trabajadores admiten que se trata de un terreno resbaladizo y han acordado someter cualquier solución que se acuerde a la Inspección de Trabajo antes de ponerla en práctica para evitar posibles problemas futuros con los controles del Ministerio.

La reunión del pasado día 12 ha servido para dar el pistoletazo de salida a las negociaciones sectoriales, que ya han comenzado en algunos de los ámbitos más enrevesados, como el sector del comercio. "En las grandes superficies no hay problema. Es un asunto que ya estaba resuelto, pero el tema es cómo hacerlo en los pequeños establecimientos", señala otra fuente sindical. Las reuniones preliminares en algunas empresas ya han avanzado las dificultades que se puede encontrar la negociaciones en el sector, con empresas que han planteado detraer de la jornada efectiva de los trabajadores las visitas al baño o las pequeñas salidas fuera del local en horas-valle para fumar o tomar un refrigerio.

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