Ya hay papeles sobre la mesa. En las conversaciones sobre el nuevo Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), los agentes sociales han pasado del tanteo inicial a las propuestas concretas y la CEOE ha lanzado un órdago a los sindicatos. Según la propuesta empresarial, a la que ha tenido acceso La Información, la patronal ofrece una subida salarial de hasta el 9%. Pero tiene truco, ya que la organización que preside Antonio Garamendi contempla una escalada progresiva de los sueldos en convenio, durante los próximos tres años, y condicionada a factores como la productividad, el empleo o la propia evolución de la economía española.
El planteamiento de la CEOE es el siguiente: propone subir los salarios un 2,5% en 2022, más un 1% adicional si el incremento de la productividad por trabajador supera el 2% y el empleo crece más del 2%. Para 2023, ofrece un aumento de hasta un 2%, más un 1% extra condicionado a que la productividad suba un 2% y el empleo se eleve un 3%. Y para 2024, plantea una subida del 1,5%, con un 1% adicional sujeto a las mismas condiciones que el año anterior, es decir, que productividad por trabajador y empleo aumenten, respectivamente, un 2% y un 3%. En total, la subida máxima sería del 9% en tres años y la mínima, del 6%. Las cifras son negociables, pero esta es la primera propuesta oficial de la patronal a los sindicatos.
Las organizaciones sindicales, por su parte, se han alineado en un planteamiento conjunto que rebaja considerablemente sus pretensiones iniciales de subir los sueldos en torno a un 5% para paliar los efectos de la escalada de la inflación sobre el poder adquisitivo de los trabajadores. Ahora, según ha podido saber este medio, se conforman con un incremento plurianual de entre el 3% y el 3,5% en el año 2022, del 3,2% en 2023 y del 3% en 2024. De modo que, con estas cifras, patronal y sindicatos podrían llegar a un acuerdo en materia salarial, ya que las propuestas cuantitativas, en principio, no difieren demasiado. Fuentes del diálogo social aseguran que hay buena sintonía en la mesa y que corre prisa por cerrar el acuerdo.
Pero más allá de la coincidencia cuantitativa, el gran escollo está en que los sindicatos exigen la incorporación de cláusulas de garantía salarial referenciadas al IPC y, con la inflación desatada con tasas cercanas al 8% y amenazando seriamente con escalar hasta el 10% en los próximos meses, los empresarios rechazan de plano incorporar en el acuerdo esa salvaguarda por el fuerte impacto que supondría en los costes laborales. Eso sí, fuentes de la patronal admiten que estarían dispuestos a incorporar estas cláusulas, pero siempre referenciadas a la inflación subyacente (que está en el entorno del 3%) o a la propia evolución del PIB, y al final del periodo de los tres años.
Patronal y sindicatos coinciden en la urgencia de cerrar cuanto antes el acuerdo y, para ello, estarían dispuestos a pactar exclusivamente la subida salarial y dejar para más adelante otros asuntos del AENC. Hay que recordar que en el marco de este pacto plurianual no encajan solo las recomendaciones de subida de los salarios que deben guiar a los negociadores de los convenios, sino también otros aspectos de la negociación colectiva que afectan a las relaciones laborales, como la regulación del teletrabajo, los planes de igualdad, la desconexión digital, la estabilización de la contratación o la puesta en marcha de sistemas alternativos de adaptación de jornada, entre otros temas a abordar.
Los agentes sociales tienen pendiente la renovación del AENC desde que caducó en 2020, pero la pandemia se echó encima. A principios de este año empezaron las conversaciones informales, pero la guerra en Ucrania y su impacto sobre los precios han acelerado las negociaciones. Urge cerrar una recomendación de subida salarial que oriente los convenios ante la escalada de la inflación y así se lo ha trasladado también el Gobierno, que está presionando a ambos flancos del diálogo social para que acuerden un alza de sueldos moderada para evitar una espiral inflacionista, eso sí, conteniendo también los márgenes empresariales. El reto es mayúsculo.
La guerra iniciada por Putin en suelo europeo y sus consecuencias sobre la economía española preocupa tanto a la patronal como a los sindicatos. Este mismo jueves, la CEOE ha convocado de urgencia a los sectores más afectados por la crisis energética para recopilar sus demandas y exigir medidas al Gobierno. Pedro Sánchez tiene previsto llevar al Consejo de Ministros del próximo 29 de marzo un plan de choque contra los efectos socioeconómicos de la guerra y los empresarios quieren que incorpore respuestas a sus necesidades. Al alza de precios energéticos se suma el paro en el sector de transportes que está provocando serios problemas en las cadenas de suministros. "Es un cóctel explosivo que requiere medidas urgentes", advierten desde la organización empresarial.
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